El peculado bancario es un delito penal. Es muy importante en nuestra tradición jurídica contemporánea. Nos recuerda al nefasto rol de los banqueros en el feriado bancario cuando usaron el dinero de los depositantes como si fuese dinero propio. Tomaron el dinero de los depositantes para beneficiarse y enviarlo a empresas offshore en paraísos fiscales. Usar dinero de los depositantes que ha estado confiado a un banco para financiar una campaña electoral del dueño del banco ciertamente califica como peculado bancario. Recordemos el episodio CREO-Cedatos pero olvidémonos un momento sobre la falsificación de las encuestas y enfoquémonos en la figura del peculado bancario (segunda parte del artículo 278 del Código Penal).
Primer acto.
Según el expediente del juicio a Cedatos, Cedatos fue contratado por Livercostas S.A. por $1,5 millones entre 2015 y 2017, durante la segunda campaña electoral de Guillermo Lasso. Livercostas concentró dos terceras partes de las ventas de Cedatos, entre 2015 y 2017. Es decir, Cedatos dependía financieramente de Livercostas. ¿Los gastos de Livercostas se podrían considerar aportes de campaña o pauta publicitaria?
Segundo acto.
Livercostas es una empresa creada por allegados a Guillermo Lasso. Su principal cliente (80%) era el Banco de Guayaquil por $12,7 millones. En su página web, Livercostas menciona a Banco Guayaquil y American Express (parte de BG) como sus clientes. Es decir, Livercostas dependía financieramente del Banco de Guayaquil. ¿Los gastos del Banco de Guayaquil eran aportes de campaña, pauta publicitaria o uso arbitrario del dinero de los depositantes?
El dueño del 80% de las acciones de Livercostas S.A. de la pareja Iván Correa Calderón y María Verónica Mackliff. Ellos compraron las acciones a los hijos de Lasso. Iván Correa Calderón es miembro del Directorio de Banisi, el banco offshore de Lasso.
María Verónica Mackliff es la apoderada de otro banco offshore, Banco Bolivariano Panamá (BBP). Casi igual que Banisi, el 80% de sus depósitos vienen del Ecuador. BBP tiene apenas 33 empleados, cero cajeros automáticos. BBP tiene una oficina de representación en Urdesa, en Guayaquil. El accionista de BBP es otra offshore, Equiholding.
Tercer acto.
Además de Cedatos, el principal proveedor de Livercostas es Publicitaria Cariba S.A. Extrañamente, uno de sus principales clientes es su principal proveedor. Livercostas pagó $7,8 millones a Cariba. Es decir, Cariba dependía financieramente de Livercostas.
El principal accionista de Cariba S.A. es una empresa offshore panameña, denominada Sault Investments Inc. El único accionista de Sault es un ecuatoriano-estadounidense residente en Miami. El apoderado de Sault en el Ecuador tiene sus oficinas en el piso 11 del edificio Finansur (el nombre del banco que se fusionó con el Banco de Guayaquil). Según el apoderado, Sault maneja su dinero en Banisi, el banco panameño de Guillermo Lasso. Sault Investment tuvo mucho que ver con los Certificados de Depósitos Reprogramados en la crisis del feriado bancario.
¿Cómo se llama la obra?
Examinemos la ruta del dinero: dinero de los depositantes del Banco de Guayaquil fluyen a Livercostas por “pauta” o “aportes”. Livercostas paga a Cedatos por los servicios prestados en época de campaña. Livercostas también paga a Cariba por “pauta”. Cariba remite ganancias a una empresa panameña llamada Sault. Sault mantiene su dinero en Banisi Panamá, el banco offshore de Lasso. La obra se llama peculado bancario, y el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social debería investigar con agilidad.