Como saben, el Movimiento Indígena y Campesino de Cotopaxi le hizo un flaco favor a Leonidas Iza con un tweet totalmente desubicado.
Y luego Iza empeoró las cosas echando más leña al fuego. Dadas las reacciones que eso generó, creo prudente ir más allá de la «primera impresión».
Si Yaku Pérez, Lourdes Tibán, Salvador Quishpe, Jaime Vargas, lanzan sus precandidaturas gritando su odio al correísmo, a nadie sorprende. Pero si lo hace Iza, agita las aguas. ¿Por qué? Quienes vieron en él un cambio en la dirigencia indígena y un retorno a las bases, esperaban algo distinto.
Entonces, referirse a la Revolución Ciudadana con expresiones tipo “falsa Revolución, criminalización, enemigo de las organizaciones, gobernó para los grupos de poder, permitió redes corruptas”, molestó a más de uno y generó varios tipos de reacciones, algunas con un preocupante tinte racista: “el indio este, el indiecito no sabe nada, el indio vendido, etc”.
Grave ver esas expresiones en gente que dice defender el progresismo. Igual de incomprensibles resultan otras afirmaciones del tipo “los correístas no aceptan críticas, son una secta mesiánica, todo les ofende…”
Esperar que uno no responda cuando lo acusan de “gobernar para grupos de poder o para redes corruptas” suena bastante a “eso es parte del debate político”. Desconfío de la gente que tiene similitud ideológica con Romo. Desconfío de los que creen que defender la verdad es un error político.
Indignarte y responder cuando te insultan, no es ser un fanático acrítico. Justificar mentiras para lograr una candidatura, no es ser buen estratega político. Dicho lo cual, creo que es importante hacer una lectura del lenguaje “diplomático” que usa Iza. Y esto no es un tema menor.
En diplomacia importa mucho lo que NO SE DICE. Noten que Iza NO CAE en las bajezas de Tibán, Villavicencio, García y compañía. Le dice a Correa “su proyecto” y menciona varias veces al correísmo sin adjetivar. Eso ya es de resaltar. Es claro que no buscaba el aplauso del odio. Comparen!
Eso no quita los insultos antes mencionados (que como dije, merecían respuesta), pero sí los pone en perspectiva. Si vamos a ponderar un insulto, también hay que ponderar la ausencia de agresiones. Además, lo que dice Iza tiene una lectura particular si se mira adentro de su movimiento.
Al interior de Pachakutik (partido abiertamente anticorreísta) quieren impedir la candidatura de Iza achacándole una supuesta afinidad con el correísmo. ¿Tiene que marcar distancia? Sí. ¿Es necesario caer en ataques infundados? No! Siempre se puede encontrar una tercera alternativa.
Si solo se piensa en el objetivo de corto plazo (la candidatura) SIN MEDIR EL DAÑO A LA ESTRATEGIA DE LARGO PLAZO (lograr apoyo de otras fuerzas) no se juega para ganar. ¿De qué le sirve a Iza ser candidato del 5% si para eso se gana el rechazo del 40%? Hacer política es -también- un arte…
Quien acepte hoy “estrategias” miopes, cortoplacistas basadas en ataques y mentiras, mañana aplaudirá pactos “de la regalada gana”. Y si de consistencia se trata, ¿cómo es la cosa? ¿Correa no es suficientemente de izquierda, así que nos vamos con Lasso? La autocrítica es calle de doble vía.
Le tengo noticias Leonidas. Usted ha entrado en el juego de la derecha. Lo quiera o no. Supongamos que proscriben al correísmo (que promueve un socialismo democrático) ¿Por qué cree que le están dejando participar a alguien de línea marxista/mariateguista como usted?
Simple. ¡Porque la derecha lo ve como alguien más derrotable que al candidato correísta!
¿Qué cuento cree que posicionará la prensa sobre usted? ¿El dirigente que levantó a los indígenas para enfrentar un paquetazo injusto? ¿O el comunista desestabilizador que trató de dar un golpe de Estado, que ahuyentará la inversión extranjera y que nos “convertirá en Venezuela”?
La derecha cuenta con que usted llegue a segunda vuelta, y cuenta con que llegue solo. Su salida es dejar de hacerle el juego a la derecha, tanto a la que está fuera como a la que está DENTRO DE SU PARTIDO.
Deje de ganarse enemigos en el correísmo. Abra los ojos: el hecho de que, en octubre pasado, ustedes hayan puesto los muertos y nosotros los presos, debería decirle algo sobre quiénes son sus aliados naturales, y quiénes, los adversarios comunes que enfrentamos.
No soy ciego. Sé que no hay condiciones para una unidad con ustedes. Pero una vez que a nosotros María Paula Romo nos deje sin partido, y a usted la prensa lo convierta en “terrorista”, a lo mejor, a todos nos toque “cambiar de opinión” al apuro y evolucionar políticamente.
La unidad debe partir del reconocimiento del otro como interlocutor válido y en eso todos estamos fallando. Alberto Fernández dejó de atacar a Cristina para poder sentarse a conversar con ella.
Usted verá cómo juega. Pero sepa que cada que nos insulte, nosotros responderemos.