Por Pedro Pierre
Comenzamos un año de una manera bastante caótica primero con la violencia de las bandas narco-delincuenciales, luego con propuestas inadecuadas del gobierno y ahora la violencia letal de los militares… olvidando que la violencia sólo crea más violencia. Esso quiere decir que los que nos gobiernan, los poderosos de siempre, los grandes medios de comunicación y el gobierno de Estados Unidos están interesados en esta clase de violencia. Si así es, nos toca construir organizadamente el presente y el futuro que queremos para parar la violencia que nos termine destruyéndonos.
MAÑANA NO EXISTE: LO HACEMOS NOSOTROS.
Comenzar un nuevo año es despertar esperanza, confirmar caminos y emprender proyectos… porque ayer es historia, mañana es desconocido y hoy es un regalo de la vida y de Dios, para que podamos dejar huellas. En medio de la noche, demos testimonio del día y preparemos la aurora: Quedará de nosotros lo que hemos dado. Por todas partes hay personas que luchan, destellan esperanza y son signos de tiempos nuevos y mejores. Se trata de vivir simplemente en un mundo complicado y hostil, de ser justos en medio de la injusticia, honestos en medio de la corrupción, compasivos en medio de la indiferencia, alegre en medio de la tristeza. Navidad nos ha recordado que Jesús viene en las periferias y en ‘el revés del mundo’. Nos dice que la vida, la novedad y el Reino brotan desde los descalificados. Nos confirma que Dios no desespera nunca que su Reino triunfará en medio de las peores desgracias: Ni la muerte será capaz de enterrarlo. Jesús y sus comunidades de seguidores son testigos vivos de esta necedad divina.
Eso es lo que tenemos que repetirnos para vivirlo en la realidad bastante desesperanzadora que nos toca. El nuevo gobierno es la continuidad caótica del anterior y, en nuestra Iglesia católica, la sinodalidad es un sueño descartado por la mayoría del clero y muchos bautizados que prefieren una religión adormecedora que confirme su afán de poder, privilegios y tranquilidad. La consulta popular no es más que la repetición de las anteriores, innecesarias, engañosas y perversas, porque desplazan las prioridades, eluden los problemas y profundizan la dominación, las desigualdades, la malicia y el saqueo de los poderosos. Al nivel internacional continúa el genocidio implacable del gobierno israelí contra los palestinos y la destrucción de Ucrania por el ejército ruso. Estos desastres humanitarios se dan gracias al apoyo interesado de Estado Unidos y Europa a Netanyahu y Zelensky, mientras que una inmensidad de instituciones y personas miran por otro lado. Otra organización mundial es necesaria; otra democracia participativa es urgente; otras iniciativas ciudadanas y cristianas son posibles… si así lo decidimos.
Esa es la realidad que nos depara el año nuevo: Será lo que lo estaremos haciendo mediante nuestras decisiones y actuaciones diarias. O participamos activamente a la construcción de un futuro mejor o colaboramos con las desgracias que nos asechan. Decía Martín Luther King, el líder negro norteamericano: “Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero aun no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”. Tenemos que estar seguros que somos el resultado de nuestros propios actos y de nuestras omisiones, porque sólo el presente nos pertenece y obedece a nuestras propias decisiones. Decidamos vaciar nuestras mentes de todo lo que no construye la verdad, la justicia y la fraternidad. Pongámonos a vaciar también nuestra casa de todo lo que no favorece la comunión, la participación y la acogida. Organicemos el encuentro, la unión, la organización entre vecinos y compañeros de trabajo. Capacitémonos para crecer de manera integral individual y colectivamente. Hagámonos responsables de nuestra convivencia local y nacional para que sea más armoniosa. Seamos unos creyentes que despiertan a la espiritualidad que necesita nuestro tiempo y que ha comenzado a desplegar la nueva generación lejos de los tradicionalismos que nos paralizan. No se trata de esperar que otros lo hagan o comiencen primero, sino empezar ya nosotros mismos. Cosecharemos lo que sembramos, pero necesitamos la paciencia y la tenacidad del campesino que remueve la tierra, la cuida, la riega agua, combate las malas hierbas y acompaña la indispensable maduración. Se trata de pasar de ‘lo mío’ a ‘lo nuestro’ para hermanarnos entre todos. Todo eso lo podemos hacer… si así lo decidimos individual y colectivamente.
La conclusión de dos años de preparación del Sínodo sobre la Sinodalidad fue la invitación siguiente, inspirada del profeta Isaías: “Ensancha las butacas de tu carpa”. A cada uno nos toca discernir dónde ‘ensanchar’ nuestra visión, nuestros proyectos y nuestros compromisos… sabiendo que otros lo están haciendo. Logramos la vida y el mundo que soñamos es la tarea si nos compromete en el diario vivir, porque allí está la clave de nuestra felicidad.
¡Feliz año de lucha, esperanza y fraternidad!
