Está llegando la hora de iniciar el proceso electoral en Ecuador. En septiembre del 2020 se abrirá la convocatoria y se podrán inscribir las candidaturas. Será la hora de la verdad donde el Consejo Nacional Electoral permitirá, o no, que la Revolución Ciudadana dispute la Presidencia de la República y su espacio en la Asamblea Nacional. Pese a la persecución y a la crisis del Covid-19, la militancia de la Revolución Ciudadana (RC) se prepara firmemente. Cada persona tiene distintas motivaciones para proyectarse como Asambleísta en las elecciones del 2021. Ser candidata o candidato de Rafael Correa está cargado de un fuerte compromiso con el país.

Las aspiraciones deben estar orientadas al incondicional amor a la gente simple que construye, día a día, el país que queremos. Debe tener, además, un devoto compromiso para lograr un Ecuador donde todos tengamos derechos y estemos incluidos en un proceso de desarrollo.

Así es Rafael Correa, y así ha sido el relato de la participación de la RC que pese a la persecución política del gobierno permitió que Paola Pabón y Leonardo Orlando llegaran de manera heroica a las prefecturas. Hay miles de ciudadanas y ciudadanos que también quieren arriesgar sus vidas en esta odisea electoral. Ponerse la camiseta de la RC para salir a la calle a pedir el voto durante la pandemia del Covid-19 y bajo el acoso del gobierno de Moreno, liderado por personajes del calibre de Romo, Roldán, Otto, Bucaram y Vargas de la Conaie, les puede costar la vida. Dejo expresado aquí mi respeto y admiración a todos ustedes.

Antes de salir a las esquinas y a las redes sociales por votos serán otros los desafíos y estos serán internos. Lo más difícil en esta carrera electoral es lograr ser miembro de la lista y eso hace que en el momento de la disputa pre electoral aumente la ansiedad y las tensiones intramuros. La RC está a todo vapor trabajando en las articulaciones para la definición de sus candidaturas. Es el mejor ejemplo de cómo el movimiento está vivo, vigente y activo. El país sabe que lideramos las encuestas por los “cuatro costados”, por eso suben las apuestas de quiénes serán los candidatos de la RC. Y es en ese momento que todas y todos debemos estar atentos a oportunistas que intentarán pescar en un río revuelto de esperanzas, aspiraciones y política.

Algunos falsean diciendo que hablaron con el presidente Correa por WhatsApp para indicar nombres de candidatos para la lista; que el “Presi” les confidenció preferencias en candidaturas, y que gracias a sus sugerencias él dio algún retweet. Debemos siempre dudar de los que hablan en nombre de él. Siendo o no verdad que lo hicieron, personas que filtran conversaciones de ese nivel demuestran un desvío de carácter inaceptable. Y lo más probable es que estén mintiendo para intentar aumentar su influencia en los territorios. Cuidado con los “coaching” y “media training” a un buen precio. A otros que indicarán la necesidad de distribuir comida a los pobres tomándose fotos, emulando así la actuación del Vicepresidente durante la pandemia. Otros intentarán cobrar un “aporte militante” que te dará derecho a estar en la lista, e inclusive hay quien use su pseudo intelectualidad para coquetear con las aspirantes. Esas actitudes no son aceptables por eso el Movimiento de la RC viene realizando a lo largo del país muchos talleres de capacitación y formación con profesionales para que nuestros potenciales representantes en el parlamento estén cada vez más preparados y el movimiento más fortalecido.

Nadie puede dar certezas de quien estará en la lista. Nadie. Desde que surgió la RC sus procesos de definición de listas fueron muy confusos, y al momento de hacerlas públicas muchos salieron lastimados. Para algunos hay injusticias, para otros inconsistencias. Siempre he levantado alertas sobre las disputas internas, que mucho tienen que ver con la derrotas políticas del 2014 y 2016, que desde lo estrictamente electoral fueron victorias.  

No existe una meritocracia militante para ser seleccionado. Ayudar al vecino en el Covid-19, distribuir dípticos en la elección, marchar en octubre, organizar debates o defender en redes el legado de la RC, no garantizarán un lugar en la lista de Asambleístas. Es importante que los aspirantes lo tengan claro. No existe transaccionalidad. Por eso nadie puede “garantizar” candidaturas. Cuando llegue el momento de la verdad, aquellos prometedores sacarán de sus bolsillos el refrán “fue el Presidente quien decidió”. Se lavarán las manos y su supuesta responsabilidad política se habrá desvanecido.

Las y los militantes que han decidido ser candidatos por la RC han dando lo mejor de si al país. Aun más ahora ya que el momento político del Ecuador, actualmente, recuerda más al 30S que a un año pre electoral. Disputamos la democracia, los medios fingen demencia, los mismos de siempre dispuestos a matarnos y el “Mashi” resistiendo, atrincherado, dando batalla desde un celular.

Las y los aspirantes de hoy son los protagonistas como lo fueron los valientes del 2010. Son esa ciudadanía difusa, valiente, consciente, espontanea que instintivamente marchó para rescatar a su patria y evitar que la historia se repitiera. Tener miles de aspirantes a las listas es el principal síntoma de la vigencia e importancia de nuestra RC para el Ecuador. El correísmo es la principal fuerza política del país y está en plena ascensión. Es inspirador saber que contamos con una inmensa masa ciudadana dispuesta a ser nuestra lista para la Asamblea. Como decía el eterno Miguel Enríquez “Adelante, adelante con todas las fuerzas de la historia”. Gracias a ustedes por su valentía y resistencia. Venceremos.

Por Editor