Editorial 13 RutaKrítica

El banquero candidato Guillermo Lasso no supo rivalizar con su principal oponente: Jaime Nebot. Y éste último, el alcalde guayaquileño, entendió mejor (quizá porque tenía mejor información o al menos ocultaba algo) el devenir del Ecuador tras la candidatura de Lenín Moreno, su amigo y ahora su más allegado aliado político.

Si es cierto que Moreno habría preparado la implosión interna de la Revolución Ciudadana desde el momento mismo que aceptó la candidatura presidencial para suceder a Rafael Correa, entonces Nebot jugó sus cartas con absoluta sapiencia y con una dosis de extremada cautela: no fue enfático en su apoyo a Chyntia Viteri, fue virulento y frontal con Lasso y supo, ante todo, mantener una distancia prudente frente a las acusaciones contra Moreno desde los medios de comunicación (que al parecer no conocían de esa fragua política).

Como la política también es una disputa de vanidades y un juego de egos, Lasso quiso ser presidente por encima de todas sus limitaciones intelectuales y políticas, apeló a su poder económico como su plataforma electoral y pudo cooptar apoyos desde las supuestas izquierdas que en el afán de “desmontar” el correísmo no se sonrojaron votando por un banquero, coautor del feriado bancario y un miembro declarado del Opus Dei.

Hoy, a un año de instalado en el gobierno, Moreno ha superado de largo a Lasso, ha hecho mucho más de lo que el banquero imaginó si se sentaba en la silla presidencial de Carondelet. Claro, todo eso gracias a una bien montada estrategia de enmascaramiento: mostrarse como es más leal y ferviente seguidor de Correa y un militante firme de la Revolución Ciudadana, cuando ahora, en cada intervención, decisión y nombramiento, dice todo lo contrario, hace las veces de contradictor y hasta del más excelso pensador de la derecha ecuatoriana:

1.- Moreno convocó a una consulta que si la hubiera hecho Lasso la habría perdido.

2.- El Presidente de Alianza PAIS desmonta la filosofía y las normativas económicas de la Revolución Ciudadana que al banquero guayaquileño le habría sido sumamente difícil al no contar con mayoría en la Asamblea Nacional

3.- El Primer Mandatario cuenta con un aparato de persecución política, a través de la Contraloría y el Consejo de Participación Transitorio, que el líder de CREO jamás habría podido implementar con tanta comodidad.

4.- Ese mismo aparato, con una Fiscalía y Contraloría bajo su control, pudo encarcelar a Jorge Glas, acontecimiento que le hubiera sido mucho más difícil a Lasso porque se habría preocupado más por salvar sus cuentas en el exterior o a sus amigos vinculados a ciertos casos de la red corruptora de Odebrecht.

5.- Y, por último, Lenín Boltaire Moreno Garcés, cuenta con un aparato mediático y empresarial a su favor, ocultando información y resaltando todo lo que sea en perjuicio de Correa y sus allegados, que Lasso no habría manejado con facilidad, pues tenía en ese mismo aparato algunos detractores y críticos.

Pero ante todo, el gobierno actual ha congelado la dinámica económica o la ha diluido a favor de los importadores, de un grupo de empresarios que ven en Moreno a su mejor aliado y también ha neutralizado al movimiento social al canjear puestos y espacios de poder bajo el amparo de la llamada “mano extendida” y del “diálogo nacional”.

Por lo pronto el año de gestión gubernamental también deja pendientes algunas dudas, que no necesariamente se absolverán en el Informe a la Nación del 24 de mayo. Por ejemplo: ¿los llamados ministros de izquierda rubrican la política económica ahora al mando de Richard Martínez? ¿La política exterior a favor de la soberanía y la autodeterminación sintoniza con los postulados de la izquierda en el gobierno después de los acuerdos con EE.UU. y las decisiones sobre Julian Assange y Venezuela? ¿Tendrán los ministros de izquierda la capacidad y el poder para imponerse en el nombramiento de embajadores, cónsules y otros cargos en el exterior que ahora son otorgados a socialcristianos, ex generales, empresarios y aportantes de la campaña electoral por fuera de las cuentas de Alianza PAIS?

Lo que sí queda claro es que Moreno clonó a Lasso con muchos más átomos y neuronas de las que el banquero habría tenido para gobernar y con ello la derechización del Ecuador solo avizora un panorama poco alentador para una economía dolarizada, para una gobernabilidad a favor de los derechos y sobre todo para desarrollar lo que dejó pendiente el correísmo de la aplicación de la Constitución de Montecristi, que ahora empieza a sufrir heridas y desmoronamientos todavía de baja intensidad.

 

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