Lenín Moreno revela su verdadera personalidad y “pensamiento político” cuando improvisa sus discursos. Más de una ocasión ha dado muestras de su verídica conciencia política, su filosofía de vida y su real condición ideológica. Hay dos que lo revelan en su triste condición: “Me importa un bledo el país” (luego de comerse un arroz con huevo) y “… he sido un empresario toda la vida”.
Estos días estará ausente del Ecuador con el pretexto de que va a la parada militar de Qatar, a reuniones con los migrantes ecuatorianos en España y una visita oficial de tres días a China. De la misma manera viajó a Japón y a Harvard sin un fin de Estado determinado. Todo indica que esos viajes han tenido y tienen otras finalidades. Al parecer, a Japón para hacerse un chequeo médico y verificar si se puede operar de su columna; y lo mismo a Harvard para ir al centro de rehabilitación más grande del mundo para personas con discapacidad. Es decir, viaja para asuntos de orden personal, usando el avión que dijo iba a vender y con el personal que le acolita en sus asuntos sin poner por delante el país. Claro, le importa un bledo.
Cuando se reúne con los empresarios, los banqueros y algunos de los hombres más poderosos del Ecuador, imagina y considera que ya forma parte de la élite, pues además lo hace en mansiones, en tentaderos o haciendas, lo cual evidencia a quiénes responde su actual mirada política del país. Eso explica, además y es penoso, que tenga que mentirse a sí mismo, a los que lo conocen de toda la vida y a su propia familia, porque no hay pruebas ni evidencias de que ha sido “un empresario toda la vida”.
Y ahora, convertido en efímero “alcalde” de Quito ofrece un medio de transporte para Cumbayá y Tababela, con un costo aproximado de 320 millones de dólares, para que los “pelucones” de los Valles tengan un transporte de lujo. ¿Y los habitantes pobres de las laderas de la capital? ¿Los pobladores de Mapasingue en Guayaquil? ¿Los miles de vecinos de Milagro, Santo Domingo, Esmeraldas o Portoviejo que no tienen transporte de calidad? Claro, le importa un bledo el país.
Y de paso ahora también le importa un bledo el movimiento Alianza PAIS. Por boca de su venerador de primer orden, Juan Sebastián Roldán, Moreno estaría por desafiliarse de la organización política que lo postuló y le permitió ganar democráticamente por dos ocasiones la vicepresidencia de la República y una como presidente. ¿Se quiere desafiliar para confesar que jamás estuvo de acuerdo con su ideario, principios y programa político? ¿Y así queda en evidencia que otros fueron los motivos para aceptar las candidaturas y los cargos ejercidos? ¿O será que ya sabe que esa organización es un cadáver y por tanto no quiere cargar con ese “muerto”? Le importa un bledo PAIS.
En otras palabras estamos frente al mayor fiasco de la política ecuatoriana y en consecuencia a la constatación de dos cosas relevantes, que solo la historia podrá explicar mejor: 1. Un presidente que ejerce el cargo con fines absolutamente personales le importa un bledo el país porque no responde a quienes lo eligieron; y, 2. En la práctica ahora gobiernan los no elegidos: los empresarios que lo denigraron cuando optó por la candidatura presidencial, el Caudillo del Puerto que con sus asambleístas demuestra la coincidencia absoluta de sus ideas y proyectos, los organismos internacionales y cierta embajada que definen la política exterior y las condiciones de nuestro fingido desarrollo.