Crear un sujeto pasivo se ha constituido en una estrategia mediática gubernamental, conducida por la ignorancia del poder; que mira al pueblo como un analfabeto en la sociedad intercultural y en veces como un estorbo que complica la ejecución de la política sobre todo económica. Han pasado dos años y medio con fórmulas propias o extranjeras de atontamiento mediático que en algunos casos sus átomos cuánticos solo redimensionan el circo social.

Para emancipar con virtualidad, no solo basta aplicar ¨discursos¨ preparados con tinta y corbatín que reproduce desigualdad, divisionismo, mentira y miseria.  Si no, se requiere enfrentar al desarme de las conciencias de las élites y los sistemas dominantes que provocan desencadenamientos acelerados, que atrapan al ser humano en una ola que se ahonda y se dilata sin pausa en la dirección progresista de la burguesía. Donde las oligarquías y sus sucursales políticas ven al -dueño del circo- como medio para afianzar y satisfacer sus apetitos políticos y sus prisas mentales privatizadoras y corporativistas con capacidad de negociación offshore.

Esto evidencia una disputa permanente en la conquista del poder político y mediático, que no solamente considera el factor monetario, sino en ocasiones la manipulación y soberanía cultural de los pueblos, sometidos al control de capitalismo de vigilancia, que ha permitido incluso nuevas fórmulas para judicializar la política, en contra de mandato popular.  

La burbuja de ficción y su cronología semanal apunta al atontamiento mediático; solo basta con tomar el control remoto y cambiar de canal para evidenciar la agenda editorial política ecuatoriana, que ciega la realidad y limita la libertad emancipadora y reivindicativa de los pueblos. Parafraseando a Ranciere ¨Lo que atonta al pueblo, no es la falta de instrucción, sino la creencia en la inferioridad de la inteligencia¨, donde el amo es el ¨maestro ignorante¨. 

Tales ondas con enfoque y repercusiones son provenientes de medios de comunicación que construyen nuestra realidad pública, y a veces desnaturalizan la genuina trascendencia y magnitud de la información por defender las distintas ideologías e intereses, lo cual es un asalto frontal con el principio de la verdad, que genera una confusión global sin precedentes de irrealidad ¨Manipulación de la información¨.

Un elemento de perturbación para la audiencia son los noticiarios radiales y televisivos con línea editorial a favor de las élites corporativistas que pactan o acuerdan con los gobiernos para la construcción de una imagen pública como si fuesen dueños de la verdad, aplicando sistemas reguladores de la conveniencia. Estos imperativos genuinos son manejados por guías jerárquicos que con consciencia distorsionan y encausan la comunicación social, por resumir ¨El esclavo piensa con la cabeza del amo¨.  Esta huella envolvente, mantiene a la sociedad de masas y su conciencia colectiva en la ignorancia y con desequilibrio social.

Las sociedades contemporáneas lamentablemente son presa fácil del sensacionalismo, de ahí que, el entretenimiento que encuentran en las telenovelas, reality show y programas con patrones de violencia, potencia el atontamiento mediático y aleja al pueblo de la realidad nacional y la integración cultural, que evidencia una falta de conciencia humana.

Esta situación, provoca una reflexión compleja para fortalecer la supervivencia humana, que alcance un equilibrio entre la emancipación intelectual y la social, para transformar nuestra realidad en una genuina inspiración creadora y misión por la verdad.

Por Editor