Por Lucrecia Maldonado
María Elsa Viteri ha sido una de las más brillantes mujeres del Ecuador. Ministra de Economía por lo menos en dos ocasiones, es poseedora además de una maravillosa voz y de una simpatía arrolladora. Formó parte del gobierno de la Revolución Ciudadana y, en un primer momento, antes de que se definiera la traición, también del gobierno de Lenin Moreno, del que se retiró al comprender por dónde sonaban los tiros. Ahora último, María Elsa está aquejada por una grave enfermedad y para su condición requiere de la solidaridad de todos.
Cinthia Díaz es la esposa del Vicepresidente Jorge Glas, hoy preso político también gracias a la traición. Cuando se realizó la persecución a su esposo, su posterior apresamiento y la serie de vejaciones destinadas a escarmentar a todo el que simpatizara con las ideas de la Revolución Ciudadana, ella también sufrió un hostigamiento en donde se incluyó la separación de su trabajo de entonces y todas las puertas cerradas para su supervivencia y la de sus hijos.
¿Qué tienen en común estas dos mujeres, aparte de su sexo, género y el enfrentar circunstancias difíciles en la vida?
Pues en este momento, como se ha dicho, María Elsa atraviesa momentos complicados, más allá de la salud, porque su condición económica es complicada ante el embate de una enfermedad que, aparte de todos los problemas que presenta, es enormemente costosa.
Por otro lado, según una información de redes, Cinthya Díaz ha debido recurrir a la actividad de vender ropa y bisutería por su cuenta y en ferias para así proveerse de medios de subsistencia y además de una manera honesta de obtener fondos para solventar los gastos médicos que requiere su esposo, víctima, aparte de todo, de una enfermedad catastrófica, así como los gastos en honorarios de los abogados que se encargan de su defensa.
Una de los bulos que más han corrido durante los últimos años es que la gente que acompañó a Rafael Correa en su gobierno era corrupta. Los odiadores han llamado al proceso “Robolución” para hacer ver y sentir que durante los años de Revolución Ciudadana sus funcionarios fueron extremadamente corruptos y se dedicaron a atacar las arcas fiscales y a protagonizar diversos actos de corrupción. En nuestros días, la palabra ‘correísta’ se ha convertido en una acusación. Pero, ¿tiene sustento?
¿Ustedes creen, sinceramente, que, si hubiera sido un gobierno de privilegios para sus funcionarios y de ‘asalto’ al país, Cinthia Díaz estaría vendiendo ropa en ferias para solucionar sus graves problemas de supervivencia, agravados por la situación sanitaria y legal de su esposo? ¿Ustedes piensan que, si hubiera existido la tan mentada ‘robolución’ María Elsa Viteri estará atendiéndose en clínicas públicas o privadas de Guayaquil en lugar de ya haber realizado el consabido viaje al Imperio para que le traten su dolencia? ¿Ustedes piensan que sus amigos y alumnos tendrían que estar organizando colectas para apoyarla en este trance?
Es cuestión de observar y razonar. Tan sencillo como que uno más uno son dos. Cualquier mente normal puede procesar este tipo de información y sacar las conclusiones adecuadas. Sin embargo, la gente de nuestro paisito prefiere leer periódicos, hacerse eco de los supuestos ‘formadores de opinión’ antes que evaluar los hechos escuetos y desnudos y formar su opinión a partir de datos ciertos más que de rumores, prefiere pensar mal, juzgar de acuerdo con la sesgada información de los medios adeptos al sistema y sostenidos por él y ponerse a gritar: “¡Robolución, robolución!” sin darle una oportunidad a su propio cerebro, que sin tanto veneno lo haría mucho mejor.