SU NACIMIENTO Y SU DESTINO.

José Carlos Mariátegui La Chira nació en la ciudad de Moquegua (Perú), el 14 de junio de 1894. Sus padres, Francisco Javier Mariátegui Requejo y María Amalia La Chira Ballejos, formaron una familia humilde pero destinada a entregarle al pueblo peruano y a los pueblos del mundo a una de las mentes más lúcidas en la defensa de sus intereses, en su organización y en la construcción del socialismo.

UN VERDADERO AMAUTA.

El idioma que mayoritariamente se hablaba en el Imperio de los Incas era el Quechua. En ese amoroso idioma de los antiguos peruanos, Amauta era un vocablo de la mayor significancia social, utilizado para referirse al maestro, al hombre sabio. Es por ello, que los Amautas ocupaban un lugar de privilegio en la sociedad Inca.
La vida completa de José Carlos Mariátegui fue la de un verdadero Amauta. Y como todo Amauta, ocupó un lugar que privilegio en las filas del pueblo. Y en su vida, el único privilegiado fué su pueblo.

UN EJEMPLO DE VIDA.

José Carlos Mariátegui vivió venciendo obstáculos desde que era un niño. Su vida fué un notable ejemplo de una vida resiliente y de superación personal. Su vida es un ejemplo de vida para todo aquel que desee llegar a lo más alto. Al recordarse el 14 de junio los 126 años de su nacimiento, quisiera destacar algunas de sus tantas enseñanzas vistas desde una perspectiva diferente.

LA PRIMERA GRAN ENSEÑANZA:

CONVERTIR LAS ADVERSIDADES EN TRAMPOLINES PARA ÉXITOS FUTUROS.

Era el año de 1899 y su madre, sus hermanos y él se van a vivir a la ciudad de Huacho, al norte de Lima. Estando en Huacho, en 1902, sufre un lamentable accidente que le afecta la pierna izquierda con una anquilosis que lo aquejaría durante toda su vida. A consecuencia del accidente se vió obligado a abandonar sus estudios.
Aquel suceso fué la primera experiencia fuerte que marcó su vida y que, niño aún, supo enfrentarlo con una conducta resiliente y con una mentalidad ganadora. El niño José Carlos Mariátegui, convirtió aquel revés que le tocó vivir en un verdadero trampolín para su éxito futuro como intelectual y como estudioso de la realidad de su tiempo.

Al verse obligado a abandonar sus estudios escolares formales, con la ayuda de su madre y de su hermana mayor, inicia su autoformación a pesar de todas sus dolencias. Es así, como comienza a nacer el autodidacta y el pensador más grande de América Latina.
Una adversidad puede ser una gran oportunidad y así fué para el niño José Carlos.

Esa es la primera gran enseñanza que nos deja José Carlos Mariátegui: saber enfrentar las adversidades que la vida nos plantea, sin importar la edad, las circunstancias ni la gravedad del suceso.

En la vida del ser humano, de las organizaciones y de la lucha social por una vida mejor, en cualquier momento pueden soplar los vientos en contra. Y pueden soplar con tanta fuerza que nos podemos creer vencidos, sentirnos desilusionados, sin energías para resurgir y aceptar la derrota. Más nunca debe ser así.

Enfrentar las adversidades con una conducta resiliente y con una mentalidad ganadora, como lo hizo Mariátegui siendo todavía niño, es convertir esas adversidades en verdaderos trampolines para los éxitos futuros.
Desde niño, Mariátegui ya fue formulando su primera gran enseñanza de vida.

LA SEGUNDA GRAN ENSEÑANZA:

AUDACIA PARA CRECER.

Siendo un adolescente, asume la responsabilidad de contribuir económicamente al sostenimiento de la familia y, en 1909, a los 14 años de edad, ingresa a trabajar en el diario La Prensa asumiendo diversos oficios propios de un principiante.

Desarrollando su trabajo en el diario La Prensa y en el medio periodístico limeño, se va vertebrando en él su vena periodística y se van alimentando sus deseos de escribir sus opiniones.
Eran tan grandes sus deseos de escribir en el diario y la seguridad que tenía en él mismo y en sus análisis y opiniones que, en el año de 1911, se atrevió, con audacia y calidad, a publicar en el diario La Prensa un artículo propio sin tener la autorización debida de los editores, es decir, lo filtró. Al artículo le puso por nombre «Crónicas madrileñas» y lo publicó con el seudónimo de «Juan Croniqueur». Cuando los editores se percataron de ello, le dieron una reprimenda y, al mismo tiempo, no pudieron dejar de reconocer su gran talento.