LA PRIMERA VIOLENCIA ES LA DEL SISTEMA NEOLIBERAL
Estamos en un nuevo encierro para protegernos de la violencia militar… porque la violencia delincuencial nació de la falta de empleo: ¡2 ecuatorianos en edad de trabajar no encuentran trabajo! La corrupción generalizada a nivel del Estado infiltrado por el tráfico de droga, la parcialización política de la justicia al más alto nivel, la salud y la educación descuidada y cara, la despreocupación del gobierno por la juventud, los pactos gubernamentales con las bandas delincuenciales con la entregar las cárceles a sus jefes, la explotación laboral indiscriminada, las campañas de odio y de mentira de los medios de comunicación … todo eso ha llevado a la actual situación de caos. El gobierno está ‘persiguiendo’ las consecuencias y no las causas de la violencia y los jóvenes, culpables y no culpables están a pagar el precio alto de la guerra a la narco-delincuencia, cuando los responsables son los 2 gobiernos anteriores -los de ”cuello blanco”- que permitieron y hasta facilitaron el comercio de las drogas para que las bandas de jóvenes se maten entre sí y nos extorsionen. La embajada norteamericana nos avisó que el tráfico de drogas se hacía con la complicidad de cuadros mayores del ejército y de la policía.
Las futuras cárceles de ‘última generación’ no van a resolver los problemas de desempleo, de corrupción estatal y de acumulación de la riqueza en pocas manos. Ni tampoco la consulta popular de ¡20 preguntas! que no es más que una cortina de humo De paso se quiere aumentar el IVA de 12 a 15%… haciendo pagar a todos los ecuatorianos la falta de dinero estatal… Mientras tanto no se habla de cobrar a los bancos los 5’000 millones que deben, ni los 2’000 millones de las empresas evasoras de impuestos, ni los 82 millones del grupo Noboa de deuda al mismo SRI… más bien los poderosos de siempre van a ser beneficiados con la nueva ley aprobada para facilidades financieras y zonas francas sin obligaciones laborales… Los bancos y los grandes grupos financieros siguen escondiendo su dinero en los paraísos fiscales ya que no hay control de salida o entrada de devisas ni tampoco radiografía de los contenedores que exportas desde los puestos nacionales bananos y otros productos.
Después de dos gobiernos pactando con los delincuentes y las mafias internacionales de las drogas, obedeciendo a los intereses norteamericanos, están a la vista los resultados del sistema perverso que nos gobierna. Vamos a seguir peor con un gobierno de los empresarios asesorado por el FMI (Fondo Monetario Internacional) que organiza el saqueo del país y de las materias primas a favor de las grandes multinacionales… porque no se quiere ver ni perseguir las causas que han conducido al actual desastre nacional. Con todo, es imposible que haya empleos para los jóvenes, vida digna, casas, salud, educación, progreso y tranquilidad para la mayoría de los ecuatorianos. Ha aumentado el monto de las remesas enviadas por los migrantes porque han aumentado la pobreza, las desigualdades y la migración. Han aumentado también el egoísmo, la indiferencia, el individualismo que se hacen cómplices y encubridores de lo que está pasando. Todo esto con las últimas elecciones manchadas de sangre con el asesinato de 8 personas por nuestras mal llamadas “élites nacionales”. Ahora se pregunta en redes sociales y en TVsur si el asalto al Canal TCTelevisión de Guayaquil, que ha causado conmoción nacional y pánico en las grandes ciudades del país, no ha sido un show preparado de antemano… Todo es posible en mi querido país, lastimosamente.
Para los cristianos y los hombres y mujeres de buena voluntad, nos ilumina la Palabra de Dios que nos dice mediante san Pablo: “Las raíces de todos los males está en la ambición del dinero”. Juan Bautista sigue orientando a los militares: “No abusen de la gente, no hagan denuncias falsas y conténtense con su sueldo”. El profeta Isaías sigue gritando: “¡Pobres de aquellos que dictan leyes injustas y ponen por escrito los decretos de la maldad! ¡Dejan sin protección a los pobres de mi país, roban a los pequeños de sus derechos, dejan sin nada a la viuda y despojan al huérfano!” El apóstol Santiago denuncia: “Ahora les toca a los ricos: lloren y laméntense… Han conocido sólo lujo y placeres en este mundo, y lo pasaron muy bien, mientras otros eran asesinados”.
En días recientes advirtió el papa Francisco: “La medida de una civilización se ve por cómo se trata a los más vulnerables… La solidaridad, además de ser una virtud moral, es una exigencia de justicia, que requiere corregir las distorsiones y purificar las intenciones de los sistemas injustos, también mediante cambios radicales de perspectiva en el compartir los desafíos y los recursos entre los hombres y entre los pueblos… Combatir la plaga de la corrupción, los abusos de poder y la ilegalidad». Hace falta más coherencia y profetismo en los que nos decimos cristianos y los que pastorean a las Iglesias.
En la actual realidad ecuatoriana, todas y todos necesitamos arrimar el hombro para lograr las transformaciones necesarias y urgentes. Individualmente, debemos vivir en la sencillez, la fraternidad, el compartir y la ayuda mutua. La tarea es también colectiva, porque es en grupos y comunidades que podemos entender, vivir y actuar mejor. Pongámonos como prioridad informarnos y formarnos mejor para ser más conscientes, organizados y valientes. Espiritualmente, tenemos que encontrar en la fe y el humanismo el ánimo necesario para vivir mejor personalmente y construir juntos un Ecuador de fraternidad y de progreso. Socialmente, unámonos a las personas y organizaciones que estén en esta dinámica. ¡O nos salvamos entre todos o nos perdemos irremediablemente!