Guillermo Lasso optó por la represión y no por el encuentro. A 13 días del Paro Nacional -legítimo y justo en sus demandas- el apoyo de la derecha (llámese PSC, ID y el sector neoliberal de PK) le ha dado alas para aplacar a sangre y fuego la protesta popular.
Incluso ¿El ala derechista de PK deja solo a la Conaie y a Leonidas Iza?
La salida constitucional a una crisis de esta magnitud (con muertos, decenas de heridos y presos, bloqueos por todo lado) no es lo que decide un general de Policía ni los medios aliados de Lasso. Tampoco pasa por mentirle al país con supuestas respuestas que no resuelven nada.
Ahora es el momento de la política y de los movimientos sociales y partidos democráticos y patrióticos para enfrentar el Lawfare, la Pospolítica, la exclusión, el racismo y la xenofobia. No se trata de denunciar la violación de DD.HH., aquí está imponiéndose el autoritarismo policial y militar, en todas sus formas. Y Lasso es la herramienta de esa conducta dictatorial, cobijada con los medios y periodistas racistas que han estimulado el odio contra los indígenas y sus dirigentes más consecuentes.
Nadie asegura que luego de esto Lasso tenga gobernabilidad o la entereza de afrontar un nuevo escenario político. Al contrario, la única forma de sostenerse en el poder será la represión y la persecución, como en el Chile de Pinochet o de su amigo Iván Duque en Colombia.