Por Dax Toscano Segovia

Lo sucedido en el debut y despedida del programa transmitido por TC Televisión, La Posta XXX, el 4 de julio de 2021 no es un hecho aislado. Luis Eduardo Vivanco y Anderson Boscán no son la excepción. Son apenas una muestra de un séquito de personajes que, en nombre del ejercicio del periodismo, y de la libertad de expresión, utilizan la tinta, el micrófono y la pantalla para denigrar a todas y todos aquellos que no se ponen del lado del capital, de las oligarquías y del imperialismo. Lo paradójico es que, siendo instrumentos del orden establecido, se inventan a sí mismos como irreverentes y contestatarios: Jorge Lanata, Jaime Bayly y hasta Emilio Palacio. 

La chabacanería, la vulgaridad en el uso del lenguaje la quieren hacer pasar por irreverencia. Sus groserías, o sus dardos, los apuntan contra toda persona que no sea afín a su conciencia de clase. Sí. Porque están claramente identificados con las fuerzas dominantes, con los poderes fácticos que sostienen al sistema capitalista. No son independientes. Su accionar es el resultado de su ideología. 

Dicen ser políticamente incorrectos. Pretenden confundir a las personas haciéndose pasar por todo lo contrario de lo que son. Son funcionales al sistema, por ello gozan de su respaldo, aunque siempre serán objetos desechables de los que tienen el poder real. 

La forma ramplona en la que elaboran sus productos, con la cual quieren mostrar una supuesta cercanía con la gente, no es más que otro mecanismo para denigrar al pueblo o a la juventud a la que asocian con insultos vulgares, con conductas soeces o con gustos fútiles como la pornografía. De ahí La Posta XXX, al estilo de Porno Hub.

En ese “humilde cabaret de carretera”, a decir de sus protagonistas, Vivanco y Boscán pretendieron hacer de las suyas. “En un país donde pasa de todo y nadie lo entiende”, ellos vendrían a explicar todo a la masa ignorante y a “informarla adecuadamente”. Un loable propósito de Vivanco, “El niño polla” y Boscán, “El caballo loco” en suchongo informativo en el que, en un diálogo aburrido entre ellos, mientras degustaban una “manzanilla” de 12 años, pretendían dar a conocer la verdad al pueblo desorientado. 

“Manzanilla” on de rocks, degustaban los dos chulos, aclarando eso sí que no era otra cosa que eso, que hasta los vasos fueron cambiados oportunamente para que no se piense que estos inocentes personajes estaban bebiendo algo distinto puesto que, con su ejemplo, han cautivado a algunos jóvenes.   

Durante el programa Vivanco no perdió la oportunidad de buscar auspiciantes. A cada momento ofrecía la pantalla para obtener pauta. “Cuando veo pauta se me alegra la noche”, exclamaba Boscán. El signo dólar, como al Mac Pato, se le notaba en sus ojos. Todo un programa modelo para la juventud interesada en los temas políticos. 

Los irreverentes, los políticamente incorrectos no perdieron la oportunidad de rendir reverencia al primer mandatario, mientras afinaban puntería con sus dardos racistas para atacar a Leonidas Iza, líder social campesino y actual presidente de la CONAIE. 

El rol de la “RAP”, la Real Academia de la Posta, dijo Vivanco, es tratar de hacer una argumentación y construcción profundamente académica, conceptual e intelectual de quienes son nuestros políticos, a través de la ayuda del diccionario. 

El análisis de la “RAP”, a cargo de los pornoperiodistas de la Posta XXX, más parecía salido de las entrañas del ministerio de propaganda Nazi cuando decían que cuando oyen la palabra cultura sacan su pistola: “Este es un anarquista en todo el sentido de la palabra que cree que el descontrol en las calles puede ser mejor que el control desde la institucionalidad. Este no entiende lo que son las instituciones, salvo que sea para quemarlas”, dijo Boscán en ese segmento para referirse a Iza. 

Extraña forma de pensar de este periodista triple X que no ha dudado en defender a quienes en Venezuela han incendiado el país para derrocar al gobierno de Nicolás Maduro. El cinismo propio de Boscán que no oculta su forma despectiva para referirse al presidente de la CONAIE cuando le dice “este”.  Tan cínico como Maluma atribuyendo al arquero de la selección de Argentina, Emiliano Martínez, una conducta sexista.

A Leonidas Iza se lo acusó de vivir y lucrar de la bronca, para señalarlo como “tumba casas con patas”, “obsesivo”, “narcisista” y, sin ningún reparo, acusarle de haber quemadola Contraloría y de ser “un guerrillero al que solo le falta un arma para armarte la guerrilla”. 

No solo hay mensajes racistas y de desprecio hacia el otro en el porno periodismo de Vivanco y Boscán. Hay acusaciones maliciosas, hay estigmatizaciones y señalamientos que no solo afectan a la honra del dirigente indígena, sino que ponen en riesgo su seguridad y su vida misma, como cuando se lo califica de guerrillero. Tonos de voz, palabras usadas, gestos, énfasis en determinadas expresiones muestran a un Boscán cargado de odio contra el dirigente de la CONAIE. Al final, propio de su imbecilidad, los chicos porno terminaron de calificar de cabrón a Leonidas Iza. 

