En esta fanesca de partidos, movimientos y candidatos, es difícil discernir a quiénes tienen sabor a patria, a servir el bien común, a defensa de los pobres, a utopías transformadoras. En un primer tiempo trataremos de ver ‘quién es quién’ y luego cuál es el ‘desafío mayor’ de estas elecciones. ¡Adelante en esta caminata!

  1. CANDIDATOS: ¿QUIÉN ES QUIÉN?

Como nunca antes hay un número muy elevado de candidatos -¡80,000! las veces anteriores: 40,000- para unas elecciones locales y provinciales, la mayoría sin referencias a algún partido político tradicional ni a alguna organización popular. Eso vuelve difícil discernir dónde se ubican en la palestra política para saber a quiénes apoyan: ¿los ricos o los pobres?

Para un buen discernimiento, una primera regla para saber adónde apunta un candidato es conocer a qué ideología pertenece… porque cada candidato obedece a una ideología, es decir, un programa de trabajo que tiene un plan preestablecido, aunque no lo diga. Este ambiente de confusión huele a perversidad de parte de los candidatos y a desorganización de parte los ciudadanos. Si no estamos claros quiénes vamos a perder somos ‘los ciudadanos de a pié’, porque “¡En río revuelto, ganancias de pescadores!”

Lastimosamente, a los candidatos les interesa que no se les conozca su verdadero proyecto: la gran mayoría busca primero su interés personal y utiliza promesas, mentiras y la ignorancia de mucha gente para lograr un puesto donde robar. Por otra parte muchos ciudadanos prefieren la pasividad, la desorganización, la comodidad… y mañana caerán en más explotación, más esclavitud y más pobreza… por causa de los que les prometieron “el oro y el moro”. ¿Hasta cuándo? Pero, “mi Palabra, dice Dios, es como la lluvia: no regresa a mí sin haber fecundado la tierra”. Lo mismo pasa con nuestra palabra y nuestros hechos, si tenemos palabras y acciones.

Por eso tenemos que animarnos a conocer a los candidatos que buscamos para nosotros y para todos mayor dignidad, mayor crecimiento personal y social, mayor fraternidad, mayor participación y mayor justicia. ¡Cuán alejada parece ser de todo esto la campaña electoral: se asemeja más a un circo con pésimos payasos que a una oportunidad de diseñar un proyecto de país y de luchar por el mismo!

La realidad es que el diseño del país sigue dos libretos bien definidos. Por una parte está el del neoliberalismo promovido por la oligarquía tradicional que busca gente sumisa, acrítica, fácil de engañar y explotas, en definitivo esclavos y más esclavos para el beneficio de sus intereses. Por otra parte, está el sueño postergado de un país más consciente, más unido, más participativo, más equitativo, más creativo. En conclusión, los candidatos que necesitamos son aquellos que denuncian la traición del neoliberalismo en que estamos y que nos animan a resistir y revertirlo. Los que no dicen nada sobre el asunto se hacen cómplices de la situación cada vez más catastrófica en que estamos.

Para resumir tenemos 3 grupos de candidatos. Un primer grupo lo conforman los partidos que apoyan el actual gobierno y que nos invitaron a votar ‘7 veces sí’ en la consulta popular. Entre estos está la gran mayoría: lista 35 de la llamada Alianza PAIS con Lenin Moreno, lista 6 del Partido Social Cristiano (PSC) con Jaime Nebot, lista 21 de CREO (Creando Oportunidades) con Guillermo Lasso, lista 12 de la Izquierda Democrática (ID) con Paco Moncayo, lista 3 de Sociedad Patriótica con Lucio Gutiérrez, lista 2 de Unidad Popular o antiguo MPD, lista 1 de Centro Democrático con Jimmy Jairala, la lista de FE (Fuerza Ecuador) con los Bucaram, etc.

En el segundo grupo de partidos políticos están los que callan, es decir, la mayoría de los partidos y movimientos recién aprobados para estas elecciones: son los cómplices, encubridores y aprovechadores de las desgracias que han comenzado a caernos encima.

