Zozobramos en una gran trampa universal que nos ha robado libertad, en tanto, una gran orquesta mediática controlada desde intereses de los poderes fácticos, nos han enjaulado en barrotes de miedo, aprovechando las amenazas del Coronavirus.

Algún rato sabremos el verdadero origen del fantasmal bicho, que con  su poder destructivo,  aplica sin miramiento la guadaña mortal en los cuatro puntos cardinales del planeta,  ha cambiado la esencia misma de nuestras culturas y ha impuesto nuevas reglas en las relaciones sociales, económicas y políticas.

Desconocemos si las nuevas normas  seguirán en el marco del capitalismo salvaje o, a la  luz de las dolorosas revelaciones  experimentadas en el confinamiento, buscaremos un sistema que acerque más al ser humano y nos conduzca a la práctica de valores y principios  orientados a crear una vida digna para los habitantes del planeta.

Lo cierto es, que la triste realidad, nos enfrenta a incontables  trampas, hábilmente tendidas desde poderes ocultos,  que debemos romperlas si pretendemos avanzar en la conquista de derechos arrebatados, a  garrote limpio o usando emboscadas legales, por una poderosa maquinaria económica deseosa de dominar el mundo, con el fin de crear esclavos a su servicio y mantener el orden de cosas.

Pretenden convencernos que el COVID 19 es el culpable de los males de siempre camuflando, tras el flagelo viral, la crisis endémica del capitalismo y su hijo, el neoliberalismo, ideado desde la cúpula financiera- político- militar del imperio  e impuesto a sangre y fuego, a modo de las dictaduras del Cono Sur  o fabricando caricaturas de democracia, a manera de la ecuatoriana.

Nuestro caso ilustra muy bien el entramado de trampas tenebrosas y fraudulentas  para  imponer un gobierno al servicio de intereses transnacionales extranjeros y de las castas locales, con la ayuda  de serviles anti patrias y malinches desclasadas.

Traición es una palabra que la historia ecuatoriana escribirán, con letras indelebles, para contar el increíble viraje ideológico político del Presidente Lenin Moreno Garcés; traición cuya razón, según analistas nativos y extranjeros, apuntan a la “teoría del huevo” como método de captación aplicado por la Central de Inteligencia Norteamericana –CIA- cuando el ahora gobernante fungía de activo militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria – MIR.

Otros le señalan como víctima de chantaje, de esos mismos actores,  al descubrirle la jugosa comisión de 18 millones de dólares recibida de Odebrech cuando Vicepresidente de la República, en el caso mejor conocida como INA PAPERS  o,  bajo amenazas de muerte, a la usanza del aplicado al asesinado Jaime Roldós Aguilera, en el intento fallido de torcer su gobierno de tinte progresista, según afirma el escritor Jaime Galarza.

Cierto o lucubraciones – la verdad se conocerá algún día – la  trampa que le tendieron al pueblo ecuatoriano le cuesta sufrimientos indecibles,  porque Moreno y su comparsa, cínica y cobardemente, aprovecharon el secuestro del Coronavirus para tomar medidas, con olor y sabor de miseria y muerte, contra la población menos favorecida y enviar a la pobreza a buena parte de la clase media, muchos de ellos, ciegos defensores de su política cuántica anti correista.

El pueblo está hastiado de las  estratégicas trampas argumentativas de Moreno y crecen las voces pidiendo su renuncia o destitución, porque les resulta insoportable escuchar tantas mentiras como aquella de combatir  la corrupción, cuando en realidad, no hay día en que algún miembro de la  pandilla gobernante haga de las suyas, llegando a la ruin  impudicia de robar dineros destinados a la salud, en medio de la pandemia que cobró más de 16 mil decesos, entre ellos, varios médicos desatendidos de elementales implementos para su trabajo, en una suerte de genocidio del que deberán pagar ante la justicia, tarde o temprano.   

La lista de tramposos y traidores es larga, comenzando por los   74  asambleístas  que, en  una ronda de repartos económicos y burocráticos negociados bajo la mesa o chantajeados entre apoyar al régimen y  evadir seguras prisiones a causa de corruptelas, aprobaron inconstitucionales leyes neoliberales en favor de conocidos empresaurios  y avaros financistas, dueños de unos 30 mil millones de dólares, en paraísos fiscales.

Las truculencias judiciales y jurídicas lideradas desde Carondelet, inventadas  en Contraloría y obedientemente cumplidas en el ámbito judicial, sirvieron para aupar la destrucción de la institucionalidad del Estado; volver al pasado de injusticias sociales, tapar la galopante corrupción del régimen, perseguir a todo cristiano opositor y, con cizaña mayor, si  huele a partidario o seguidor del gobierno anterior, sin descuidar la enfermiza destrucción a los   líderes de la  Revolución Ciudadana, con el fin de bloquear cualquier posibilidad futura de participación política.  

Mientras tanto, con el aval de la prensa mercantil y periodistas pautados, preparan un nuevo “truco”, una nueva “trampa”,  pretendiendo presentar como opositor del inútil, vago y anti patria  gobernante , a un maquillado humanista Jaime Nebot, confeso plutócrata socialcristiano y cómplice de Moreno en la aplicación de la nefasta política fondomonetarista que ha destruido al país.

Es lógico y comprensible que ansíen colocar  en el poder a uno de su confianza para  garantizarse  impunidad, disfrutar impunemente  los bienes  mal habidos o echar tierra sobre  constantes rupturas constitucionales, así como santificar abusos de poder  y medidas inhumanas, como las tomadas en octubre y durante la pandemia, que costaron valiosas vidas de compatriotas y arruinaron la economía.   Si queremos poner las cosas en su sitio, no queda otro recurso que romper trampas viejas y nuevas.

Por Editor