César Paz y Miño

Hace 129 años, el 14 de marzo de 1883, murió Karl Marx, filósofo alemán, intelectual, comunista y fundador e ideólogo del materialismo histórico y dialéctico. Sus postulados fueron el sustento de las luchas proletarias y de una sociedad equitativa. Su herencia histórica ha sido trascendente en la comprensión de las bases del sistema capitalista, la lucha de clases y el papel de la ideología (incluida la religión) en el mantenimiento del sistema.

Frente a la tumba de Marx, intelectuales, militantes y público rindieron homenaje a este científico social, que marcó el rumbo de muchos pensadores e incluso el sueño de sociedades; se llegó a decir que “Marx está más vivo que nunca”.

Marx conoció los trabajos de Charles Darwin, e inmediatamente los acogió como válidos llegando a afirmar que los planteamientos del evolucionismo biológico dan el sustento a su teoría materialista económica: “El Origen de las Especies de Darwin es muy importante, y me proporciona la base en las ciencias naturales para la lucha de clases en la historia”.

A lo que se refería es que así como Darwin revelaba las bases racionales del origen y evolución de la vida, oponiéndose a las teorías creacionistas y fijistas, Marx hacía cosa semejante con las bases de la sociedad, la económica y la ideología. Marx postuló que los movimientos sociales en la historia avanzan por una dinámica de los contrarios, es decir, son dialécticos.

Marx cuestionó el idealismo espiritualista de Hegel y lo transformó en una ideología racionalista y material. Mientras Darwin escudriñaba en las leyes de la evolución y en entender lo cambiantes que son las especies en los millones de años, Marx postulaba que la sociedad se organizaba, de acuerdo al materialismo histórico y dialéctico, sobre una estructura económica que genera una ideología dominante y que las fuerzas sociales antagónicas promovían las revoluciones.

La aplicación del materialismo histórico y dialéctico a la teoría de la evolución ha sido beneficiosa. La segunda ley de la dialéctica dice que la acumulación de cantidad lleva a una cualidad diferente, y es esto lo que ocurre en la evolución de las especies y ahora la genética lo sustenta. La selección de genes en la naturaleza es una constante y es la esencia de las mejoras biológicas de un organismo, dejando atrás los menos evolucionados y adaptados.

El legado de Marx a las ciencias naturales, y luego de muchas reinterpretaciones, sin duda es la concepción de la naturaleza materialmente, sustentada en la objetividad, la demostración, la experimentación y alejada de la teología.

 

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