Francisco Herrera

 La sensación del momento en la nación es dura y triste, es un retorno de miradas entre unos y otros con el fin de reclamar explicaciones a lo que ocurre en el país. Todo apunta a pensar que los planes de dirección política para irnos hacia atrás, forjados al calor de odio político, comienzan a dar alertas de fallo y las reacciones dan visos de crispación y rabia contenidas contra el gobierno ecuatoriano, la clase política y las dirigencias sociales, que no atinan a recuperar ese apoyo que hasta ayer no más tenían. El caso es que no hay respuesta de futuro, eso aumenta la impresión de caos. Así estamos.

La expresión más sonada, entre pregunta, afirmación, reclamo y grito histriónico de este ¡Ahora! le corresponde al expresidente Abdalá Bucaram y que fuera lanzada el pasado 12 de abril de 2005, cuando retornó al Ecuador por obra y gracia del arreglo político de la pichi corte.  El político roldosista como amo de la tarima reclamaba esa respuesta a sus enemigos que lo exiliaron y, se burlaba de ellos con el grito estentóreo, sin avizorar siquiera que veinte días después se le vino un derrumbe de su situación obligándole a una nueva salida a Panamá que duraría 13 años más. Así, con sorna, rabia, burla se da esta imagen repetida una o mil veces y que hoy motiva el reclamo a los que gobiernan en la nación.

El proceso de transición, tan bien planificado para destruir al expresidente Rafael Correa, y acabar con todo lo que signifique el correismo, da luces de fracaso por los excesos de su figura principal JC. Trujillo, pero también por la mediocridad no disimulada de quienes han sido nombrados a ejecutarla. La falla principal se da en la ocupación por asalto que tenía que lograrse en la función judicial, que no se logra de ninguna forma, y que más bien, la impresión denunciada de que se han forjado juicios sin pruebas y se persiguen a los ecuatorianos por ser correistas aumenta a cada paso la indignación. No lo lograron por lo que  Merlo, Porras, Rigail y hasta Albán son señalados como culpables de la destrucción de la poca institucionalidad de lo judicial ¿Y Ahora?

La demolición del estado de derecho dio una de las peores muestras de la manipulación grotesca para poner en la Corte Constitucional a un grupo de selectos que al parecer ya estaban predestinados a ser jueces por derecho de cuna, por haberse opuesto a Correa o, por haber sido zalameros con el “pensamiento” del Dr. Trujillo al cual le escribieron libros alabanciosos. Si se miran las notas de los exámenes teóricos del conocimiento de Ávila Santamaría (14); Salgado Pesantes (14); Herrería Bonet (12); Abril (6), entre otros, solo explica porque no se quiso nunca aceptar los procesos de concurso ya que los mostró en su exacta dimensión, la de las notas mediocres, que los pone de cuerpo entero que serán nombrados jueces no por su sapiencia constitucional sino por sus “méritos, nombre, pasado lustroso” o lo que sea. Y después con qué cara se presentarán a sus estudiantes para enseñarles ¿qué? si tienen un examen de 14, de bajo promedio, y digan lo que quieran pero las notas están ahí y que tuvieron que acudir “al reconocimiento de lo que dicen que eran” para nombrarlos con la vergüenza, que los eligieron atropellando todo proceso ético, que no pueden justificar que estos sean “La mejor Corte Constitucional de la historia de Ecuador… ¿Y ahoraaa?

El régimen del presidente Moreno Garcés no logra dar una respuesta del manejo de la economía. Da para el terror la forma caótica y poco responsable que han dado desde el gobierno de los empresarios al no poder presentar una proforma presupuestaria para el 2019, una que sea coherente y no elaborada por un grupo de pelmazos al mando de un ministro que no convence que el país puede avanzar o salir de la crisis sin la justificación de culpar al régimen anterior. Patético fue el anuncio del incremento de los combustibles en un 46%, todo porque no resultó la jugada de filtrar el alza en la segunda proforma presentada ante la Asamblea Nacional, y así excusarse diciendo que “la subida de las gasolinas fue aprobada por los legisladores”. Tuvieron que anticiparse los ministros Martínez, Pérez y Ledesma, usando un lenguaje simulado que no explico nada, absolutamente nada, y luego resultó peor escuchar las justificaciones del secretario Roldán que quiere vender a la nación la idea de que todo esto es un ahorro como lo enfatiza en su primera plana la prensa cómplice.  Ya subieron la gasolina, dijeron que nunca lo iban a hacer sin saber qué hacer con la economía ecuatoriana… ¿Y ahoraaaaa?

Bien se dice en forma sardónica “Lo que el odio político une, no lo separa nunca”. En Ecuador en este último tiempo de transición ese odio político soldó una relación entre el gobierno de Alianza País, la derecha política con el PSC junto a al extremismo del MPD, UP, Democracia Sí y Suma. Las centrales sindicales no tuvieron rubor alguno y pronto se juntaron con los poderosos gremios de empresarios y, las ONG´s con ecologistas y todo se subieron raudos al carro del vencedor que acababa con los correistas para proclamar jubilosos el triunfo del “Sí, 7 Veces sí”.  No han pasado sino unas cuantas horas, días y meses para que ahora se encuentren en condición de culpables, cómplices y encubridores del alza de las gasolinas. Ellos y solo ellos tienen a su haber el desmovilizar a la población para que no reclame sus derechos en ese entonces, por lo que hoy no puede llamar a la gente a liderar las protestas, porque no se puede creer en el discurso del odio que miente por intereses creados y venganzas vergonzosas. Que todos ellos asuman la culpa de este ataque a su pueblo, que les cobrará muy caro, porque no pueden salir a protestar ahora en forma cínica… ¿Y ahoooooraaaa?

Peor se han puesto las cosas con la gran prensa que no pudo evitar su complicidad con el régimen, los escándalos de la transición y el alza de las gasolinas. Sus titulares fueron bochornosos para acallar las reacciones de protesta y los comentarios ilustrísimos de los anal-listas solo justificaron la medida. Pero, como resultado de sus presiones obscenas que boicotearon la Ley de Comunicación, al grado de reformarla a su antojo, tarde se dieron cuenta que se les escapó la corrupción de ellos mismos, entre ellos mismos. Al cambiar la ley dejaron introducir una transitoria que les renovaba automáticamente a todos las frecuencias, y ese a todos incluía las que se habían entregado irregularmente. 

Da repugnancia ver como los delincuentes se acusan entre ellos del delito, y así se mostraron los medios reclamando que no se apruebe esa norma, que no se les dé la renovación a otros, pero si a ellos. Con lo que optaron por destruir aún más la poca credibilidad que tienen. Más repulsivo es el arrebato armado entre el Secretario Michelena y La Posta, reclamándose un comportamiento sospechoso al publicar audios filtrados de la seguridad del estado y el crimen de los periodistas de El Comercio  ¿Y ahooooorrrrraaaaaa? 

Si no fuese por lo trágico, uno se reiría de la expresividad de Bucaram, pero no es para alegrarse el ver cómo le tienen a la nación, semi destruida en su moral y desmovilizada por su clase política que no atina a dar explicaciones del porqué de tanto odio, así como los verdaderos motivos de la transición vengativa. Cabe mirar lo trágico del grito reclamado con todo el histrionismo posible, que taladra el pensamiento con dureza  ¡Y Ahooooooorrrrrrrrrraaaaaaaaaaaa! sin que puedan responder con la cara de vergüenza y queden para la traición de la historia de la patria vejada.

 

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