Irán significa tierra de los Arios y hasta 1935 se llamaba Persia. Su nombre oficial actual es República Islámica de Irán. Tiene una superficie de 1.648.195 km² y una población superior a 78 millones, con una esperanza de vida de 70 años; étnicamente, el 61% es persa, el resto son kurdos, baluches, azeríes, turkmenos, árabes, armenios, judíos y asirios. El 89% profesa la religión musulmana chiíta y el 9% la musulmana sunnita. Los credos minoritarios son: el zoroastrismo, religión y filosofía que derivan del mazdeísmo un milenio antes de Jesucristo, se funda en las enseñanzas del profeta y reformador Zoroastro o Zarathustra, que reconoce como divinidad a Ahura Mazda; el mazdeísmo, mezcla de convicciones morales tomadas del libro el Avesta, escrito por Zarathustra; el sufismo, corriente mística del Islam chiíta dedicada a la relación de Dios con el Cosmos, a la interpretación interna de los preceptos islámicos, a las cuestiones del espíritu, a la purificación del alma y a la metafísica, fundada en el siglo XIII por Yalal ad-Din Muhammad Baljí; el bahaísmo, fe de la comunidad babí fundada en 1845 por Mirza Hussein-Alí; el cristianismo y el judaísmo.
El 612 a.C. se funda el Imperio Iranio, poco después, Ciro el Grande, unifica a los persas, somete a los medos y conquista Babilonia, Siria, Palestina y Asia Menor. Su hijo, Cambises, anexa Egipto y forma en el Medio Oriente el mayor imperio conocido hasta entonces. El Imperio Persa tiene su mayor esplendor con Darío, que lo organiza mediante satrapías, elabora una red de caminos y levanta palacios y monumentos en las capitales Susa y Persépolis. Con Dario comienza también el declive del Imperio Persa cuando emprende contra los griegos las Guerras Médicas, que continúan sus sucesores Jerjes, Artajerjes, Darío II, Artajerjes II y Darío III.
Dario y Jerjes invaden Grecia, pero son derrotados; sin embargo, algunos griegos se integran a Persia. El más notable es Temístocles, quien, pese a que en la batalla de Maratón pelea contra el ejército de Darío y en Salamina es el mentor de la victoria ateniense contra Jerjes, se refugia en Persia cuando por su actividad política tiene problemas en Atenas; finalmente, se hace gobernador de una provincia persa.
Más adelante, Ciro el Joven logra sus objetivos en Grecia enfrentando a los griegos entre sí en la Guerra del Peloponeso, cuando financia la victoria de Esparta sobre Atenas. El filósofo Jenofonte escribe sobre Ciro: “Es el hombre más apto para reinar y el más digno de gobernar entre los persas que sucedieron a Ciro el Viejo… Juzgo que nadie ha sido amado por más personas ni entre los griegos ni entre los bárbaros.” Lisandro, general de Esparta, relata que Ciro estaba interesado en mostrarle su jardín paradeisos, origen de la palabra paraíso; le felicita por lo hermoso del diseño y cuando le sugiere que debería dar las gracias a los esclavos que hicieron el trabajo y lo planificaron, Ciro le indica que él es el autor del boceto y que incluso plantó algunos árboles. Al ver la reacción de Lisandro, le explica: “Juro por Mitra, que nunca comí sin haber sudado antes realizando alguna actividad, ya sea en el arte de la guerra, en la agricultura, haciendo ejercicios o de cualquier otra manera.”
Alejandro Magno conquista Persia y en una noche de exceso de alcohol arrasa Persépolis, incitado por una cortesana griega; se venga así de la quema de la Acrópolis por Jerjes. Es condenable la devastación generalizada de los centros culturales y religiosos de Persia, ordenada por Alejandro después de su invasión, aunque luego se hubiera lamentado por las destrucciones y se sintiera tan conmovido por lo que vio en la saqueada tumba de Ciro el Grande que, de inmediato, ordena repararla. De no morir tan joven hubiera restaurado muchas más obras, pues Persia lo seduce y es su gloria, un logro más para sus aspiraciones a la inmortalidad. La conquista de Persia es su trofeo más valioso, su mayor logro, ya que ese imperio se extiende desde Asia Central hasta Libia.
Los partos gobiernan Irán desde el año 250 a.C. y levantan un imperio en las orillas del mar Caspio, que defienden de los romanos. En el 226 a.C. se forma el Imperio Sasánida, que lucha sin cuartel contra los romanos, los bizantinos y las tribus del Asia Central; sólo los árabes del califato de Damasco logran conquistar Irán, luego de derrotar en el 636 d.C. al último sha, Yazdgard III. Los árabes son tolerantes con las antiguas religiones de Persia y su lengua, en la que a partir del siglo X escriben grandes poetas medievales como Omar Khayyam.
