Por José Miguel Sánchez Giraldo
Como Pastor de la Iglesia Católica, el Papa Francisco, de origen latinoamericano, es conocedor con detalle del contexto social de América Latina, y por tanto de Colombia. Para ello cuenta con un Consejo Asesor, conocido como el Dicasterio:
El Dicasterio promueve el desarrollo integral del hombre a la luz del Evangelio y en el surco de la Doctrina Social de la Iglesia; dedica especial atención al cuidado de los bienes de la justicia, de la paz y de la salvaguarda de la creación, así como a las cuestiones que conciernen al desarme, a los derechos humanos, a la movilidad humana, a la salud y a las obras de caridad, expresando la solicitud y la atención del Papa hacia la humanidad que sufre, en la que están los necesitados, los enfermos y los excluidos. Además, el Dicasterio sigue con la debida atención las cuestiones que afectan a las necesidades de cuantos están obligados a abandonar la propia patria o son privados de ella, a los marginados, a las víctimas de los conflictos armados y de las catástrofes naturales, a los encarcelados, a los parados y a las víctimas de las formas contemporáneas de esclavitud y de tortura, y a otras personas cuya dignidad está en peligro. (Tomado de Dicasterio para el servicio del desarrollo Integral Humano, El Vaticano)
Juan Grabois, defensor de derechos humanos, es miembro consejero de dicho Dicasterio, además de amigo personal del Papa Francisco. El mismo Juan Grabois que hizo parte de la Comisión Internacional para la verificación de la violación de derechos humanos, en el marco del paro nacional de 2021, a quien el gobierno de Duque impidió el ingreso al país, golpeado y expulsado por migración Colombia el 25 de mayo de 2021. A manera de hilo, transcribo sus trinos de aquel día:
“Viajamos a Colombia. Conformamos una Misión de Observación y Solidaridad con el pueblo colombiano, tal como lo hicimos en Bolivia. Vamos a recorrer el territorio para revelar si existen violaciones a los derechos humanos”.
“Detenido y agredido nuevamente por un gobierno autoritario. Ahora en un cuartito. Esperando. Mis compañeros argentinos y colombianos intentando resolver afuera ¡no tenemos miedo!”
“Luego de una serie de agresiones físicas registradas por numerosos testigos y cámaras de seguridad, el gobierno colombiano me expulsa de su territorio por considerarme un” riesgo para la seguridad del Estado”
“Me han retenido la documentación y el equipaje. Me suben custodiado a un vuelo a Lima, sin explicación de ulterior destino. Son tiempos de cambio para América Latina. Nada va a ser fácil. Pero despertamos. Adiós Colombia”
Meses atrás, cuando arreció la represión brutal contra los jóvenes en Bogotá y demás ciudades del país, Juan Grabois recibió con destino al Pontífice Francisco, una carta de María José Pizarro Rodríguez, Representante por Bogotá e integrante de la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes, aquí su transcripción: