Por Abraham Verduga

Nos están rompiendo la convivencia, el pacto social. Ni siquiera hablemos de la Constitución, ese anticuado documento con un “exceso” de garantías… Es que los derechos están bien para los momentos de bonanza, ahora nos toca ajustarnos, nos dicen, mientras evaden impuestos en guaridas fiscales, sus paraísos. No hacen Patria desde afuera como nuestros hermanos migrantes, la hipotecan desde afuera con empresas de papel; y al hacerlo nos roban el futuro, la paz social, la LIBERTAD. Han convertido la marca Ecuador en una Lorenza precarizada. Son ellos los causantes de la insoportable inseguridad que hoy dicen combatir con medidas contingentes, no tocan la estructura, simplemente la maquillan, la utilizan para hacer politiquería. Es la desigualdad, estúpido, la desigualdad y los privilegios, la raíz de toda violencia.

Este martes el país se ha expresado en las calles porque las instituciones no permean sus demandas. Resistencia. Parece un resurgir del pueblo como sujeto colectivo, “populismo” le dicen… Al final una idea mucho más civilizada que la ley de la selva, la del más sabido, la del sálvese quien pueda. No han salido a las calles individualidades, cada uno por separado, para reclamar por sus propios emprendimientos, no; ha salido la comunidad, un nosotros político que entiende que solo somos libres si somos libres juntos. Que intuye que nos debemos cuidar entre todos porque de nada sirve que yo esté bien si mi barrio no lo está. Esa comunidad que sabe que podemos ser distintos pero que somos iguales en derechos y que mientras más unidos nos mantengamos en la lucha más cerca estaremos de conseguir justicia, para poder ser felices, para prosperar solidariamente, sin dejar a nadie atrás. Esto es la democracia y no huele Gucci, huele al sudor de la clase trabajadora que se aferra a la idea de un futuro compartido, libre de precariedad.

Solo hay que ser patriota y decente para encontrarnos. No hace falta más. Hay un bloque histórico que debemos construir. Por la dignidad.

Por Editor