Las redes sociales son una valiosa oportunidad frente a la desinformación, las mentiras y la manipulación de los Medios de Comunicación comerciales. Pero también encontramos esas ‘falsas noticias’ que los gobiernos, los empresarios, los dueños de las multinacionales se empeñan a publicar para defender sus negocios y sus falacias. Felizmente existen, a imagen de las Radios Comunitarias, redes sociales que conforman pequeños grupos y pequeñas comunidades donde se reflexiones las informaciones y por dónde tienen que ir los mensajes y videos, para que sean más veraces y orientadores de una conciencia crítica.

El otro problema es que estamos invadidos de informaciones, de palabras, de comentarios, de propuestas… Creo que ‘sí, ¡basta de palabras’ y que necesitamos más acciones, más compromisos, más relaciones con los Movimientos sociales. Es tiempo de actuar más organizadamente desde las organizaciones populares para crear un movimiento de resistencia y de propuestas. Eso deben comunicar las redes sociales.

SÍ, ¡BASTA DE PALABRAS!

La canción ‘Resistiré’ tuvo su momento de fama, pero tiene sentido si no se pasa a la acción… Estamos inundados de palabras, de noticias, de mensajes, de canciones, de discursos… para que nos quedemos de brazos cruzados con la ilusión de ‘resistir’. La excusa de estar encerrados es una falsa justificación: nos hemos dejado encerrar, eso es la realidad y eso desde mucho tiempo. Nos manipularon durante años o nos escondieron la verdad de tal manera que decimos: no hay otra solución, es lo mejor de lo mejor, ellos nos van a salvar… Y sigue la cuarenta: ¡Ya llegamos a 2 cuarentenas! Y continúan las prohibiciones: nos dejamos tratar como niños que se llevan por la mano, porque ellos sí trabajan por sus intereses.

El gobierno de los empresarios, él no se queda de brazos cruzados: ¡qué maravillosa oportunidad para fortalecer su dictadura del despojo y del saqueo! Reducción de horarios de trabajo, reducción de salarios, despidos intempestivos en las empresas, recortes en salud y educación además de reducción generalizada de presupuesto, salidas de centenares de millones a los paraísos fiscales, otros centenares de millones regalados a Fondo Monetario Internacional, privatizaciones de los bienes públicos, corrupción generalizada en las más altas esferas del gobierno, liberalización de los precios de la gasolina… La lista es interminable: lograron su ‘paquetazo’. Se trata de un feriado bancario mucho más grande que él de hace 20 años y lo han logrado con nuestro silencioso consentimiento. Y cantamos: ¡Resistiremos! “¡Los que tienen un empleo, van a trabajan más, cobrarán menos y se morirán antes de tiempo!” ¡Qué valientes somos para aguantar las peores barbaridades desde 3 años!

Nos han dicho ‘¡Consuman… eso les traerá felicidad! ¡Endéudense… y paguen dentro de 6 meses! ¡Vístanse y maquíllense de primera… y serán considerados estrellas y modelos de TV! ¡Tomen cerveza o miren novelas… y serán machos o feministas de avanzada! Nos siguen diciendo: ¡No se preocupen porque sabemos lo que necesitan y cómo resolver sus necesidades más apremiantes! Cantos de sirenas que creemos y obedecemos: ¡2 personas sobre 3 compran en los supermercados lo que acaban de ver en la propaganda televisiva! ¡Qué gentes tan obedientes somos! ¡Nos tienen bien controlados!

Preguntémonos: ¿Qué actividades de solidaridad hemos tenido durante esta doble cuarentena fuera de nuestra casa? ¿En qué protestas hemos participado? Tal vez nos hemos escandalizado de unas actitudes que hemos calificados de “radicales, exageradas, utópicas…”: las de los que salen a la calle para ganarse el pan del día, las de los que insultan porque les duele las muertes de sus familiares y vecinos, las de los que no soportan más estar encerrados, manipulados, saqueados…

Dejemos también de hablar de cursos, de formación, de capacitación, de análisis de la situación, de la crisis globalizada, de que Dios va a resolver nuestros problemas… Cuando el hambre toca a la puerta, sobran las palabras y las promesas. ¡A luchar, eso es lo que se necesita! Luchar para recuperar nuestra dignidad, nuestros derechos pisoteados, la organización destruida, los reclamos colectivos…

Nos parecemos a las mujeres que lloraban mirando a Jesús cargando con la cruz. Él que tuvo la valentía de decirles: “¡No lloren por mí, sino por ustedes y sus hijos!” La situación que vivimos no es culpa de otros sino de nosotros mismos que nos hemos dormido, hemos creído a los farsantes de siempre, nos hemos vuelto egoístas e individualistas, hemos olvidado lo esencial que es la fraternidad y el compromiso para construirnos como personas dignas, conscientes, solidarias y valientes. ¿Hasta cuándo vamos a resistir lamentando y llorando? Quienes van a pagar con creces los platos rotos van a ser nuestros ‘hijos’.

Los cristianos, en esos días, recordamos la ‘Ascensión’ de Jesús, o sea, su despedida física. Jesús se fue, pero no dijo a sus discípulos: “¡Vayan a rezando! ni ¡Hagan misas! ni ¡Enciérrense en sus casas! ni ¡Estudien para capacitarse…!” Más bien unos ángeles los regañaron: “¡Por qué están mirando al cielo!” o sea, ¿por qué esperan milagros? Pues el mismo Jesús les encomendó: “Vayan y hagan de los pueblos mis discípulos”… es decir: ¡Salgan, vayan reuniendo a la gente para construir la fraternidad y la justicia sin límite de fronteras ni de razas en nombre del Dios de la Vida!…porque eso es el Reino. El Reino está allí donde se lucha por la vida y la fraternidad.

