Pedro Pierre

Este mes de noviembre fue el aniversario del final de la llamada ‘Primera Guerra Mundial’, de triste memoria. Por supuesto que hubo ‘gran celebración’ en Paris con unos 70 jefes de estado… De hecho una gran hipocresía,… que a lo mejor quería esconder otras guerras declaradas y no declaradas que hacen, desde decenios, tanto o más muertos que la Primera y Segunda Guerra Mundiales.

  1. La gran hipocresía de la celebración del fin de la Primera Guerra Mundial

La celebración en París del centenar del final de la llamada Primera Guerra Mundial el 11 de noviembre pasado fue una gran hipocresía. ¿Qué se celebraba? 20 millones de muertos en 4 años, el fin de los imperios europeos anteriores y la preparación de la llamada Segunda Guerra mundial. ¿Quiénes celebran? Los mismos que guerrearon y volverán a guerrear 20 años más tarde. Setenta jefes de estado en París en dicha celebración. Y entre ellos Netanyahu, el sanguinario primer ministro de Israel que lleva una guerra de 70 años contra los palestinos, comiéndose sin descanso ni vacilaciones sus vidas y su territorio. ¿Y los desaires de Trump contra Macron, el presidente francés? Los dos están involucrados en 7 actuales conflictos bélicos en varias partes del planeta contra países que luchan por su independencia y siguen planificando nuevos. Se trata más bien de ver quién es capaz de conservar la hegemonía mundial por las armas: ¿o Estados Unidos o la Unión Europea?, ¿o Moscú o Pekín? ¿Qué clase de celebración es ésta en París el 11 de noviembre de 2018? La gran hipocresía. ¿De qué guerra estamos hablando: la de hace 100 años o la de hoy?

La ‘Primera Guerra Mundial’ fue principalmente europea. Fue el enfrentamiento bélico de la “Triple Alianza” contra la “Triple Coalición” por el dominio industrial mundial. La Triple Alianza era conformada por Alemania, Austria-Hungría e Italia y la Triple Coalición” por Francia, Inglaterra y Rusia, teniendo como aliados Bélgica, Portugal, Japón, Estados Unidos y China. El detonante del conflicto en junio de 1914 fue el asesinato por un joven nacionalista serbio del gobernante de Austria. El imperio austrohúngaro declaró la guerra a Serbia desencadenando la activación de todas las demás alianzas. Al final de dicha guerra, las graves sanciones económicas impuestas a instancias de Francia e Inglaterra a Alemania provocaron un proceso de revancha que desembocó en la “Segunda Guerra Mundial”, más mortífera que la ‘Primera’. Y hoy los poderosos de siempre, en una celebración grandiosa, nos quieren imponer su agenda, sus puntos de vista y su dominación.

Hace tiempo que en América del Sur hemos dejado de ser el supuesto ‘continente de la paz’, porque siempre fuimos agredidos y saqueados. Después de 10 años de tomarse un rumbo de independencia e integración, el imperio del norte con la complicidad de las oligarquías locales está desarrollando un nuevo período de dominación para seguir manteniendo sus privilegios y aumentando sus riquezas financieras. Las agresiones norteamericanas contra Venezuela ahora están dirigidas desde Colombia y Brasil, con sus presidentes de extrema derecha recientemente elegidos. Ellos representan la vanguardia de la agresión imperialista a América Latina con el respaldo del secretario general de la OEA (Organización de los Estados Americanos), el uruguayo Luis Almagro.

La gran hipocresía se ha derramado por las Américas… ¿Dónde nos ubicamos? ¿Con las oligarquías que nos gobiernan mintiéndonos sin respetar ni Constitución ni ética o con los pueblos y organizaciones populares en lucha por una Patria grande, libre y fraterna? De nuestra opción depende de cómo se nos califique: de hipócritas o de dignos latinoamericanos.

  1. ¡Guerra al neoliberalismo!

Hay guerras declaradas y otras no declaradas. El neoliberalismo es una guerra no declarada que causa más muertos que la Primera y la Segunda Guerra Mundial juntas. Desde que el gobierno de Estados Unidos decidió detener y tumbar los gobiernos progresistas latinoamericanos, la pobreza y la violencia de Estado han vuelto a aumentar en América Latina. Sabemos que la miseria mata más gentes que la violencia.

Eso estamos volviendo a sufrir los latinoamericanos. Lo vemos en este momento con 4 caravanas de varios miles de personas, principalmente hondureñas, que se dirigen o han llegado algunas a la frontera con Estados Unidos, huyendo de la miseria, la violencia y la persecución en sus respectivos países. Ya varios de ellos que habían empezado un proceso más democrático, más participativo, más equitativo, más integrador del continente han visto sus sueños troncados por golpes blandos o mañosos y sus gobiernos han implementado situaciones de miseria, violencia y persecuciones contra las protestas populares. El primero a caer fue Honduras desde 2,009. Luego vinieron Paraguay y Argentina. Y ahora son Brasil y Ecuador por obra y gracia del actual presidente que traicionó sus electores que se lo eligieron para continuar la Revolución Ciudadana del presidente Rafael Correa, del que había sido vicepresidente… El ‘Tío Sam’, en la persona de Donald Trump, ha vuelto con su política colonialista e imperial para imponerse en la que considera su ‘patio trasero’ donde quiere hacer lo que le da la gana. El gobierno del Ecuador vuelve a serle sumiso imponiendo progresivamente un neoliberalismo puro y duro. Y la pobreza que había disminuido de 20% en el gobierno de Rafael Correa empieza a aumentar nuevamente.

Pero hay otra guerra no declarada en el país. Se nos dice y hasta se ha escrito que los indígenas del Ecuador están en “vía de desaparición”. La alerta había sido dada con el último censo de 2,011, donde ¡sólo 7% de la población ecuatoriana se reconocía indígena! En la Amazonía, ni hablar… Las empresas petroleras, madereras y turísticas son las nuevas máquinas de guerras tanto o más destructoras que un tanque o una ametralladora. El racismo muchas veces feroz contra los indígenas es otra arma de destrucción masiva… mientras que la 4/5ª parte de la población ecuatoriana tiene sangre indígena. Estamos en el camino hacia la autodestrucción.

¿Qué hemos hecho este 30 de noviembre con los “Movimientos Sociales y Populares Latinoamericanos hacia el ALBA” (Alianza Bolivariana para América) que nos convocaron a una ‘Jornada Internacional Antiimperialista’, desde Argentina? Allí se reunieron ese mismo día los jefes de Estado de los 20 países más industrializados para fortalecer el neoliberalismo.

Recordemos lo que decía un tal Jesús de Nazaret: “No pueden servir a Dios y al dinero: amarán el uno y aborrecerán al otro”, porque el proyecto del ídolo ‘Dinero’ es la acumulación de riquezas a costa de la vida de los pobres y el proyecto del Reino de Dios promueve una fraternidad universal hecha de compartir, de justicia y de fe. ¿Hemos optado de verdad?

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