Orlando Pérez
No cumplió ni un año al frente de la Asamblea Nacional. No deja su curul y por lo pronto tiene poco margen de maniobra para revertir el peso de la debacle política sufrida tras la difusión de un audio que habla más con lo que no dicen los interlocutores. ¿Cuál fue entonces el rol político de José Serrano Salgado? ¿Fue una delegación de su movimiento o una actuación particular sin sometimiento a una disciplina o tarea colectiva? Si en realidad quería pasar a la historia ¿por qué en vez de extraditar de EE.UU. a Carlos Pareja Yanuzelli traía a los hermanos Isaías?
Si en verdad se quiere combatir la corrupción, devolver credibilidad a la justicia, en particular a quienes deben perseguir y castigar, dejar de lucirse como sheriffs de baja calaña (como el Contralor encargado) y asumir que hay deudas históricas con el pueblo ecuatoriano bien pudo Serrano usar el avión oficial, sus contactos con la Interpol y las autoridades estadounidenses para de una vez por todas cerrar un capítulo oscuro, triste y dramático de la historia nacional.
También pudo traer a Carlos Pólit, pero es demasiado obvio, tras la difusión del audio, que con él había algo más que una cercanía o un uso puntual de su figura y documentos en su poder. ¿Y por qué no a Jamil Mahuad?
Incluso, ahora, frente a los hechos, las declaraciones del propio Serrano y de Carlos Baca Mancheno, cada uno más enfático en consagrarse como funcionarios y políticos con afanes nobles y patrióticos, cualquier persona podría preguntarse, con el absoluto derecho de dudar de todo, ¿por qué cuando fue ministro del Interior no usó sus contactos, capacidad operativa y decisión política para traer a todos los prófugos de la justicia radicados y apapachados por todo el aparato judicial y policial de EE.UU.?
Si tan fácil fue traer a Pareja, ¿qué hacía imposible traer a los mayores responsables de la perturbación, conspiración y desestabilización de los últimos años? ¿Por qué no se trajo a un ex comandante de la Policía señalado y juzgado por delitos de lesa humanidad? ¿Acaso no fue en la misma habitación de hotel donde se vio a los hermanos Isaías donde Pareja daba entrevistas a los periodistas que jamás pudieron responder quién movilizó todo ese andamiaje mediático para favorecer la candidatura de Guillermo Lasso? ¿Pareja y sus acólitos -como lo son Fernando Villavicencio y Andrés Páez- no sabían del paradero de los Isaías?
No cabe duda quien en realidad mueve los hilos de la supuesta oposición nacional al correísmo y además moviliza a periodistas con la cervical gacha que se precian de independientes pero son los mismos que editan las entrevistas “exclusivas” en Miami para no afectar a sus amigos y allegados.
Si nuestras relaciones con EE.UU. ahora son fabulosas y el embajador de ese país apela a la lucha contra la corrupción, la inseguridad y la armonía regional, ¿no sería oportuno también usar el mismo avión oficial, a una alta autoridad con los mismos permisos y bendiciones de la Interpol para sacar a los prófugos de la justicia de ese territorio? ¿Por qué no empezar por los hermanos Isaías y luego con el mismo Pólit?
No, no será posible traer a los dueños del Filanbanco porque en realidad todo indica que tras este desbarajuste político están ellos. Directa o indirectamente han hecho lo que han querido para no someterse a la justicia y, por el contrario, han usado su poder económico para mover los hilos de ciertas autoridades, periodistas y medios. El sentido común convoca no solo hacerse estas preguntas sino que por ahora son las que explicarían de mejor manera porqué hemos llegado a esta etapa de la historia.