El 10 de mayo se cumplieron 6 meses del Golpe de Estado en Bolivia, propiciado por la oligarquía clasista y racista en complicidad con las Fuerzas Armadas (FFAA,) policías y grupos paramilitares. El Presidente depuesto, Evo Morales Ayma venía de ganar el pasado 20 de Octubre de 2019 las elecciones presidenciales en primera vuelta, lo que desencadenó una furia violenta por parte de los sectores más extremistas de la oposición boliviana.
Evo Morales, demostrando un profunda vocación democrática, ofreció la realización de unos nuevos comicios y el nombramiento de un nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE), pero ya la oligarquía cruceña y boliviana estaba decidida a dar el golpe.
Comenzó una feroz persecución contra los dirigentes del MAS-IPSP, amenazas de muertes, secuestros de familiares e incendios de sus viviendas. Esto obligó a renunciar masivamente a Ministros, Diputados, Gobernadores y las personas más cercanas al Presidente Evo Morales. El 10 de Noviembre de 2019, las FFAA le “sugieren” al Presidente Evo Morales que renuncie, consumándose así el golpe de estado en Bolivia y reviviendo las épocas más oscuras de dictaduras en nuestro continente.
Por otro lado, la Organización de Estados Americanos (OEA) como organismo «observador» del proceso electoral se prestó para “legitimar” el Golpe de Estado, dando así la estocada final a la democracia en Bolivia con un informe que hasta el día de hoy no evidencia ninguna muestra de fraude electoral.
El 28 de febrero de 2020, el diario Estadounidense The Washington Post publicó un análisis realizado por un grupo de investigadores de “Monkey Cage” sobre la jornada electoral del 20 de Octubre de 2019 en Bolivia, asegurando que dicha investigación demuestra que “No hay ninguna razón para sospechar de fraude”.
Hoy, 6 meses después del golpe en Bolivia, el Gobierno de facto encabezado por la senadora, Jeanine Añez mantiene el mismo guión de persecución y represión. Lo que fueron logros para Bolivia, en estos momentos han significado un gran retroceso.
Evo Morales no solo logró la nacionalización de los hidrocarburos, sino que posicionó a Bolivia con el mayor crecimiento económico de la región catalogados por los expertos económicos como «El Milagro Boliviano» o «La China de América», logrando la reducción de la pobreza en un 25%.
Actualmente la situación es dramática para la industria de hidrocarburos de Bolivia. La empresa YPFB, ha tenido 3 presidentes en los últimos 6 meses. La corrupción es campante en la principal industria petrolera y gasífera de Bolivia.
Con la llegada del Coronavirus, se evidencia la vulnerabilidad de Bolivia. El Gobierno de facto no aplica ninguna política sanitaria para combatir el virus, además de expulsar a más de 700 médicos cubanos, no permite que los médicos bolivianos formados en cuba se incorporen en la lucha contra el Covid-19. Las 6 sociedades de medicina de Bolivia fueron apartadas del Consejo Científico Asesor creado por la senadora, Jeanine Añez para “controlar” el virus.
Las políticas de amenazas y persecuciones llegaron hasta el sector de la salud. El Ministro de Salud dijo que, «si el caso es sospechoso pero no presenta síntomas, se ordena a obviar la aplicación de la prueba por cautela y uso racional de reactivos e insumos». Y finalizó amenazando, “de no cumplirse con la medida, los médicos serán sancionados de acuerdo a la norma”.
La Asamblea Legislativa y el Senado del Estado Plurinacional de Bolivia aprobaron la ley para convocar en 90 días a elecciones generales, a partir del 3 de mayo. El Gobierno de facto rechazó la decisión del organismo legislativo nacional.
En plena cuarentena, Jeanine Añez sacó a las FFAA con sus tanques, sirenas y efectivos para reprimir, como lo hicieron hace 6 meses atrás. Se ven los tanques en las calles, militares en las comunidades y los aviones de guerra sobrevolando los cielos para amedrentar al pueblo. No solo es Senkata, Sacaba y El Alto, ahora se suma K´ara K´ara en Cochabamba que sufre una fuerte represión de las fuerzas del Estado. La gente se manifiesta contra el gobierno de facto con caceloras y petardos, el pueblo exige “Elecciones YA”.
Por otro parte, vemos la gran resistencia de los movimientos sociales ante las amenazas del Gobierno de facto, la desprestigiada DEA y el NAS. Ante la ausencia del Estado, las 6 federaciones del trópico de Cochabamba encabezado por el líder cocalero, Andrónico Rodríguez realizan despliegues para llevar alimentos y frutas a las comunidades en la lucha contra el hambre. Organizan ollas comunitarias, la solidaridad y la resistencia son los valores fundamentales que se visualiza en el Trópico de Cochabamba, demostrando la esperanza que existe para volver pronto a la democracia en Bolivia.