“…Por su parte, el magistrado tenía el derecho de recibir denuncias anónimas, de ocultar al acusado la índole de la causa, de interrogarlo de manera capciosa, de emplear insinuaciones. Constituía, por sí solo y en todo poder, una verdad por la cual cercaba al acusado, y esta verdad la recibían los jueces hecha, en forma de autos y de informes escritos; para ellos, únicamente estos elementos eran probatorios; no veían al acusado más que una vez para interrogarlo antes de dictar su sentencia. La forma secreta y escrita del procedimiento responde al principio de que en materia penal el establecimiento de la verdad era para el soberano y sus jueces un derecho absoluto y un poder exclusivo…” “…Por su parte, el magistrado tenía el derecho de recibir denuncias anónimas, de ocultar al acusado la índole de la causa, de interrogarlo de manera capciosa, de emplear insinuaciones. Constituía, por sí solo y en todo poder, una verdad por la cual cercaba al acusado, y esta verdad la recibían los jueces hecha, en forma de autos y de informes escritos; para ellos, únicamente estos elementos eran probatorios; no veían al acusado más que una vez para interrogarlo antes de dictar su sentencia. La forma secreta y escrita del procedimiento responde al principio de que en materia penal el establecimiento de la verdad era para el soberano y sus jueces un derecho absoluto y un poder exclusivo…” Michel Foucault, Vigilar y Castigar

Un reconocido y estimado criminólogo argentino, ya fallecido, llamado Elías Neuman escribió un libro titulado “Las Penas de un Penalista” inspirado en diversas vicisitudes acaecidas en su vida profesional. Trabajé varios años con Elías en diversos proyectos académicos y sociales, formándome en ese compromiso que excedía el mero ejercicio de la profesión.

Pasaron algo más de treinta años desde que abracé en los primeros tiempos de la carrera de abogacía la pasión por la Justicia…y el dolor, en muchos casos, por el Derecho Penal y su aplicación cotidiana.

Son tiempos de desprestigio del sistema judicial en Argentina y en toda Latinoamérica…circunstancia ganada por ciertos jueces y fiscales del fuero penal perpetradores, en la penumbra, de ruines pactos de persecución política amparados en expedientes judiciales.

Las ataduras de los jueces en capacidad de juzgar a la clase política, ya sea por la especialidad de su fuero o jurisdicción, están intrínsecamente ligadas con la forma que los mismo son elegidos, acceden a su cargo o bien son promovidos velozmente dentro del organigrama judicial.

En especial quienes se encargan de la vindicta pública o de la judicatura, en los llamados casos del lawfare, detentan una gran afinidad o cercanía con el poder político (sea legislativo o ejecutivo).

Las agencias de inteligencia locales e internacionales colaboran en el proceso de apoyo, incentivación y legitimación de los procederes inescrupulosos en la conformación de prueba falsa o bien intimidación a los llamados imputados colaboradores, arrepentidos., cooperadores eficaces, etc.

Formas de negociación, estas últimas, propias del sistema estadounidense jurídico/transaccional, donde la verdad objetiva queda supeditada a la subjetiva; tolerando inclusive la animadversión del confeso delincuente hacia la persona que acusa con su dedo enmugrecido de falacias.

Mentiras, medias verdades para dar un tono creíble al relato cuasi probatorio, lamentos, victimizaciones varias son el “combo” de prueba exprés utilizada como elemento de cargo en los procesos de persecución política en el continente.

El caso de Rafael Correa , Jorge Glas y diversos funcionarios, legisladores y militantes deviene emblemático por su actualidad y salvajismo institucional.

Un gobierno, el de Lenin Moreno evidentemente entregado a poderes extraterritoriales, diezmado en su credibilidad, librados sus ministerios a una puja basada en quien dice la mejor mentira, con sendos amanuenses de la mendacidad estratégica, plagado de improvisados funcionarios en puestos claves, con la mano rápida para ordenar represiones y medidas económicas atentatorias de la ciudadanía toda.

Una condena infame ( redactada desde el minuto uno del expediente) por supuestos cohechos no probados argumentada desde la concepción de la existencia de una asociación ilícita ( como si un Gobierno entero podría serlo… materialmente imposible).

La manipulación de los tipos penales, la utilización de figuras doctrinarias del Derecho totalmente improcedentes, la ampulosa exhibición en plena pandemia de la lectura de la sentencia con amplia cobertura mediática, peritos inidóneos, testimonios plagados de contradicciones, empresarios inescrupulosos que no son investigados, penas accesorias que evidencian la táctica del escarnio como expiación a la ausencia de delitos… en síntesis un fraude procesal donde se involucran fiscales, jueces, testigos, partes y abogados. Con nombres y apellidos …en clara connivencia y sin necesidad ,el día de mañana cuando suene el escarmiento, de testigos falsos y otras especies probatorias.

La Justicia retrocede en cuatro patas hacia un pasado inquisidor que marcó la historia infame del castigo infundado.

Una estrategia de disciplinamiento hacia la política y nuestras democracias.

Es necesario que los propios jueces juzguen a sus pares para purgar al sist

ema. Deviene imprescindible una acto de valentía no corporativo, no ya en defensa de los propios intereses del sector, sino en pos de la democracia y la buena fe procesal.

Lo antedicho es posible ,no es utópico…aunque el presente de la magistratura en ciertos países alcance tal nivel ficcional que pereciera distópico…

El montaje de la judicialización de la política en Ecuador va quedando en evidencia cada vez más, por el propio peso de su exageración y sobre actuación cotidiana…a cada mal social la Tríada ( ejecutiva, judicial y mediática) pergeña un nuevo enemigo a medida extendiendo sus “guiones” a periodistas díscolos del discurso oficial, líderes sociales y ciudadanos de a pie que alzan su voz ante la muerte reinante en las calles fruto del coronavirus ( como si el querido país no tuviera ya suficiente).

Las nuevas generaciones de profesionales del fuero se formarán estudiando las graves irregularidades cometidas en tiempos del lawfare…como así lo hicimos nosotros analizando dictaduras y genocidios varios en el siglo pasado.

Mientras tanto es deber de los penalistas comprometidos con las libertades y principios constitucionales alzar nuestras voces, por los injustamente condenados y por los valores que abrazamos…que para muchos de nosotros son INNEGOCIABLES…

Fuente: FDnoticias

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https://www.fdnoticias.com/single-post/2020/04/30/PENA-DE-PENALISTA

Por Editor