La agenda personal de Richard Martínez es tan notoria que se manifiesta hasta en los espacios de representación internacional del Ecuador en los que, en su condición de Ministro de Finanzas, debe ejercer. Este año, el país ejerce la presidencia del directorio de la Corporación Andina de Fomento – CAF – y el representante natural del Ecuador a este cuerpo colegiado es el Ministro o la Ministra de Finanzas que corresponda. Así, Martínez, que no suficiente con manejar la crisis económica con dudosos resultados, tiene además que presidir este cuerpo colegiado y, hasta el momento, lo está haciendo de manera poco satisfactoria.

Al interior de la administración de la CAF pareciera existir preocupación por cómo se han manejado las sesiones recientes. Con desasosiego sugieren que se nota la poca preparación, preocupación y capacidad del Ministro Martínez para gestionar las sesiones, hacer que transcurran sin problemas y se logren los acuerdos que necesita el Banco para continuar con su gestión.

En la última sesión, por ejemplo, el flamante presidente, al parecer, ha tenido problemas para lograr que el directorio apruebe dos mociones presentadas por el Presidente Ejecutivo Luís Carranza, lo cual dificulta la gestión estratégica del banco. Esto parece no ser bien evaluado por los responsables de la gestión de CAF, quienes se mostrarían preocupados por cómo serán las sesiones pendientes para este año.

Un primer problema fue la incapacidad de Martínez para lograr que se apruebe la designación de Bernardo Requena (ex representante de CAF en Ecuador) como Vicepresidente de Países, una de las posiciones más importantes en la estructura organizativa del Banco y que se preocupa por la gestión articulada de la entidad con los 22 países miembros. Requena es un nombre de consenso, y, aun así, la falta de cumplimiento de las formalidades impidió su nombramiento, con los consiguientes retrasos en la gestión.

Sin embargo, el problema más importante fue que, aunque en un momento previo el directorio aprobó, vía Fast Track, que se destinen USD 1600 millones a los Bancos de Desarrollo de los países miembros, en la sesión no se logró que el monto sea administrado directamente por el Presidente Ejecutivo, sino que las transacciones sean aprobadas por el Directorio, tal como reza el estatuto.

En el Ecuador estamos conscientes de las profundas limitaciones del actual ministro de finanzas y tenemos que lidiar con sus constantes errores y su forma desatinada de gestionar las crisis (privilegiando el pago de deuda en momentos de iliquidez, presionando la disminución de presupuesto para los sectores de salud y educación en estos momentos, y un largo etcétera de desatinos) y ahora resulta que estas incapacidades manifiestas se notan también en organismos internacionales que, ahora se lamentan, tienen que lidiar con este funcionario al momento de llevar adelante sesiones ordinarias de un cuerpo colegiado.

Existe la percepción de que Martínez está tan empecinado en conseguir un buen puesto en el BID que sus decisiones se toman sólo en función de si estas lo ayudan a mostrarse como buen candidato o no. Ya nada más parece importarle, ni el hecho de que su gestión incide en el aumento de la pobreza de todo un país, o igualmente grave, entorpece la gestión de un banco de desarrollo que necesita colocar recursos con mayor rapidez en toda la región para mitigar el impacto de la crisis de la COVID 19 y, ojalá, evitar que en otros países se repitan hechos como los que vivimos a diario en nuestro país.

Por Editor