Francisco Herrera Aráuz/EcuadorInmediato

Ecuador es una sociedad que se gobierna con encuestas, las mismas han determinado que un régimen de turno se guíe por las mismas, y se comporte de acuerdo lo que se señale en los números de consulta a la opinión pública. Si eso es cierto, el gobierno del presidente Lenín Moreno debería estar altamente preocupado ya que en las últimas dos semanas su credibilidad ha estallado en pedazos y se da un fenómeno crítico que le mina 20 puntos en su credibilidad, a menos de un año de gobierno. ¿Por qué perdió tanto en tan poco tiempo? Busquemos explicarnos.

A las encuestas se las debe leer y entender de manera crítica, aplicando metodologías importantes del conocimiento entre ellos la comparativa, asociativa o deductiva, que permiten obtener una imagen de los números fritos que se entregan en cada estudio. A la larga, la comprensión y lectura apropiada de una encuesta será lo más importante de la misma, ya que esas cifras le dicen y expresan a quien recibe esa información un algo que debe asumir para sus decisiones y actuaciones futuras, y eso vamos a hacer en este editorial.

El régimen del presidente de Ecuador, Lenin Moreno, inició el pasado 24 de mayo de 2017 y está tan solo a 26 días de cumplir un año en sus funciones. Como fruto del ejercicio mensual de medición de opiniones, las encuestadoras han ido midiendo en forma proporcional la imagen tanto del gobierno y su gestión, así como del presidente y su aceptación.  Al mismo tiempo, han sabido retratar en forma secuencial los momentos que ha vivido ante la opinión pública, como el caso de la llamada a consulta popular en febrero del 2018.

El público de Ecuador, a través de los medios de comunicación ha podido conocer a lo largo de todo este tiempo de gobierno de Moreno Garcés, una serie de estudios y mediciones de distintas encuestadoras, y por ello, al arribar al primer año del régimen, dos de ellas Opinión Pública- Ecuador y Cedatos, hicieron conocer a la nación sus cifras, y es ahí donde se desprende un hecho sensible que determina que la credibilidad del gobierno está sufriendo una severa baja por el mal manejo del momento, como por el comportamiento de la persona que gobierna.

Fijémonos primero en el tiempo de medición de las encuestas, y nos encontramos que, tanto para OP-E o Cedatos, el período entre el 24 de mayo 2017 al 1 de abril de 2018 es altamente coincidente, ya que las cifras le dan un inicio de gobierno con un promedio entre el 65 al 66% de aceptación nacional y una desaprobación del 22%.

El primer mes de gobierno fue, sin duda alguna, el de alto impacto por el comportamiento del mandatario, ya que inició un ascenso de aceptación que le lleva, según las dos encuestadoras a proyectarse en agosto pasado a promediar en un 77% exitoso de aceptación, mientras el desagrada baja hasta un inusual 12 al 14%. Es decir, que lo hecho por el régimen logra una gran acogida y, le sirve para seguir a futuro con un promedio del + – 70% que no decae y, así termina el año 2017.

Al parecer el inicio del año y el manejo de comunicación sobre una imagen de crisis, mas el debate político alrededor del llamado a la consulta popular, dan cuenta entre las dos encuestadoras del primer descenso de la aprobación del régimen con una caída severa de 10 puntos, ya que los promedios ubican en enero un 67%, que ya es significativo, toda vez que se comienza a perfilar un crecimiento del desagrada en contra del régimen que alcanza los niveles del 24% promedio coincidente. Algo estaba pasando en ese momento que el régimen no lo percibió, pero la opinión pública sí.

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