Erik Mozo

Dos paquetes de medidas económicas ha presentado hasta el momento el Presidente de la República Lenín Moreno. Si bien ambos planes han contenido parámetros muy generales, un orden ambiguo y una agenda programática difusa o inexistente, hay conclusiones que se pueden tomar sobre estos, una de las más importantes quizá es la clara tendencia de que el ajuste que plantea es a la demanda, pero ¿qué es eso?

Existen dos grandes categorías que todo economista que haya leído a Keynes recuerda siempre, la demanda y la oferta agregadas, que básicamente son todo lo que consume y oferta la sociedad, entendida como gobierno, empresas y hogares. De estas dos categorías se desprenden dos formas generales de determinar la política económica, incentivando o desincentivando una u otra.

Por ejemplo, una reducción de impuestos a los grandes empresarios es una política de incentivo a la oferta, ya que las empresas tendrían más recursos para -en teoría- invertir, lo mismo una política de reducción de salarios. Por otra parte, el incremento del salario mínimo o el incremento del gasto del Estado serían políticas de incentivo de la demanda, ya que se destinarían mayores recursos al consumo.

Estas dos variables evidentemente no están aisladas la una de la otra, uno de los aportes prácticos más grandes de Keynes fue esclarecer que la relación progresiva entre ambas puede generar ciclos virtuosos o perniciosos en la economía, dependiendo de su direccionalidad. Es decir, lo que pasa en la demanda o en la oferta agregada en un momento determinado, afecta el funcionamiento de la otra variable el siguiente momento:

Ciclo Virtuoso:

  1. Se da una política de incremento del salario mínimo, lo que implica un incremento en la propensión al consumo de las familias, es decir, se incrementa la demanda agregada.
  2. Las empresas responden a ese crecimiento de la demanda y se ven incentivadas a producir más, por lo que deben contratar nuevos empleados.
  3. La contratación de nuevos empleados da paso a un nuevo incremento en el consumo total de las familias, etc.

Ciclo pernicioso:

  1. Se da una política de despido de funcionarios públicos, esto da paso a una reducción de la propensión al consumo de las familias, es decir, cae la demanda agregada.
  2. Las empresas se quedan con mercadería al vender menos, y se predisponen a producir menos en el siguiente momento, por lo que despiden trabajadores.
  3. Con menos personas trabajando, cae nuevamente la propensión al consumo total de las familias, etc.

Si bien estos ejemplos son bastante generales y no estiman el comercio exterior, dan cuenta del funcionamiento de los ciclos en la economía. Las medidas del gobierno de Moreno se han enfocado en la reducción del tamaño del Estado, despido de funcionarios públicos, disminución de salarios, al mismo tiempo que subsidios y exenciones tributarias a las empresas, revirtiendo el paradigma de su predecesor, enfocándose en incentivar la oferta y desincentivar la demanda.

¿Esto incentiva un ciclo virtuoso o pernicioso? Lastimosamente, como nos demuestran Akerlof, Shiler, Stiglitz, Krugman y muchos autores más, en sus análisis a raíz del colapso de la economía global en 2008, los incentivos a la oferta tienen menos impacto en el crecimiento que los incentivos a la demanda; “¿qué empresario en su sano juicio invertiría más esperando vender menos?” – Akerlof y Shiler; “la austeridad nunca ha dado resultado… las recesiones las provoca la falta de demanda” – Stiglitz. Si a esto sumamos problemas tan cotidianos como la evasión de impuestos y paraísos fiscales, no necesitamos un oráculo para saber que viene después de darle más dinero a las empresas y quitárselo a las familias: menor e inequitativo crecimiento.

Por admin