Por Luis Varese

Mes de equinoccio, mes del Inti Raymi en el Sur de América andina, un brochazo rápido de lo que estamos viendo, nos lleva una vez más a la conmoción como países, como sociedades, como personas, como individuos. Mientras que en Colombia el pueblo se enfrenta al gobierno de la escoria narcoparamilitar, dos elecciones se realizarán el domingo 6 de Junio: México y Perú.

Elecciones en México. Casi 95 millones de personas elegirán autoridades en todo el país, desde la renovación completa de la Cámara de Diputados (500 representantes) hasta dignidades locales. Un total de 162,896 casillas electorales y por primera vez en la historia habrá elecciones simultáneas en todos los Estados, aunque de diversos niveles de representación.  La derecha ha orquestado una tremenda campaña contra MORENA y contra López Obrador, coludida con el narcotráfico y todos los tráficos, que extorsionan, amenazan, compran y matan en un país que está buscando retomar la senda de Soberanía y Dignidad, con todo lo complejo que ello significa en México. Hay una gran batalla electoral y se espera que manteniendo la unidad, Morena logre aumentar su presencia en los gobiernos locales, estaduales y nacional en todo el territorio. La ofensiva contra AMLO y todo aquello que suene a recuperación de lo vendido desde Carlos Salinas de Gortari (1988), hasta la fecha es objeto de persecución implacable y hasta mortal.

El PAN, el PRD y el PRI, los intereses estadounidenses y las poderosas mafias y cárteles tratarán de impedirlo sin importarle métodos ni formas contra el país, todos ellos agrupados en la coalición eufemísticamente llamada Va Por  México. Esta enorme alianza incluye los medios de comunicación, la gran prensa y televisión mexicanas, por supuesto, el apoyo de diversas mafias de narcotraficantes locales y cárteles transnacionales. Es decir hay delincuentes elegantes, perfumados y muy distinguidos como las élites del PRI y el PAN hasta lumpenescos mafiosos y sicarios. Todos ellos con un denominador común: el Estado como Botín, para seguir enriqueciéndose hasta límites inimaginables. Este conglomerado, tan Siglo XXI, tan neoliberal, tiene también sus intelectuales que quieren que se vaya AMLO. Que no quieren que ese México cambie. Que no quieren la Cuarta Transformación. Que argumentan cualquier tontería contra la democracia que representa MORENA y su entorno. Sumamente compleja es la tarea que enfrentan mexicanas y mexicanos honestos. El progresismo, el nacionalismo, la defensa de la democracia y la Soberanía, tienen un tremendo desafío en Nuestramérica del Norte.

En el Perú, ese mismo día 6 de junio se definen dos proyectos antagónicos. Una propuesta popular, democrática, soberanista y progresista versus la continuidad y prolongación de la mafia corrupta del fujimorismo, apoyada por la derecha antinacional, entre ellos Mario Vargas Llosa. Pedro Castillo encabeza el movimiento electoral Perú Libre, que es la expresión más reciente del hartazgo en todos los rincones del país.  La mayoría de peruanas y peruanos han optado por el progresismo, no ahora, sino desde elecciones pasadas en las que se opusieron a Fujimori y fueron buscando salidas democráticas y de avanzada, salvo la última elección presidencial donde se optó por un candidato de derecha (Kuczinsky) justamente contra Fujimori. Posteriormente enormes movilizaciones populares lograron la salida de Merino (un congresista que intentó apropiarse de la Presidencia, en una sucia maniobra apoyada por el fujimorismo). Estas movilizaciones fueron también una expresión de lucha masiva contra la corrupción y el continuismo, pero no fueron capitalizadas de manera organizativa por ningún partido o movimiento.

Finalmente aparece esta figura, surgida del Perú andino. Pedro Castillo, maestro, dirigente sindical, con un lenguaje sencillo y una formación que proviene de familia rural, sin muchos recursos económicos. Surge como una respuesta de clase. De hartazgo por lo políticos tradicionales y de saturación contra la corrupción que Keiko Fujimori representa, de manera destacada, con muchos títulos y cartones ganados cum laude, gracias a su padre preso por criminal y ladrón. El muy posible triunfo de Castillo no será fácil, como tampoco le será fácil gobernar. Lo que tiene sin duda es el respaldo popular, masivo, de una ciudadanía harta de 30 años de neoliberalismo. Esto puede ser una fórmula muy explosiva, que requerirá de una conducción política serena y firme hacia una Asamblea Constituyente que diseñe a un nuevo país, en el marco del progresismo, la democracia, el respeto a la pluriculturalidad. Es decir un país que el Perú, por su historia y raíces, merece y que a los 200 años de la proclamación de la independencia, ya debe alcanzar.

El 6 de junio, dos países cuyos territorios dieron origen a las más grandes culturas y civilizaciones de Nuestramérica se enfrentan a poderes construidos mínimamente a lo largo de estos 30 años de neoliberalismo. Poderes similares, guardando las proporciones, basados en el manejo del Estado y el control del territorio y sus gentes. Utilizando todos los recursos de la Nación y la Patria, para sus fines personales, la oligarquía de los mexicanos desconociendo sus orígenes de la Revolución de 1910, renegando de Zapata, Villa, Madero o Cárdenas. Los oligarcas peruanos repudiando a Túpac Amaru, Micaela Bastidas, Tita Condemayta, a Atusparia, a Castilla, a Miguel Grau, a Francisco Bolognesi, a Cáceres, a Mariátegui, al proceso de Juan Velasco Alvarado. Es decir dos oligarquías que repudian su propia historia y que no la quieren, ni oír nombrar. Serán dos procesos electorales muy complejos. La corrupción tiene hilos en todo el tejido social, nada es absolutamente limpio ni “puro por cruce”, hay mucho por construir, por supuesto que no hay cheques en blanco ni por Castillo ni por AMLO (nunca los debe haber por casi nadie) pero entre una derecha fascista y corrupta como la mexicana o la peruana y dos proyectos surgidos en defensa de los intereses populares, no debe caber la menor duda. Debemos votar por la vida.

“¡Ah! desgraciadamente, hombres humanos,

hay, hermanos, muchísimo por hacer” (César Vallejo, Los nueve Monstruos.)Recomiendo leerlo de emergencia, y le añaden, mentalmente, su enfoque de género.

Por Editor