El tercer grupo está conformado actualmente por el Partido Socialista Ecuatoriano (MOPEC) de la lista 17 con Patricio Zambrano, el partido Fuerza Compromiso Social (FCS) de la lista 5 de la Revolución Ciudadana con Rafael Correa. Tal vez se ponga en este grupo de oposición Pachakutik de la lista 18 de la CONAIE. La Revolución Ciudadana de la lista 5, con unos 30 asambleístas, propone la continuidad y la mejoría del proyecto por el que se votó en las últimas elecciones presidenciales. El primer titular de la lista 5: “Fuerza Compromiso Social”, Iván Espinel, se retiró y ofreció su Movimiento Político a la Revolución Ciudadana de Rafael Correa, ya que el Consejo Nacional Electoral no quiso por 3 veces otorgarle a la Revolución Ciudadana un reconocimiento oficial a pesar de presentar más de un millón de firmas. Esta lista 5 (FCS) es el partido que tiene, como en la Consulta Popular, el mayor apoyo de la ciudadanía, llegando según las últimas encuestas a nivel nacional a 35% de opiniones favorables. Así, más de la 3ª parte del electorado ecuatoriano sigue fiel al proyecto de la Revolución Ciudadana.

A ver entonces si logramos ubicarnos y ubicar a las y los candidatos en su verdad para no salir engañados y atropellados, pues nos quieren dar “gato por liebre”. “Por sus frutos los reconocerán” nos dijo un tal Jesús. Sabemos que “las promesas se las lleva el viento”, pues “más vale un pájaro en la mano que cien volando”.

  1. Elecciones: el mayor desafío.

La situación del Ecuador es de la más caótica y no vemos bien de qué manera podemos salir del empantanamiento actual. Después de la traición a las elecciones presidenciales vino la ilegítima consulta popular que nos trajo el Consejo Transitorio de Participación Ciudadana, denunciada por la misma OEA (Organización de los Estados Americanos). Luego vinieron los cambios de las 13 entidades del control estatal y sus conflictos internos. Todo eso animado por la lucha contra la inventada corrupción generalizada del correísmo. Al final vino la puesta en marcha de las elecciones locales y del nuevo Consejo de Participación Ciudadana, frente a un gobierno que quita a los pobres para dar a los ricos. Ahora están los innumerables partidos y movimientos políticos aprobados, ¡280! con sus innumerables candidatos ¡80,000! que vuelven casi ‘ingobernables’ tanto la campaña electoral como el mismo desarrollo de las elecciones. Los grupos de derecha temen que no ganen los candidatos que promueven con enorme propaganda y hasta se quejan de que los candidatos al Consejo de Participación ciudadana sean… correístas: “¡Alerta! ¡Alerta roja! ¡Alerta máxima!”, gritan… Y actualmente ¡80% de los ecuatorianos no saben por quiénes van a votar dentro de un mes!

Esta desmesurada cantidad de partidos y candidatos demuestra 2 evidencias: por una parte, la desconfianza total en los partidos tradicionales y por otra el surgimiento de una participación ciudadana inesperada que nadie controla. ¿Quién es quién? ¿Sabremos discernir entre los partidos y los candidatos los que han venido para servir la ciudadanía y fomentar el bien común? porque sí los hay: un cierto número proviene de distintas organizaciones populares pequeñas que han demostrado hacer un trabajo benéfico ‘para la comunidad’. El criterio seguro para no equivocarse en este caso es: “El árbol se reconoce por sus frutos” y no por sus hojas ni flores, tan lindas puedan ser… Por esta razón, los partidos tradicionales se están alarmando porque los estamos marginando… y el correísmo y su lista 5, ‘Fuerza Compromiso Ecuador’, tienen por delante caminos abiertos porque, a pesar de todo, los 10 años de la Revolución Ciudadana desarrollaron en mucha gente conciencia crítica, participación ciudadana y autoestima. Pero no todo está ganado en esta gran fanesca de la campaña electoral y las elecciones venideras.

¿Cuál es entonces el desafío mayor? Podría ser el siguiente: “las soluciones vienen desde abajo”. “¡Fuera de los pobres no hay salvación!”, decía monseñor Oscar Romero. Las elecciones locales son el espacio más cercano sobre el cual podemos influir grandemente. Un paso positivo se ha dado: un cierto número de candidatos en cada provincia provienen de ‘abajo’, de las bases. Pero muchas veces las mismas bases desconfían de las y los que salen de su seno. ¿No se decía eso ya del mismo Jesús?: “¿Qué puede salir de bueno de Nazaret?”…

Entonces: ¡A creer en nosotras y nosotros! ¡A apoyar las y los candidatos de salen de nuestras asociaciones y organizaciones! ¡A participar de las propuestas que hacen para confirmarlas, mejorarlas, fiscalizarlas para que sean efectivamente un servicio comunitario! ¡A dar a conocer mediantes les redes sociales a las y los candidato que son de los nuestros, de los de abajo! Esta campaña electoral nos desafía porque nos provoca a participar positiva y masivamente. A nadie más que a nosotros podremos echar la culpa si las y los candidatos electos no representan ni defienden nuestros intereses.

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