Por Juan Fernando Terán

Este articulo no gustará a muchos. Espero que así sea porque comenzaré felicitando al Nayib Bukele, el presidente del primer país en el mundo que autoriza explícitamente el uso del Bitcoin, una criptomoneda, una moneda virtual. Ayer, con el apoyo de la mayoría de diputados de la alianza gobernante, el congreso salvadoreño aprobó una ley que:

1-. Reconoce al Bitcoin como una moneda de curso legal;

2.- Permite a las personas naturales o jurídicas, públicas, o privadas, utilizar el Bitcoin para cualquier tipo de transacción de bienes y servicios;

3.- Establece que el Bitcoin será convertible automática e instantáneamente al dólar estadounidense;

4-. Define que el tipo de cambio entre el Bitcoin y el dólar estadounidense será establecido libremente por el mercado;

5-. Estipula que el uso del Bitcoin no estará sujeto sujeta a impuestos sobre las ganancias de capital;

6-. Indica que todo agente económico deberá aceptar el Bitcoin como forma de pago; y,

7-. Obliga al Estado Salvadoreño a crear todas las instituciones necesarias para el uso y circulación de la criptomoneda.

Con esta “Ley Bitcoin”, Bukele está demostrando que tiene “inteligencia estratégica”, una cualidad poco frecuente en políticos cuyo oficio les exige llegar al poder con la izquierda para gobernar con la derecha. Y eso es, precisamente, aquello que él hizo.

Bukele, quien era el 5to empresario más millonario de su país antes de convertirse en su presidente, empezó su vida política como candidato por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) para la alcaldía de Nuevo Cuscatlán y, posteriormente, para la alcaldía de San Salvador. En ambos casos ganó. El empresario no se asustó de rozarse con ex guerrilleros.

Pero, cuando el Frente no lo apoyó como candidato a la presidencia, él rompió vínculos con la izquierda y buscó el auspicio del partido Gana, una escisión modernizadora de la extrema derecha asesina representada en el partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA). Estos movimientos camaleónicos le llevaron al poder. Así de pragmático ha sido su comportamiento público.

En estos últimos meses, por razones que no aparecían con demasiada claridad hasta hoy, Bukele fue objeto de la critica del gobierno del Presidente Joe Biden. Estados Unidos comenzó a encontrarle la quinta pata del gato y lo acusó de dictador y violador de derechos humanos. Ese es su libreto tradicional.

Y sin duda alguna, desde el ethos político de este tipo de personas, todo es admisible para adquirir, mantener y ampliar el poder… No dudo que él sea capaz de eso y de mucho más porque… el poder es la única moneda cuyo funcionamiento entienden quienes tienen esa “vocación de servicio”.

No obstante, no dejo de admirarme por la existencia de un empresario millonario con alma de político que comprende también hacia donde camina el sistema financiero internacional, hacia donde camina Estados Unidos, hacia donde caminan China, India y Rusia.

Obviamente, mi sorpresa surge de la contrastación con los “frutos de mi tierrita”, un país donde nuestras élites empresariales creen que fomentando la presencia fascista de VOX lograrán una política “más moderna y menos ideologizada.”

¡Vaya!… además de ser tiktokero creativo y auténtico, Bukele entiende de economía internacional. Pero relativicemos un poco la narrativa para que algunos no crean que estoy palanqueándome una asesoría en El Salvador.

Comprender la geopolítica y la geoeconomía del mundo contemporáneo es algo que cualquier político puede lograr fácilmente mirando excelentes canales en Youtube, entre los cuales se encuentran “Ahí les va” (en la izquierda), “Razão Econômica” (en la derecha) o “Le Dessous des Cartes” (en el centro). Si un político tiene afición por las imágenes, entonces aquel entenderá la economía internacional buscando las maravillas que Internet puede ofrecer. Pero no se confunda, el merito de Bukele no está ahí. Eso puede lograrlo cualquiera nativo digital o nativo migrante.

Por si Usted no lo ha descubierto aún, el mérito del presidente salvadoreño consiste en intuir, saber, conocer y asumir que vive en un país pequeño, abierto y DOLARIZADO. A futuro, ¿cómo podría sobrevivir un país que no tiene muchas opciones productivas y que renunció a controlar su macroeconomía por el lado monetario? Piénselo.

Bukele entendió que vive en un país que necesita DOLARES…. como sea…. Así de simple. Los necesita incluso como ficción nominal a partir de la cual se establecerá la paridad de una criptomoneda.

La legalización del Bitcoin no solo le proporcionará grandes respiros a una economía dolarizada cuando disminuya la entrada física de los billetes verdes.

Establecer un curso legal para el Bitcoin es el primer gran paso  para convertir a El Salvador en un nuevo paraíso para las finanzas internacionales… en uno de esos sitios donde se hacen negocios con lo que quiera y como quiera… Utilice su imaginación para completar la frase.

Dado que prefiero esperar a mirar cómo la rusa youtubera explica con más gracia e ironía la jugada geopolítica y geoeconómica de Bukele, me limito a concluir señalando lo siguiente.

Mientras algunos esperan convertir a Ecuador en la potencia emergente del Asia Pacífico, El Salvador acaba de crear para sí mismo una ventaja dinámica y acumulativa. ¿Qué estarán pensando quienes controlan los “hubs” financieros de Guayaquil o Quito? ¿Cuándo asumirán dónde están parados?

Yo todavía recuerdo que su insensatez, ignorancia y egoísmo les condujo a oponerse a las monedas electrónicas o mecanismos de pago virtuales.

¿Será que no saben donde están parados? ¿O será que sus capitales ya están en Miami?… ¿O será que se mudarán a El Salvador?

Por Editor