Cerca del año 1000, Persia es conquistada por los turcos y dos siglos después, en 1220, por Gengis Kan, que funda el kanato de Persia. Los ejércitos mongoles de Tamerlán asolan Persia en el 1380. Al caer Persia bajo el dominio mongol, cobra auge la influencia china. El arte persa contribuye al esplendor de Samarcanda, donde su predominio se conserva en la cerámica vidriada, en los altos tambores que sostienen las cúpulas y en los mocárabes de los pórticos de entrada.
En el siglo XVI se origina el sufismo en las montañas de Azerbaiyán. En el santuario de Ardabil, cerca del mar Caspio, los sufistas organizan su Estado, que consolida en Irán definitivamente la preeminencia del chiísmo. Ismail, jefe chiíta, se proclama sha en el año 1501.
La dinastía kayar es una familia real de Irán, de origen turco, que gobierna Persia desde 1785 hasta 1925, cuando toma el poder Reza Pahleví, jefe militar nacionalista. En 1941, Reza Pahleví abdica en favor de su hijo Mohammad Reza Pahleví.
La CIA, con ayuda británica, el 19 de agosto de 1953 da el golpe de Estado que derriba el gobierno de Mohammad Mosaddeq, electo en elecciones libres, y nombra sha a Mohammad Reza Pahleví, que pone fin a ese movimiento democrático; Mosaddeq, para recuperar el control de los recursos nacionales en beneficio del pueblo, había nacionalizado el petróleo el 20 de marzo de 1951.
EE.UU. arma al ejército del sha, forma a sus militares y adiestra a la Savak, la terrorífica policía secreta encargada de eliminar a toda la oposición al gobierno. El programa “Átomos para la paz”, patrocinado por el Presidente Eisenhower, permite a Irán comenzar el desarrollo atómico, que hoy tanto asusta a Occidente.
En enero de 1978, el pueblo se levanta contra la dictadura del Sah, que huye del país en enero de 1979, tras 25 años de reinado. Luego, el ayatola Ruhollah Jomeini vuelve del exilio e Irán se convierte en República Islámica. Las relaciones con EE.UU. se vuelven antagónicas después de que estudiantes de Irán entran a la embajada de ese país, capturan a su personal, al que acusan de espiar para la CIA y buscar la derrota del ayatola. El recuerdo de la intervención de EE.UU. en el golpe de 1953 intensifica el rencor iraní hacia Washington.
Cuando fracasan las operaciones encubiertas organizadas por la CIA para derrocar al régimen islámico, EE.UU. utiliza a Saddam Hussein y a su ejército, armado y entrenado por la CIA y el Pentágono. El 23 de septiembre de 1980 estalla la guerra entre Irán e Irak, que produce un millón de muertos entre civiles y militares. La guerra termina en 1988. Al año siguiente muere Jomeini y Alí Jamenei le sucede como jefe de Estado. Luego de la ejecución de Saddam Hussein, el ayatola Jamenei prevé que Irán es el próximo objetivo militar del Pentágono. En el 2002, el Presidente Bush incluye a Irán en el eje del mal, porque, según él, apoya al terrorismo. En la actualidad, Estados Unidos y las monarquías petroleras del Medio Oriente preparan la guerra contra Irán, para aniquilar su soberanía e independencia y apoderarse de sus riquezas naturales: gas, petróleo y cobre.
La creciente tensión entre ambos países, ha sido incrementada a partir de que Trump rompiera, en mayo de 2018, el acuerdo nuclear conocido como Plan de Acción Integral Conjunto, PAIC, firmado el 2015 por Irán, Rusia, EE.UU., Inglaterra, China, Francia, Alemania y la UE, que establece limitaciones al programa nuclear de Irán a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales en su contra. Trump comienza entonces una política de sanciones contra Irán, por lo que ese país ha suspendido parcialmente sus obligaciones en el PAIC y exige que se levanten los embargos relacionados con la venta del petróleo y las penalidades bancarias, impuestas por Estados Unidos.
