En el Ecuador el panorama político, económico y social para el año 2020 es desalentador, por cuanto las acciones y medidas que ha tomado el ejecutivo en el 2019 han provocado desconcierto y desesperanza en el pueblo ecuatoriano. Según Perfiles de Opinión en la encuesta realizada entre el 16 y 20 de octubre de 2019, es decir luego del paro nacional, el 22,65% de la población consideró que la gestión del presidente está entre muy buena y buena, y la gestión de la Asamblea Nacional apenas fue valorada con el 14,09%. No cabe duda, que la sociedad ecuatoriana esta viviendo el peor gobierno de las últimas décadas.
¿Será que las políticas del gobierno están beneficiando a los grupos económicos?, aquí algunos datos sobre las utilidades de la banca. En el año 2016 las utilidades netas fueron 223 millones de dólares, 2017 de 396 millones de dólares, 2018 fue de 554 millones de dólares y en el 2019 fue de 560 millones de dólares. Al comparar entre los años 2016 y 2019 tenemos una tasa de crecimiento de 151%, lo que indica el privilegio de pacto a favor de este sector, en otras palabras, estamos viviendo el gobierno de pocos. Muy alejada a esta realidad, Ecuador, pronostica cerrar con el 0,2% de crecimiento de su economía, indicador que muestra el debilitamiento sustancial con desenlace desesperanzador para el 2020.
Ecuador está en crisis producto de sus desequilibrios políticos y económico. A septiembre de 2019 1,6 millones de trabajadores se encuentran en el subempleo en condiciones de precariedad en horas de trabajo como en ingreso. 4,1 millones de personas son pobres, de estos 1,5 millones de personas son pobres extremos. A diciembre de 2019, fueron despedidos 33.000 funcionarios públicos. El 86% de la población piensa que la situación del país es en general mala.
¿Será que el pacto neoliberal mantiene al gobierno vigente? ¿Será que los involucrados del pacto son los grupos económicos elitistas, medios de comunicación, fuerzas armadas – policía nacional, la embajada cuna del neoliberalismo, y un partido político que busca la presidencia? ¿Será que los indígenas se quedaron fuera del pacto? ¿Será que los asambleístas de Alianza País también son parte del pacto, pero desde una medida utilitaria antipatria?
El pueblo desde su idiosincrasia colectiva y vivencia de los hechos y realidades está indignado de la incompetencia, falsedad y mentiras, que no hacen otra cosa que sumar su ingobernabilidad como signo de decadencia. El pueblo ya no les cree, ni por más ejercicio de comunicación política mediática de cálculo permanente. Se nota un debilitamiento de la Función Ejecutiva, debido a la multiplicidad de conflictos -arrollador dominio de la fuerza ante sus semejantes-, a tal punto que los funcionarios del régimen de gobierno van tomando una postura, que ya no quieren ni salir de sus oficinas ya que estarían debilitando ¨quemando¨ su profesionalismo.
El sentir popular es la desesperanza por el debilitamiento del Estado y sus órbitas políticas incongruentes con la voluntad del pueblo. Lamentablemente, lo peor está por venir, rutas inseguras que tormenta la esperanza.