A Julio Dagnino, Óscar Balbuena, Antonio Aragón Gallegos
Hoy 11 de Setiembre se conmemoran 47 años del asesinato de Salvador Allende, símbolo de consecuencia democrática y revolucionaria de Nuestramérica.
Dos años antes del golpe de Estado, que bombardeó la Casa de La Moneda y costó la vida de más de 3000 personas, Allende y su delegación realizaron un viaje histórico a Lima. Este breve recuento es en homenaje al médico chileno que supo dignificar el mandato que le entregó su pueblo y al General peruano que supo honrar la memoria de Túpac Amaru y la espada que también le entregó su pueblo para defender la Soberanía nacional.
Eran momentos históricos de surgimiento de las izquierdas nacionales, la Teología de la Liberación y militares progresistas. Omar Torrijos en Panamá, Juan José Torres en Bolivia, Cámpora en Argentina, en Ecuador se nacionalizaba el petróleo. Eran tiempos de democracia y de menos de confrontación con el Imperio.
En setiembre de 1971, se dio ese encuentro absolutamente inusual en Lima. El Presidente Socialista de Chile, Salvador Allende Gossens, visitaba la capital del Perú, iba al encuentro de Juan Velasco Alvarado, el General Presidente de la Revolución de la Fuerza Armada. Era el primer Presidente de Chile que llegaba al país luego de la guerra que, a fines del Siglo XIX, le costara al Perú, gran parte de su territorio y a Bolivia su salida al mar.
Era además recibido por un militar, incuestionable defensor de la Soberanía Nacional, en contra de la opinión de otros militares y marinos, incondicionales de los EEUU que se oponían a la visita, no tanto por ser chileno, sino por ser socialista.
Allende fue recibido en el aeropuerto y llevado hasta el centro de la ciudad en un largo recorrido en carro descubierto, al lado del General Velasco. Hecho insólito e inédito por donde se lo quiera mirar. Ello demostraba a cara descubierta dos cosas, la vocación antiimperialista de la integración andina y suramericana y la popularidad y coraje del General y del Médico Presidentes de sus respectivos países. Demostraban además la confianza en sus proyectos populares y revolucionarios. El primero ya había expulsado a la Misión Militar estadounidense, dictado la Ley de Reforma Agraria más profunda de la historia americana y nacionalizado el petróleo y parte de la gran minería entre otras medidas. El segundo caminaba ala redistribución de la riqueza en un país controlado por la gran minería del cobre y los intereses imperiales. Ambos gobiernos se encaminaron a la nacionalización de la banca y las relaciones multilaterales y abiertas con todos los gobiernos y pueblos del mundo, algo que aunque parezca hoy mentira, nos estaba prohibido como naciones. Estas medidas por supuesto irritaron a los EEUU, que iniciaron la conspiración para defenestrar por diversas vías a ambos líderes revolucionarios, tal y como consta en los archivos desclasificados del Congreso yanqui.
Allende había llegado al gobierno por la vía electoral. Chile tenía una larga historia institucional muy diferente a la del Perú, que apenas comenzaba a salir del feudalismoen el agro y entrar a una fase de modernización industrial y capitalista en las ciudades. El Gobierno del General Velasco Alvarado… “en su forma fue una dictadura militar, en su práctica se concretó como el mayor esfuerzo de democratización y rescate de la dignidad ciudadana…” LV.
De ese encuentro entre Allende y Velasco Alvarado hay muchas conclusiones que obtener y lecciones que aprender, pero hoy la que nos ocupa es que dirigentes como ellos fueron vilipendiados, atacados y golpeados por la prensa, de una manera brutal. Allende asesinado por la pandilla de militares traidores al mando de Augusto Pinochet. Velasco traicionado por el Felón General Francisco Morales Bermúdez. Ambos víctimas del Plan Cóndor dirigido por los EEUU.
Hoy los Presidentes progresistas defenestrados con diversas formas de golpe de Estado, en el marco de una nueva versión del Plan Cóndor, basado en dos ejes: la perversa intervención de los medios de comunicación, las fake news o noticias falsas y en el law fare o la justicia puesta al servicio de las oligarquías nacionales y de los intereses transnacionales. Todo ello sin dejar de lado la brutal represión, contra los pueblos inermes en las calles.
Caminamos hacia el riesgo del retorno fascista con los neoliberales a la cabeza. Logran confrontar el embate articulado por los EEUU, los países que desarrollaron organización política y fuerza partidaria y supieron vincular los proyectos transformadores a las organizaciones políticas, sociales y populares, léase Cuba, Nicaragua, Venezuela.
La vía electoral se demostró como válida para llegar al gobierno, no necesariamente al poder capaz de transformar estructuralmente las sociedades en el campo de la justiciasocial y la redistribución de la riqueza. Hoy las reformas deberán ser revolucionarias ante un sistema que se va desintegrando y ante un planeta que sufre el impacto de la codicia y el capitalismo destructor, evidenciado y desenmascarado por la pandemia brutal. Nos encontramos probablemente ante un cambio de Era, donde el sistema y el modelo de desarrollo se desmoronan y ante el cual aún no hemos logrado articular una propuesta viable y diferente.