El estrecho de Ormuz, controlado por Irán, es la entrada al Golfo Pérsico, por donde transita el 40% de la producción mundial de petróleo; es su carta de triunfo en el caso de que hubiera un conflicto militar con EEUU, porque basta con que lo bloquee para no ser derrotado, aunque fuera totalmente arrasado, tal como amenazan. Según el congresista Ron Paúl, algunos de sus compañeros “han manifestado abiertamente su apoyo a un ataque nuclear preventivo contra Irán.” La Quinta Flota estadounidense está estacionada en Bahréin para no permitir interrupciones al tráfico en el Estrecho de Ormuz y el Comando de EEUU para Medio Oriente coordina sus actividades con la Quinta Flota, el Mando Central de su ejército en Qatar, la base aérea británica en Omán y la francesa en los Emiratos Árabes Unidos.
Parlamentarios iraníes ante esta amenaza y el aumento de las sanciones contra Irán, encaminadas a estrangular económicamente al sector financiero y energético y llevar al pueblo iraní a una situación insostenible, han propuesto al ejecutivo cerrar el Estrecho de Ormuz, para así poner de rodillas al mundo entero. Hossein Salami, comandante de alto rango de la Guardia Revolucionaria de Irán, ha dicho: “No renunciaremos a nuestros movimientos estratégicos si los intereses vitales de Irán se ven socavados. Los americanos no están en posición de decidir sobre si Irán cierra o no el Estrecho de Ormuz.” El jefe de la Guardia Revolucionaria de Irán, Mohammed Safari, ha manifestado: “La respuesta de Irán a cualquier acción militar hará que los invasores lamenten su decisión y sus acciones”, y si se atacara a Irán, lanzarían una cortina de fuego de misiles hacia Israel y cerrarían el Estrecho de Ormuz. Ali Shirazi, representante del ayatola Jamenei, ha expresado ante los Guardias Revolucionarios: “La primera bala que EE.UU. dispare hacia Irán hará que nuestro país incendie sus intereses vitales por todo el planeta.”
La tensión entre ambos países se ha incrementado más aún cuando el 20 de junio Irán abate el dron militar RQ-4 Global Hawk, de EE.UU., por violar el espacio aéreo iraní en el estrecho de Ormuz. El Gobierno de Teherán ha publicado mapas que describen al detalle la ruta seguida por el dron y confirman la versión de que antes de su derribo había traspasado el espacio aéreo de Irán.
Se piensa, y no se exagera, que la crisis del Golfo Pérsico es mucho más peligrosa que la del Caribe de Octubre de 1962. Aquel enfrentamiento era de solución relativamente fácil de lograr, por eso duró sólo trece días y se resolvió después de que EE.UU. y la URSS decidieron sacar los misiles soviéticos de Cuba y el equivalente, estadounidense de Turquía. En cambio, si se diera el conflicto militar entre EE.UU. e Irán y se cerrara el estrecho de Ormuz, la economía mundial colapsaría.
Trump tiene asesores a los que no les gusta la paz: “Tengo dos grupos de personas, palomas y halcones, John Bolton es absolutamente un halcón. Si dependiera de él, se enfrentaría al mundo entero de una vez.” Por eso es meritorio que, por el momento, detuviera el posible ataque a Irán, aunque la acción militar esté siempre sobre la mesa. Según dijo: “Pregunté a un general cuántas personas morirán. 150, Señor, fue la respuesta. Diez minutos antes del ataque lo cancelé. No estoy buscando una guerra. Si la hay, será una destrucción como nunca han visto antes.” ¡Tétrico pronóstico!
Por cierto, esa guerra sería contraproducente para su posible reelección y esa sería, tal vez, la causa por la que suspendiera dicha operación. Tucker Carlson, presentador de la cadena Fox News, después del ataque contra dos petroleros en el golfo de Omán, sostuvo que la utilización de fuerza contra Irán es una idea descabellada y catastrófica. Luego de que Trump desistiera del ataque al país persa, Carlson afirmó: “Las mismas personas que hace 16 años nos llevaron al atolladero de Irak exigen una nueva guerra, esta vez contra Irán. El presidente, para su gran mérito, parece ser escéptico, muy escéptico.” Vladímir Putin, Presidente de Rusia, durante ‘Línea Directa’, su conferencia anual ante los medios, ha afirmado que el uso de fuerza por parte de EE.UU. contra Irán, que también afectaría a Washington, podría ser una catástrofe en esa región.
No se conoce a quien escuchó Trump, a lo mejor a los dos, pero lo cierto es que su decisión ha evitado la muerte no de 150 personas sino de unos 150 millones, si no son más, tal vez, de la civilización entera. Hoy por hoy, la paz se ha salvado por un pelo. Ojalá que siempre los asesores de la guerra puedan ser controlados, caso contrario no quedará nadie a quien contar el resultado.