No se trata del odio como un sentimiento a secas. Es el odio político, hacia el otro, distinto, que se encuentra en una orilla diferente a la de ellos y que constituye un peligro para los intereses de la clase y el proyecto de dominación que Vivanco y Boscán defienden.  

Ya han salido en defensa de “El niño Polla” y “Caballo Loco” editorialistas como Gabriela Calderón de Burgos en el periódico El Universo, en un trabajo titulado “No hay derecho a no ser ofendido”, en el cual señala que lo dicho en el precario programa es un “chiste” que no tiene motivación en la “raza” del individuo, minimizando el ataque rabioso, como si se tratara de una simple broma y hablando de raza cuando este concepto colonial se ha demostrado ha sido una invención de los que dominan para minimizar al otro no solo por sus características físicas, sino también por su lengua, sus expresiones, sus creaciones, en fin, por su cultura y así justificar su explotación o el artículo de José Hernández en 4 Pelagatos “¿Y por qué no una guillotina en la Plaza Grande?” en el que mediante una serie de sofismas continúa los ataques contra Leonidas Iza, acusándolo de violento, mientras quiere hacer pasar al insulto, la estigmatización y la calumnia como críticas a un político o el propio gerente de TC Televisión, Rafael Cuesta Caputi que en un editorial en El Noticiero los calificó de “irreverentes”, “con una gran capacidad creativa y crítica”, mientras no perdía la oportunidad para felicitar a Moreno y Lasso por dejar hacer y dejar pasar todo lo que el periodismo asalariado y los medios de comunicación al servicio del capital proponen en nombre de la llamada libertad de expresión. También en redes han aparecido figuras como la del abogado Ramiro García para emitir sus criterios legales en defensa de estos actores del pornoperiodismo ecuatoriano.

En entrevista sostenida el 2 de julio de 2021 con Gabriela Galárraga, de FM Mundo, Luis Eduardo Vivanco dijo que TC Televisión les había dado la libertad absoluta para hacer ellos lo que consideren, con cero restricciones editoriales. También indicó que su propósito era “evangelizar con su palabra” no solo al segmento de la población a la que ellos llegan a través de las redes sociales, como la clase media, sino a la que el canal llega, siendo ese “target” su objetivo. 

¿Cuál es el sector de la población del que hablaba Vivanco? Los sectores populares, fundamentalmente de la costa ecuatoriana: confundir al pueblo, alienarlo y ganar adeptos para la defensa del sistema. 

Lo acontecido en La Posta XXX es una muestra muy pequeña de lo que sucede en el periodismo en el Ecuador y otros países de Latinoamérica: líderes sociales estigmatizados por los medios de comunicación social al servicio del capital y las oligarquías por defender los derechos del pueblo. Un caso concreto es el rol de Salud Hernández y Vicky Dávila en Colombia, ambas periodistas de la revista Semana quienes no han dudado un instante de calificar de vándalos, terroristas a quienes desde la primera línea han permanecido en pie de lucha contra el gobierno criminal de Duque al que ellas defienden. 

Pero no solo tiene que ver con lo que dicen o hacen los porno periodistas, sino con todo lo que se produce, reproduce y distribuye a través de los medios de comunicación masiva o ahora también a través de las diversas plataformas de Internet. 

Programas de televisión, películas, producciones musicales y escritas embrutecedoras, alienantes, banales cuyos propósitos son los de destruir la historia de los pueblos, su cultura, su lengua, su espiritualidad, mientras difunden mensajes racistas, misóginos, machistas a través de los cuales también justifican los procesos de dominación, explotación y saqueo colonial, neocolonial e imperialista de los países en el mundo. Las narconovelas son un ejemplo, así como la música que las grandes corporaciones como Sony, Universal, Warner proporcionan a la niñez y la juventud cuyos exponentes más sobresalientes son Bad Bunny, LilPump, Farruko incitándoles a consumir alcohol, drogas, a obtener de manera fácil el dinero y a follarse a cuanta mujer puedan para luego desecharlas. 

La discusión debe ser más amplia sobre lo que sucede alrededor de lo que los medios transmiten hacia la población. Es indispensable que la familia, la escuela, los mismos medios y las facultades de comunicación social reflexionen sobre la importancia de dar producciones adecuadas a la niñez y a la juventud y al público en general, para de esta manera cultivar en ellos el gusto por el arte, la música, la pintura, el cine de calidad. Que sepan deleitarse con El Guernica de Picasso, con un buen son de Compay Segundo, con una poesía de Roque Dalton, con una obra maravillosa del séptimo arte como Ladrón de bicicletas y no conprogramas como La Posta XXX, cantantes como Anuel AA, libracos como Juventud en Éxtasis de Cuauhtmoc Sánchez o películas como El Francotirador. 

Por Editor