“No es de Shyris vivir de rodillas”

Himno a Pichincha

Juan Proaño Salgado y Jacques Ramírez Gallegos

La palabra “democracia” significa “poder del pueblo” (del griego demos: pueblo; y cratos: poder). En términos generales, un Estado está conformado por un gobierno, un territorio y un pueblo. En democracia el pueblo elige a un gobierno y le da el poder para que este gestione, planifique y controle su territorio. En tiempos electorales, muchos vociferan la palabra democracia con total liviandad o arrogante cinismo, pero tienen aversión a otorgar poder real al pueblo, tienen pavor al poder del pueblo en acción, a un pueblo poderoso consciente de sus fuerzas, seguro de sus capacidades, defensor de sus necesidades, organizado para gobernar, insubordinado ante cualquier relación de dominio o explotación, unido por el objetivo de transformación y autodeterminación social.

El próximo domingo, a través de las urnas, el pueblo ecuatoriano debe tomar el poder para terminar con el actual simulacro de “democracia”, que no es más que una gran mentira organizada en función del afán de lucro de una red familiar oligárquica y de amigos, que conciben al Estado como si fuera (su) empresa, a la política como un negocio y a la justicia como una mercancía que se compra en el mercado para afianzar sus intereses de clase. Así, los privilegiados de un orden social injusto, racista, clasista, patriarcal, neocolonial, xenófobo y violento, buscan –mediante la fuerza, el odio, el miedo y el engaño— expropiar al pueblo de su derecho a la emancipación y a una sociedad verdaderamente democrática con un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

En ese marco, retomamos el llamamiento de nuestra candidata a presidenta, Luisa Gonzáles, a respetar nuestro derecho a la democracia, tal como ella señaló: “¡porque este pueblo ya perdió el miedo, este pueblo se levanta y exige sus derechos de pie!”; reivindicando el poder popular en las calles y en las urnas para transformar la sociedad y forjar justicia social, participando de la unidad en la diversidad y organizando a las fuerzas sociales y políticas para construir y defender una democracia plurinacional e intercultural en aras del bien común, la honestidad, la verdad y el bienestar material que merecen y exigen los pueblos.

Aquello solo será posible en el marco de un proyecto histórico contrahegemónico de igualdad con prosperidad, de paz con soberanía, de una vida digna colmada de esperanzas y realizaciones individuales y colectivas, representado por la Revolución Ciudadana, y con el respeto a la Constitución de la República resumido en el principio del Buen Vivir para todos y todas.

Nos sumamos, así, a la convocatoria a defender una democracia plural y diversa donde escribamos todxs nuestra propia historia, radicalizando el horizonte de cambio social, ejerciendo la memoria y conciencia de lucha para abrir nuevos caminos de articulación colectiva basados en la garantía, protección y amplificación de los Derechos Humanos y los de la Naturaleza, celebrando la vida buena de todos los seres sintientes y vivientes de nuestra tierra y buscando la PAZ.

Se termina ya la miseria planificada del neoliberalismo antidemocrático y autoritario que ha destruido el Estado durante los últimos 8 años, mercantilizado la justicia, judicializado la política y militarizado la sociedad. Estamos, por fin, unidos contra quienes se han servido de la guerra y la muerte para intentar dominar a la patria, desvirtuar a la democracia y saquear sus instituciones, diseminando mentiras para estafar al pueblo en función de su codicia.

Ha llegado el tiempo de luchar y erigir, juntxs, un proyecto de vida presente y futuro con salud, educación, trabajo, seguridad, alimento y vivienda dignos. Es la hora de la verdadera democracia, la del poder popular de vida, paz, igualdad y prosperidad para todxs.

Por RK