Por Rodrigo Rangles Lara
Temerosos de perder el poder a manos de la Revolución Ciudadana, la derecha neoliberal, los poderes fácticos nacionales e internacionales atacan, desde distintos flancos, para evitar el triunfo, en las urnas, de la candidata Luisa González y el progresismo ecuatoriano.
El poderoso sistema mediático mercantil, usando a sus obedientes y bien remunerados periodistas, mantiene una cerrada campaña misógina mostrando, sin rubor ni recato, la aversión, desprecio y odio contra esa hermosa e inteligente montubia, porque representa un peligro para sus oscuros intereses económicos y políticos.
El concierto de plañideras mediáticas y políticas, convencidas de que ninguno de sus siete machos aspirantes a Carondelet tiene la posibilidad de alcanzar el codiciado sillón, acude mañosamente, como es costumbre, a manipulaciones, mentiras y calumnias con el fin de desprestigiarla y mermar su creciente popularidad.
Con esa inescrupulosa estrategia pretenden evitar el triunfo en una sola vuelta, y llegar a la segunda, “unidos bajo principios democráticos para derrotar el peligro del correismo”, según palabras de Carlos Andrés Vera, uno de los hijos ideológicos del neoliberalismo e incondicional de Guillermo Lasso.
Carlos Rojas, conductor de “Políticamente Correcto”, vocero de los angustiados en procura de evitar el retorno del “correismo”, coincidió con Vera en la necesidad de unir las fuerzas retardatarias alrededor del ex vicepresidente Otto Sonnenholzner, como la mejor opción destinada enfrentar a González, con alguna posibilidad de éxito.
Rojas también está en sintonía con los deseos de Lasso, si tomamos en cuenta la denuncia de Rafael Correa sobre la disposición de los “zapatos rojos” para que la Unidad Nacional de Inteligencia Estratégica y Operacional de la DGI, dirigida por el capitán Diego Sebastián Maldonado y el teniente Jonathan Adrián Ortiz, creen un troll center destinado a “subir el perfil de Otto y atacar a Luisa González con videos para desprestigiarle”.
El troll center, para más señas, opera en una casa de seguridad de La Armenia, en Quito y utilizan IP espejos para dar la impresión que la información sale de otros lugares o países, dijo el ex mandatario.
Si esa estrategia fallara y sucedería lo inevitable, entonces cobraría fuerza la teoría del “fraude electoral” que ha comenzado a promocionar el inefable Andrés Páez, ese mismo violento personaje dispuesto a incendiar Quito cuando sus candidatos pierden las elecciones; pero, festeja a rabiar si ganan sus postulantes, aunque lo hagan con trampa, como denunció el mismo Jaime Nebot, refiriéndose a las elecciones que elevaron a Lasso a la primera magistratura.
La inagotable creatividad de los autodenominados “izquierdistas radicales” que , en realidad, obraron históricamente a favor de oscuros intereses nacionales o extranjeros, tenemos en figuras militantes del fenecido Movimiento Popular Democrático (MPD), como el ex parlamentario Jorge Moreno, que promociona entusiasmado el voto nulo.
Mirando las estadísticas de varias encuestas, el operador de la derecha, ha llegado a la conclusión de que la opción del nulo se encuentra en segundo lugar de las preferencias electorales, con porcentajes solo superados por Luisa González y, si logra ese resultado en las elecciones de agosto, entonces ha llegado el momento de anular el proceso. Esa posibilidad, basada en el hecho real de que ninguno de los otros candidatos está en posibilidad de acercarse a los niveles del voto nulo, registrado en las encuestas, le permitiría a Lasso gobernar hasta las calendas griegas.
El inagotable teje y maneje de maniobras truculentas orientadas a evitar el ascenso al poder de la tendencia progresista, llega a puntos inverosímiles. No de otro modo se puede calificar los malévolos relatos difundidos en los trolls oficiales, la prensa mercantil y funcionarios gubernamentales intentando culpar al correismo del asesinato al popular alcalde manabita, Agustín Intriago, con el claro propósito de indisponer al electorado, de esa región, contra Luisa González, donde ella es oriunda y tiene una masiva aceptación del electorado.
El manido sonsonete de achacar los males del país a la Revolución Ciudadana y, entre ellas, la imparable violencia, solo confirma el odio enfermizo de los acusadores; pero, en contrapartida, aumenta en la población la convicción de que el presidente Lasso, los ministros de gobierno Juan Zapata; de defensa, Luis Lara y al general Fausto Cobo, Jefe de la Inteligencia del Ecuador, son los principales responsables de haber regalado el país a la delincuencia generadora del caos y la violencia.
Es esa delincuencia vinculada al narcotráfico, con nexos en varias instancias del poder, quien carga sobre sus espaldas el pesado fardo de la masacre de cerca de 500 reos, en incontables motines sangrientos desatados en varios centros penitenciarios del país y, la abulia del régimen, la culpable de más de ocho mil homicidios intencionales registrados desde que Lasso asumió el mandato, en mayo del 2021, convirtiendo al Ecuador en uno de los más inseguros del planeta.
¿Es incompetencia o complicidad? La pregunta es válida si consideramos que, pese a 17 estados de excepción decretados en diversos lugares de la geografía nacional, y en diversas fechas, la violencia delincuencial ha llegado a límites jamás registrados en la historia republicana, a punto de que lo sucedido en Esmeraldas y Guayaquil, los últimos días, nos recuerda la sufrida Colombia plagada de atentados, bombas, crímenes, sin faltar los sicarios motociclistas del narco-terrorismo, al estilo de los pupilos de Pablo Escobar Gaviria.
En medio del desastre económico, político, social y moral que vive el pueblo ecuatoriano, causado por el indolente e incompetente banquero filo “Opus Dei”, el caos parece nacido de una agenda política convenientemente estudiada, con el propósito de paralizar por miedo a la población, distraerla buscando resolver los problemas de inseguridad y supervivencia; mientras el atraco a los fondos públicos continúa y Lasso hace de las suyas vulnerando, incluso, la soberanía nacional, aprovechando las facultades constitucionales de la muerte cruzada.
Mirando los problemas en el contexto internacional, a Estados Unidos – en proceso de bancarrota – le conviene tener un gobierno incondicional en el Ecuador, de la talla, medida y estilo de “los zapatitos rojos”, por razones de estrategia geopolítica, en momentos que buena parte de gobiernos y países de América Latina le dan las espaldas ; China y Rusia le disputan exitosamente la hegemonía económica y militar; mientas los BRICS acumulan adeptos, en los cuatro continentes, para reemplazar al dólar en el comercio mundial.
Todo eso nos lleva a pensar que la embajada, en comunión con sus adláteres nacionales, está muy activa tratando de que uno de los siete varones, probados neoliberales y cercanos a su corazón e intereses, acceda al poder en relevo del servil Guillermo Lasso.
Si deseamos un destino distinto al que vivimos, ahora, en el Ecuador; los progresistas deben luchar a brazo partido, unidos en su solo bloque, para sortear y derrumbar los obstáculos y trampas que han puesto y pondrán en el camino, la derecha local y transnacional.