Entre las lecciones que debemos rescatar, es que cincuenta años atrás la izquierda dogmática fue incapaz de incorporarse al proyecto de transformaciones en el Perú. Hoy sectores de esa misma izquierda son incapaces de generar un pacto de unidad progresista y ponen por delante sus intereses personales. En el caso de Chile importantes sectores de la izquierda se acomodaron al pensamiento neoliberal de los Chicago Boys, tratando de justificarlo en nombre del desarrollo, luego del cruento y criminal gobierno pinochetista. Construir la unidad es una parte del desafío y está en toda Nuestramérica.
Lo que hoy está ocurriendo nos llama a urgente alarma: Argentina con policías armados que rodean la Residencia del Presidente (en Perú, Chile, Ecuador, la policía dio los clarinazos primeros, que anunciaron los siguientes golpes de estado.) Brasil clama por la unidad de la izquierda contra Bolsonaro. Bolivia va a las elecciones contra un gobierno cívico-narco-militar respaldado por la OEA.Chile camina hacia un plebiscito y se espera la unidad por una nueva Constitución. Perú busca nuevamente destituir al Presidente Vizcarra en un juego político de difícil entendimiento y se prepara a las elecciones en un desbande de candidatos y una izquierda desunida. Venezuela debe consolidar la resistencia democrática contra la agresión estadounidense y sus socios menores.Nicaragua igualmente se prepara para elecciones en el 2021, bajo la dirección serena del FSLN y de Daniel Ortega. Cuba, acaba de tener sus elecciones y está firme ante el criminal bloqueo. En Ecuador la derecha ya no encuentra más formas de impedir que resurja el progresismo, el ex Presidente Rafael Correa, condenado en tiempo judicial de récord histórico y acusado, casi casi de pandillero. Aún quedan muchos meses por delante antes de las elecciones y se temen otras medidas. En Colombia no cesa la violencia contra dirigentes popularesy las calles se tiñen de sangre. Los EEUU enfrentan su proceso electoral, donde la confrontación desatada por Trump llega a niveles muy altos incluso armados. La esperanza de una derrota de Trump, es aún y solamente eso, una esperanza.
Miramos con optimismo el surgimiento de movimientos de jóvenes que buscan un modelo alternativo y les entregamos ejemplos de lucha y construcción heroica de nuestros pueblos. Cierro este breve homenaje a Salvador Allende con dos textos de los personajes centrales de este artículo. Comparto estas ideas porque 50 años atrás eran válidas y dichas por dos personajes de diferentes orígenes de clase y de formación. Hoy siguen siendo vigentes para los patriotas de las Naciones de Nuestramérica, sea cual sea su formación, origen de clase o militancia en la Patria Grande.
El Imperio respondió brutalmente, hoy en día, los pueblos somos cada vez más conscientes de la necesidad de ganar todos los espacios democráticos que se abren y cada política pública que los consolide. Van los textos cargados de futuro.
Doctor Salvador Allende. Discurso en la Municipalidad de Lima 2 de Setiembre de 1971:
“Vamos a profundizar la Reforma Agraria, a establecer una justicia re distributiva que permita al hombre modesto alcanzar los ingresos que satisfagan sus necesidades mínimas. Allá hemos avanzado en el terreno de estatizar la banca y el control del comercio de importación y de exportación. De la misma manera, hemos nacionalizado algunos monopolios, ya que el excedente provocado o creado por nuestra economía debe ser aprovechado dentro de nuestras fronteras y no salir de ella para fortalecer a los grandes financieros internacionales. Necesitamos ese excedente para escuelas, caminos, hospitales, industrias, parques; para que los tractores crucen las tierras, para que el humo de las fábricas vuele sobre nuestro limpio cielo. Necesitamos ese excedente económico para elevar las condiciones de vida de las masas populares. Para eso hemos conquistado el Gobierno. Y avanzamos a la conquista del poder para hacer nuestra propia revolución.
General Juan Velasco Alvarado, discurso de bienvenida, al Dr. Salvador Allende, Lima 1 de Setiembre de 1971:
“El antiimperialismo es una genuina posición revolucionaria en los países subdesarrollados del Tercer Mundo…” “Dentro del pluralismo político que todos debemos reconocer y respetar como realidad efectiva de nuestro Continente, el camino revolucionario del Perú, garantiza la conquista de los objetivos de justicia social que están en la base misma de las aspiraciones, demandas y anhelos de nuestro pueblo y que constituyen también la motivación central del quehacer revolucionario de otros pueblos hermanos de América Latina” “La lucha por una auténtica autonomía nacional involucra también, a nuestro juicio, los planos de conceptualización de un nuevo pensamiento revolucionario y de una nueva manera de concebir los problemas de nuestra sociedad y nuestra cultura”. (Velasco la Voz de la Revolución 1972)
Palabras tan válidas y vigentes como hoy.