A la memoria de Martín Delgado Padilla
Jacques Ramírez
En estos días se habla mucho sobre xenofobia dado el creciente flujo de migrantes venezolanos por nuestro país y la región. También se habla sobre machismo y patriarcado gracias al movimiento feminista que día a día nos recuerda la existencia de este problema social que ha cobrado muchas víctimas.
Sin embargo, de lo que menos se habla es sobre el racismo, un problema tan antiguo como nuestra propia historia. Y aunque se han hecho intentos de construir y pensarnos como una sociedad intercultural y pluriétnica (algo consagrado en nuestra Constitución), lo cierto es que tanto los proyectos de ‘mestizaje’ como de ‘blanqueamiento’ impulsados por las élites gobernantes desde el siglo XIX hasta nuestros días -amparados en las tesis del darwinismo social- han colocado a los indios y a los negros en la base de la pirámide social y se trata insistentemente de invisibilizarlos.
Esto acaba de ocurrir una vez más con Martín Andrés Delgado Padilla quien fue asesinado la semana pasada por un disparo de un agente policial, ocurrido en la vía Calvas-Mascarilla, en el Valle del Chota. Aunque en redes sociales circularon vídeos en los que se ve caer al piso a Martín, conocido también como Makano, llama la atención e indignan las respuestas de las autoridades, sobre todo del Ministerio del Interior y la Gobernación de Imbabura, cuyos voceros trataron de desviar y ocultar los hechos. Indigna también cómo fue cubierto el crimen por los grandes medios de comunicación, para quienes la muerte de un ‘negro pobre’ no es noticia, menos si en el caso se nota la inoperancia y desidia del gobierno actual. Demostrando así su racismo y más aún su racismo aporofóbico (doble discriminación por negro y por pobre).
Como sabemos del Valle del Chota han salido grandes futbolistas que nos han dado muchas alegrías a nivel nacional e internacional. Martín, Makano Delgado, también fue futbolista profesional que vistió las camisetas del Valle del Chota, Muschuc Runa, Deportivo Puyo, Sporting Juncal y Carchi F.C. Jugó en esos equipos que no salen en la TV y probablemente también recibió los insultos racistas que frecuentemente se escuchan en los estadios.
A Delgado antes y después de su agonía en el piso lo fueron matando de a poco los racistas/sicarios de uniforme, los que se esconden tras un escritorio, los racistas de tinta y los sicarios de Facebook. Total para todos ellos era un simple “negro pobre”, uno más de los ‘nadies’ de los que hablaba Eduardo Galeano, de esos que valen menos que la bala que los mata.