Por Jhomayra Gavilanes

La injerencia y el «narcoparamilitarismo» son temas de gran complejidad en el ámbito político y social, y motivo de preocupación para todos los ciudadanos latinoamericanos. Esta materia exige ser tratada de la manera más sistemática posible, la hipótesis es las siguiente: el país vive una encrucijada entre el narcoparamilitarismo y la construcción de un paraEstado como uno de los mecanismo por antonomasia de injerencia estadounidense en nuestro territorio.

Es importante recalcar que el proceso fundamental de injerencia en Ecuador por Estados Unidos y sus aliados colombianos no pasará de ningún modo por las Fuerzas Armadas tradicionales, sino precisamente por una guerra silenciosa y sin tregua de cuarta generación, que quiere decir esto, que emplea la asimetría estrtégica, definida como la capacidad de actuar, organizar y pensar de forma diferente a los oponentes para elevar al máximo las ventajas propias, explotar las debilidades del oponente, lograr la iniciativa o ganar la libertad de acción. Con el único fin de crear un paraEstado a imagen y semejanza de los “parsEstados colombianos”

Hasta aquí se debe tener claro que actualmente la injerencia estadounidense busca desestructurar los Estados a través del debilitamiento de su soberanía. Para ello se está utilizando, cada vez más, como estrategia, la creación de un paraEstado con alardes de soberanía propia, que evidentemente va más allá de la soberanía del Estado tradicional. La construcción del paraEstado se fundamenta en un sistema de injerencia que tiene tres protagonistas fundamentales:

1.- El primer actor de este sistema de injerencia es el CIES y el ECU 911 (bajo la CIA en tanto que organismo matriz), que últimamente ha intentado penetrar en la región a través de planes como Falcón, Salomón, Fénix,7 cuyos objetivos son países como Ecuador, Cuba y Venezuela.

Estos organismos en estos últimos años han implementado una nueva economía política, como lo es la evolución del capitalismo, ahora denominado capitalismo de vigilancia. En este nuevo capitalismo, las experiencias de las personas son reclamadas de modo unilateral por empresas privadas y convertidas en flujos de datos patentados. En Ecuador se implementó por parte del ECU 911, el reconocimiento facial, que responden a algoritmos de carácter anglosajón estas herramientas se encuentran manejadas por el ECU 911.  Los datos procesados por estas herramientas son enviados a fábricas de nuevo cuño, donde la inteligencia artificial los procesa y convierte en productos predictivos altamente rentables que anticipan nuestras decisiones actuales y futuras. Los productos predictivos son después comercializados en lo que denominó “mercados de futuros conductuales”, donde capitalistas vigilantes venden certidumbre a sus clientes corporativos

2.- El Segundo actor es el narcotráfico que viene de una línea aprendida del paramilitarismo, llamado narcoparamilitarismo, en este caso, las pruebas son todavía más complejas y espectaculares, métodos de descuartizamiento, degollamientos, incineraciones aprendidos tras las movilizaciones ultraderechistas de AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) y la desaparición del Cartel del Valle del Norte en el 2006. Paramilitarismo dirigido por ex-mandos medios de la AUC que volvieron a las armas únicamente bajo el objetivo de tomar espacios dejados por ex-narcotraficantes, algunos camuflados entre las AUC. Todo esto bajo el gobierno de Alvaro Uribe y su Famoso Plan Colombia.

A esta información hay que sumarle el afán que existe por parte del gobierno de Guillermo Lasso y el Plan Ecuador que se intenta crear como parte del negocio más importante que se hará en la historia ecuatoriana: el «Plan Ecuador», con sus millones de dólares en inversión militar, y las siete bases militares ocupadas por fuerzas norteamericanas en territorio ecuatoriano, negociación basada en el Plan Colombia

3.- La Prensa corporativista ecuatoriana

El empeño por sostener negociados y el apoyo irrestricto al proceso de intromisión, por medio de una campaña mediática con discurso hegemónico de construcción del enemigo interno “correismo = narcotráfico”, reforzando así la solución más asequible para el mantenimiento de la hegemonía norteamericana es el control sobre los gobiernos locales, la penetración cultural y la instalación de bases militares.