Esto sucedió cuando Mariátegui tenía apenas 16 ó17 años. Su audacia, su talento y su calidad lo convirtieron dos años después en redactor. Se hizo parte del plantel de redactores del diario La Prensa y su desarrollo no conoció límites.

En la vida no todo puede ser solamente conocimientos, capacidad y talento. En el desarrollo personal, profesional, organizacional y social se requiere también de una fuerte dosis de audacia.

La audacia es el atrevimiento en el buen sentido de la palabra.
Audacia para tomar decisiones, audacia para darse a conocer, para abrir las puertas e ingresar hasta el lugar que nos corresponde. Audacia para ganar y mantener la iniciativa y para crear circunstancias favorables.
La audacia se fortalece y se dimensiona con el conocimiento, con la seguridad en lo que se cree, con la imaginación y la creatividad y con la seguridad y la confianza en uno mismo.

José Carlos Mariátegui, a lo largo de su corta vida, demostró ser una persona siempre audaz. La audacia debe ser una de las virtudes que todo líder debe poseer y saber cultivar.
Audacia para crecer.

TERCERA GRAN ENSEÑANZA:

SABER A DONDE IR.

Para saber a donde ir hay que saberse encontrar. Si logras encontrarte te defines en la vida. Si te defines, logras mirar con claridad el horizonte y la vida que tienes que conquistar. Entonces, te haces consciente y te nace la responsabilidad de actuar.

Luego de lo que Mariátegui llamó, «su edad de piedra», refiriéndose a su etapa juvenil sin mayor sentido, comienza a encontrarse con el futuro que tendrá. Desde 1918, se va inclinando hacia las ideas sociales más avanzadas, hacia el socialismo, y a estrechar su relación con el movimiento obrero. En 1919, con su amigo César Falcón, funda el diario La Razón, considerado el primer diario de izquierda del Perú, apoyando desde sus páginas los movimientos sindicales y estudiantiles de la época. Se enfrenta al nuevo gobierno de Leguia quien decide expulsarlos, a él y a Falcón, y les quita toda posibilidad de continuar en el país. La deportación es encubierta bajo un manto de empleo en Europa. En octubre de1919, Falcón viaja a España y Mariátegui parte a Italia.

Eran tiempos convulsionados en Europa, marcados fundamentalmente por la primera guerra mundial que acababan de vivir, el impacto de la revolución bolchevique y las ideas marxistas que se respiraban como el aire en el proletariado, en el movimiento sindical, estudiantil y social y entre los intelectuales.
En el seno de los pueblos comenzaban a florecer las organizaciones comunistas.

Mariátegui se alimentó de todo ello, profundizó sus estudios sobre el marxismo, entabló relaciones con personalidades y organizaciones comunistas. Nace su proyecto político y con César Falcón y otros peruanos, Mariátegui funda la primera célula comunista peruana.

Regresa a Perú, en 1923, y enseguida se vincula, más estrechamente aún, con el movimiento obrero, estudiantil, campesino, con los artistas y los intelectuales progresistas. Dicta charlas y conferencias y desarrolla una nutrida labor política. Ya estaba definido y el horizonte lo tenía claro.

Mariátegui, con su vida, nos enseñó a buscar nuestro propósito y nuestro camino. Él eligió el propósito más noble y más humano, eligió la lucha por la construcción de una sociedad mejor, de una sociedad socialista, de una sociedad comunista. Alcanzar ese propósito, significa abrir el camino que nos lleve hacia él.
Mariátegui abrió creadoramente ese camino en el Perú.

CUARTA GRAN ENSEÑANZA:

EL FUTURO SE CONSTRUYE.

Todo en la vida se construye. Nada sucede ni aparece por arte de magia. El futuro se construye en el presente. La manera como vivimos el presente es la manera como retamos al futuro.

