La elemental y simple respuesta es una palabra:
NO.
Pero como la pregunta está hecha con la natural mala intención pelagatera, tal vez requiera de una respuesta más detallada, no para usted, sino para la gente de cuya inocencia o ignorancia pretenden aprovecharse haciendo este tipo de ‘interrogaciones retóricas’.
Lo primero que habría que determinar es un dato numérico: ¿cuántos ecuatorianos tienen depósitos fuera? Y no me refiero a empresarios, a banqueros o a oligarcas, a quienes lamentablemente conocemos bien. La gente de a pie, los pobres del Ecuador, o la cada vez más mermada clase media… ¿tienen depósitos fuera? ¿O se quiere confundir a quienes tal vez después de la ola migratoria de principios de siglo envían o reciben remesas desde el exterior? ¿O se quiere provocar una reacción similar a la que en el 2015 se manifestó contra las leyes de Herencias y Plusvalía porque muchos ecuatorianos de clase media pensaron que se verían afectados aunque ninguno de ellos llegara a heredar un monto que causara una elevación en el posible impuesto por una hipotética herencia que tal vez nunca recibiría?
Insisto. La respuesta es una sola palabra: NO. Pero no solamente eso.
No se trata de que ‘un señor’ quiera ‘apropiarse’ de nada. El que plantea la idea, con toda la malicia del caso, es usted. No confunda, no ensucie el limpio oficio del periodismo con el amargo detritus de su corazón. El Doctor Aráuz en ningún momento habló de apropiarse, sino de repatriar, que es distinto. Según el DRAE, apropiarse significa: «Dicho de una persona: Tomar para sí alguna cosa, haciéndose dueña de ella, por lo común de propia autoridad». Y Andrés Aráuz ni manifestó la intención ni empleó el verbo que usted, intencionadamente, escribe en su trino. Él habló de repatriar, que según el mismo DRAE significa: «Devolver algo o a alguien a su patria». Pero claro, para ustedes la palabra «patria» no es más que el nombre de un estorbo para su egocentrismo de clase, la muletilla que se usa cuando conviene, pero de la que no se apropian (esta vez en un sentido más exacto) ni se hacen cargo más que para medrar.
No ha dicho el candidato Aráuz que vaya a apropiarse de los depósitos de nadie. Insisto: eso lo dice usted. Hay maneras, completamente opuestas al latrocinio, de estimular a que los ecuatorianos que realmente amen a su país: incentivos tributarios y económicos que pueden motivar a que los ecuatorianos de recta consciencia que tengan empresas y negocios inviertan en su país, en el crecimiento y desarrollo del mismo.
Cuando se usa el verbo REPATRIAR se piensa en la patria. Al mencionar la posibilidad de traer de vuelta ciertos capitales, el Señor Aráuz de seguro no tenía en mente un departamento en Alicante, la langosta para el almuerzo ni el juego de muebles suizo para su sala, algo ante lo que usted y los de su especie se han hecho de la vista gorda con toda la desfachatez del mundo.
Insisto: la respuesta a su tuit es NO. Rotundo.
Así como jamás nos ‘quitaron los guaguas’, como vaticinó para amedrentar a la ingenua y desinformada clase media quiteña el empírico radiodifusor que toca el piano como urólogo.
Así como jamás nos obligaron a recibir en el cuarto desocupado de nuestra casa una familia de indigentes, como también echaron a rodar un bulo los ignorantes que no tienen idea de lo que es el socialismo y todavía ven cucos del centro hacia el lado izquierdo.
Esto no se trata de simpatías y antipatías. Y tampoco debería tratarse de pautas. La discrepancia no es pecado. La cizaña gratuita, artera, malintencionada, destinada a confundir y asustar a las personas, sí lo es. Y grave.