Gracias a quienes reciben desde algunas agencias internacionales dinero para “monitorear” a los supuestos trolls correístas y al bloqueo mediático a favor del gobierno, no sabremos cuántas mentiras se han instaurado desde Carondelet y se mantienen ahora como asuntos de menor importancia o, como dice María Paula Romo, porque no es “momento de polemizar”.
Pero ya son varias que se asumen como si un Presidente, un Vicepresidente o un ministro cualquier las diga “sin beneficio de inventario”. Empezando por el “Primer Mandatario”, que ha dado cátedra al respecto, en esta catástrofe sanitaria, reúne un rosario de mentiras que van desde “no habrá que botar a nadie de su trabajo”, hasta “no vamos a afectar a los trabajadores” y “serán los que más ganan los que más aporten”. Las evidencias muestran que se despiden miles de trabajadores desde el inicio del año y más con el advenimiento de la pandemia. Y los trabajadores aportarán con el 64% de la “bolsa humanitaria” que intenta crear Moreno para afrontar las necesidades del liquidez del Estado.
Si con eso no basta, el gobernador del Guayas habló de la creación de fosas comunes y tuvieron que hacer varias cadenas nacionales para desmentir lo que luego el prefecto de Guayas, Carlos Luis Morales, le ratificó a la radio Pichincha Universal que efectivamente se dio esa disposición. ¿No pudieron medir el impacto de una medida de esa naturaleza?
Mentiras de esa dimensión se unen a esas otras como la de que se traerían dos millones de pruebas y hasta ahora solo se han hecho menos de 40 mil; o aquella de que se atiende a los cadáveres con las condiciones básicas de salubridad y en las calles abundaban los fallecidos porque en las casas sus familiares ya no podían con la putrefacción.
Pero la gran mentira de todos y que ya rebasaba cualquier justificación (que la tuvo que desmentir un alto funcionario del gobierno) es la de la cifra real de muertos en una sola provincia, Guayas. Ahora ya sabemos que la cifra superaría los cinco mil y mientras no tengamos los datos con respaldos certificados podrían ser muchos más. Y qué decir de las cifras de las demás provincias.
Podrán seguir en el afán de perseguir a periodistas, medios o supuestos trolls que cuentan la verdad, pero en la práctica el sedimento de la mentira será de tal tamaño que la historia recogerá cada una de ellas (no precisamente desde los operadores de la Usaid) como el legado de un gobierno, unos funcionarios y una prensa al servicio de un solo propósito: aniquilar al Estado como el único cuerpo e institución social que puede asumir una crisis de esta dimensión para atender las necesidades urgentes, salvar vidas y no dejar sin trabajo a miles de personas.
Por eso estaría bien leer la entrevista de Noam Chomsky para entender la dimensión de la verdad en situaciones de catástrofe como las que vive hoy Ecuador bajo el peor gobierno de la historia.