Un presente pasivo, sin preparación, sin ideas, conformista, agotado, cansado formalista, sin entusiasmo, sin energía y sin acción, por muy buenos proyectos que se tenga, no conquista nada porque va camino a su extinción.

Mariátegui nos enseñó a construir el futuro, el futuro de una vida mejor, de una sociedad socialista, de una sociedad comunista. Cada día de su vida, Mariátegui fue construyendo ese futuro de una vida mejor para el pueblo peruano. Lo hizo a pulso, sin desdeñar ninguna área de trabajo, utilizó todos los recursos sobreponiéndose a su delicado estado de salud. Mariátegui nunca se detuvo en la construcción del futuro socialista para el pueblo peruano y nos fué dotando de todas las herramientas necesarias para hacer realidad la causa del pueblo.

Le dió la mayor importancia a la formación, a la organización y a la lucha política. Dió charlas y conferencias, organizaba círculos de estudio y grupos de conversación sobre todos los temas, estrechó al máximo su relación con los estudiantes, obreros, campesinos, líderes sindicales y políticos y con los artistas e intelectuales progresistas.

En 1924, transitoriamente, asume el rectorado de la Universidad Popular Gonzáles Prada y dirige la revista Claridad, órgano de la Federación de Estudiantes del Perú, y la convierte en órgano de la Federación Obrera Local. Ese mismo año, luego de la amputación una de sus piernas, escribe para la revista Mundial con el título de ‘Peruanicemos al Perú’. En 1925 funda la editorial Minerva y publica su primer libro, la Escena Contemporánea. En 1926, da nacimiento a la histórica revista Amauta, tribuna de «todo lo humano», revista vanguardista y de orientación socialista.
En 1927, fue apresado por el gobierno de Leguia, la denuncia era un supuesto complot comunista que Mariátegui se encargó de desmentir. Al año siguiente, 1928, presenta al Perú su libro 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana.

En septiembre de ese año, Mariátegui y otros más instalan la primera célula socialista del Perú. Y el 7 de octubre de 1928 queda fundado el Partido Socialista del Perú, que luego tomaría el nombre de Partido Conunista Peruano. De ésta manera, José Carlos Mariátegui, dota al pueblo peruano del instrumento fundamental para la lucha revolucionaria por una sociedad socialista. Y en noviembre, sale a la luz la revista obrera Labor, de edición quincenal.
En mayo de 1929, funda la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), la mayor organización sindical de la clase trabajadora peruana, protagonista de heroicas jornadas de lucha.

Así fué construyendo, día a día y sin pausa y sobreponiéndose a su delicado estado de salud, el futuro socialista del pueblo peruano, porque el futuro se construye y se construye en el presente.

QUINTA GRAN ENSEÑANZA:

SER UN MAESTRO.

Maestro es aquel que enseña con su manera de vivir y abre nuevos caminos para una vida mejor. Mariátegui fue un maestro genial. Su vida fué una gran escuela de formación social y política y un formidable ejemplo de superación personal. Nació en condiciones humildes, le faltó la presencia del padre, su salud se vió afectada desde los 8 años de edad, a los 14 ya estaba trabajando y la vida le otorgó solo 35 años para vivirla, tiempo suficiente para elevarse a lo más alto del pensamiento latinoamericano.

Al maestro Mariátegui, el calificativo de «Amauta» que su pueblo le otorgó, parece que los Incas lo pensaron para él.

ALGO MÁS.

José Carlos Mariátegui pasó a la eternidad el 16 de abril de 1930, cuando apenas tenía 35 años y ya le había dado tanto a la construcción del comunismo en América Latina.

La revista Amauta, al morir Mariátegui, nos dice «a muerto José Carlos Mariátegui, el más grande cerebro de América Latina ha dejado para siempre de pensar».
Según Michael Lowy, sociólogo y filósofo marxista franco-brasileño, Mariátegui es «el pensador marxista más vigoroso y original que América Latina haya conocido» y lo reconoce como el primer marxista de América Latina.
El filósofo argentino Pablo Feinmann, lo califica como el «más grande filósofo marxista de Latinoamérica».

Mariátegui dijo «mi vida es como una flecha que tiene que llegar a su destino»… y llegará, porque las nuevas generaciones lo lograrán.

¡Mariátegui nació para nunca morir!

Por Editor