NO NOS EQUIVOQUEMOS DE OBJETIVO

En ese momento el hombre malo es el presidente Moreno. Es cierto, pero ¿y si él fuera solamente una sombra? Aquí en Ecuador el problema mayor no es el presidente sino el sistema neoliberal que lo manipula, claro él acepta esa situación. Pero él no es más que la sombra del neoliberalismo. De tal manera que culpamos y queremos desaparecer una sombra. Es lo mismo cuando, en vez de mirar lo que nos muestra un dedo, mantenemos fija la mirada en el dedo y no en lo que nos quiere mostrar: estamos equivocados.

Fijándonos en Moreno, dejamos bien tranquilo al sistema que nos causa los males que nos destruyen. Así que: A apuntar al objetivo que nos está matando, un sistema, el sistema neoliberal. Ese es el desafío del momento. Y los mismos que están conduciendo el sistema nos están manipulando a nosotros para que peleemos sólo con la sombra. Mientras tanto ellos logran poco a poco lo que quieren: más poder, más dinero, más fama a costa de engaño, de nuestro despojo, de nuestra miseria y de nuestra muerte.

Muchos nombres, sobrenombres e insultos salen en las redes sociales salen sobre el presidente, pero pueden ser una equivocación de objetivo. Moreno, su familia y allegados se llevan mucha plata: se nos da nombres de bancos, números de cuentos, países de paraísos fiscales, hasta la cantidad de dinero de las cuentas: son datos muy reales. Pero otros se llevan mucho más. Moreno y sus compinches se quedan solamente con las migajas.

La deuda externo no es de Moreno y su monto es de unos 60’000 millones de dólares: es del Fondo Monetario Internacional y de sus socios… ¡y unos son ecuatorianos! Las multinacionales del petróleo, de la madera, de las rosas, de las drogas, del comercio, de las mimas, de los medicamentos, de los medios de comunicación… no las controlan ecuatorianos sino unos pocos magnates, como Bill Gates y unas decenas más: ellos son el ‘nuevo orden mundial’ que está en marcha. Estos magnates necesitan de cómplices ecuatorianos que les permitan desarrollar en paz sus negocios multimillonarios: los ecuatorianos son sólo intermediarios, tramitadores, traidores, vende patria… Por supuesto, de ellos también hay que deshacerse, porque se están preparando para ocupar el sillón presidencia y sus sillas adjuntas… Si nos limitamos a ganar estas batallas de segunda categoría, habremos perdido la guerra, porque la guerra es contra el sistema neoliberal.

Estemos atentos. El sistema neoliberal tiene mucha fuerza, la fuerza de la maldad que llamamos Satanás, el misterio de la iniquidad que habita nuestro mundo y que a veces nos habita también a nosotros. Nuestra lucha entonces no es sólo contra estructuras, sino también contra esta fuerza espiritual de la maldad diabólica. Debemos apoyarnos en las fuerzas espirituales que llamamos humanismo, fe y espiritualidad.

Nuestra lucha tiene a lo menos 3 campos de batalla. Primero: él de las estructuras neoliberales que nos encadenan desde años. Segundo: él de las personas que diseñan, dirigen y aplican estas estructuras -en caso ecuatoriano actualmente el gobierno de Moreno en manos de los empresarios, banqueros y otros traficantes. Tercero, el campo de la maldad diabólica que habita las estructuras y las personas que las mantienen vivas y mortales para nosotros. Por eso desde su reunión en Medellín, Colombia en 1968, hace más de 50 años, los grandes obispos latinoamericanos hablaron de ‘pecado social, estructuras de pecado, sistema diabólico’, expresiones que retoma con mucha fuerza el papa Francisco, como ningún otro anterior a él. En su carta a los Efesios san Pablo nos lo confirmó: “No nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas”.

¡Que no nos falte esperanza! El libro del Apocalipsis nos describe la gran batalla del Dragón contra la Mujer, aquel representando a las fuerzas diabólicas del mal y aquella la Humanidad que somos nosotros. Felizmente esta batalla apocalíptica termina por la victoria del Humanidad. ¿Estamos o no conscientes de esta batalla actual? ¿Somos los actores de esta batalla? O, por nuestra indiferencia o cobardía, nos hacemos cómplices de este sistema neoliberal que nos destruye sin piedad. Si no ‘batallamos’, el resultado será nuestra propia destrucción. Esto no hace entender la expresión de Jesús: “No he venido a traer la paz, sino la guerra y la división”. La paz será el fruto de esta lucha con el mal y los que lo ejecutan. Otra palabra de Jesús nos da esperanza: “¡Ánimo: he vencido el mundo (de la maldad)!”… pero nos queda ‘batallar’ contra el neoliberalismo para derrotarlo, entre todos. Ese es el momento oportuno para evitar peores desgracias.

                Unámonos en Organizaciones sociales o ayudemos a crearlas. Es siempre desde las bases que vienen las mejores transformaciones, los líderes que necesitamos, las nuevas propuestas de economía, política y sabiduría para crear ‘un nuevo orden mundial, conforme a nuestras necesidades y nuestros sueños.

Por Editor