La ubicación geoestratégica de las bases militares forma triangulaciones entre: Colombia, Venezuela y Ecuador. Ello demuestra que el llamado Plan Colombia es el Plan Ecuador y más aún el Plan Amazonas. Queda claro que, entre el CIES, ECU 911, el narcoparamilitarismo y la prensa corporativista existe un sistema bien estructurado con objetivos y estrategias precisas de injerencia colombo-ecuatoriana que están aflorando cada vez más. Pero antes de hablar de estos objetivos y estrategias es importante preguntarse – ¿quién los financia? – bueno, lo que para el Ecuador es el petróleo, para el paraEstado naciente es la droga, la droga es el petróleo del paraEstado. Como dato al paramilitarismo de Uribe le ingresaron 148.31 millones de dólares por concepto de venta de cocaína a narcotraficantes. Desde que existe el Plan Colombia autoridades venezolanas han incautado más de 600.000 toneladas de cocaína.

A su vez, la estrategia mediática por parte de las grandes transnacionales de la información, no es más que posicionar al enemigo interno (correismo) como cómplice del tráfico de drogas internacional, para después justificar cualquier tipo de acción bélica. De aquí el hecho de que el Plan Ecuador permitirá al ejército estadounidense colocar bases militares para «luchar contra el narcotráfico y el terrorismo».

Objetivos y estrategias de la injerencia

1.- Primer eslabón (desestabilizar la sociedad): delitos y modus operandi exportados desde Colombia, cárteles de la droga nacidos en los años ochenta, secuestro express, latifundio, cobro de vacunas, azotes de barrio paramilitares, masacres con metodología particularmente violenta:

Los delitos y las massacres al estilo narcoparamilitarismo son simplemente el primer eslabón de un proceso de injerencia más complejo. No cabe duda de que existen delitos y modus operandi exportados desde Colombia que están impactando cada vez más la Sociedad ecuatoriana.

2.- Segundo eslabón (crear el enemigo interno):

Es el tipo de delincuente que a diario nos muestra la criminología mediática y contra quien se dirige todo el poder coercitivo del Estado, pues es el generador de nuestros males. Esta división no se plantea como un reconocimiento papable objetivo, sino más bien es un sujeto que lo construimos y elaboramos en base a un estereotipo, con una imagen referencial para saber a quién perseguimos

3.- Tercer eslabón (destruir el Estado ecuatoriano): construcción del paraEstado y creación de FFAA paralelas

Este eslabón tiene como finalidad última desestructurar el Estado ecuatoriano. Existen variados y a la vez preocupantes fenómenos dentro de la geografía ecuatoriana que dan muestra de ello: el debilitamiento y destrucción de las fronteras, al dejar sin radares en la frontera norte con Colombia; la creación de FFAA paralelas; estados de excepción decretados por los jefes paramilitares; empresas de protección y vigilancia privada paramilitares; veladores de las «buenas costumbres» y «respeto de los modales»

Hay que recordar que lo propio del neoliberalismo es, precisamente, acabar con los Estados fuertes, y como no se ha podido lograr a través de las privatizaciones neoliberales, fue cambiada la táctica, mas no la estrategia. Ahora la táctica parece ser acabar con los Estados-naciones de Latinoamérica, a través de la conformación de paraEstados. Por ello, no se debe perder de vista que los Estados soberanos cuyo territorio se encuentren en zonas con grandes riquezas naturales estratégicas, deben buscar fortalecerse, contrariamente a lo planteado en los años ochenta y noventa con el neoliberalismo en la región.

No se debe entonces reaccionar únicamente a una violencia puntual y cotidiana, ya que la problemática trasciende las fronteras delictivas. Hay que actuar y responder a una guerra asimétrica y silenciosa que, por cierto, podría terminar en guerra civil. El espejo colombiano debe servir como referencia para entender que grupos paramilitares no son la solución para erradicar a otros grupos paramilitares, so pena de sentar las bases de una guerra futura. Realidad bélica que sólo convendrá a aquellas potencias que quieren apropiarse de las fuentes energéticas en medio de un siglo XXI que comienza con grandes precariedades en este ámbito a escala planetaria. Ausencia de Estado e impunidad es el terreno fértil donde se hace fecundo el fenómeno paramilitar y paraestatal, y un Plan Ecuador solo será el negocio más grande de Guillermo Lasso.

Por Editor