Por Rodrigo Rangles Lara
La opinión pública está entretenida y entusiasmada con la campaña electoral, mientras el presidente saliente, Guillermo Lasso, viola la soberanía nacional, rayando en traición a la patria y, con el cortejo de malandros, persiste en turbios negocios.
Fresco como quien nada hace, del mismo modo que protege al “Gran Padrino”, el mandatario banquero entregó la administración del archipiélago- la reserva marina más grande del planeta – a la corporación privada internacional Galápagos Life Found, bajo la fachada de canje de deuda por naturaleza.
La carta de intención elaborada a espaldas del pueblo ecuatoriano, con intermediación de abogados afincados en Delaware – paraíso fiscal mundialmente conocido, donde Lasso escondía sus capitales – efectiviza un canje de 1630 millones de duda externa, a cambio de un nuevo préstamo de 656 millones de dólares otorgados por el Crédit Suisse, banco con serias dificultades financieras.
¿Qué han dicho las fuerzas armadas al respecto? El silencio tiene su explicación, porque uno de los cuatro representantes gubernamentales, de los once señalados en la corporación, es el ministro de Defensa, Luis Lara, conspicuo neoliberal e incondicional del presidente y sus aliados.
Si los efectos de la carta de intención son irreversibles, como señalan varios expertos, el país lamentará haber perdido control sobre ese museo viviente de riqueza incalculable, entregado a ese irrisorio precio, con el que se puede comprar uno de esos cruceros usualmente utilizados para turismo en las islas.
¿En que se invertirán los 656 millones del nuevo préstamo? La pregunta es válida a un gobierno que, en los últimos meses, recibió un nuevo crédito de seis mil millones de dólares del Fondo Monetario Internacional, de los cuales ha invertido dos mil millones en salud y educación; pero, se desconoce el destino de los otros cuatro mil millones de dólares.
La creciente duda sobre el uso de los fondos públicos y el destino de los abultados préstamos internacionales realizados por Lasso es lógica, puesto que su política monetaria se ha orientado a beneficiar, exclusivamente, a los bancos privados, sin olvidar que el Banco de Guayaquil, de su propiedad, en el 2022, incrementó las utilidades en más de 40 millones de dólares comparados con los alcanzados, el año anterior.
La bonanza del sistema bancario nacional, curiosamente, contrasta con el desastre de una economía nacional en crisis, donde la peor parte llevan los ecuatorianos de escasos recursos que sobreviven al borde de la miseria y, por supuesto, están a distancias estratosféricas de acceder a los beneficios obtenidos, por buena parte del sistema financiero, en el sucio lavado del narcotráfico que, el año 2022 se calculó en 3.500 millones de dólares.
En la danza de los cuantiosos capitales entran también los 35 mil millones de los préstamos contratados en el sexenio de los mafiosos gobiernos de Lenin Moreno y de Lasso, con lo cual, la deuda del país alcanzó la descomunal cifra de 75 mil millones; la más alta registrada en la historia de la economía nacional y representa más del 60 por ciento del Producto Interno Bruto.
Frente a estos hechos, los mercenarios de la comunicación guardan silencio. Ellos protegen a sus benéficos aportantes y saben muy bien que, el traidor de Moreno y su heredero Lasso, disputan en incompetencia y maldad. En los seis años de desgobierno ninguna obra de importancia se ha realizado y estos usureros gobernantes prefirieron guardar los dineros en la banca extranjera a costa de privar a los ecuatorianos de educación, salud, vivienda y otros derechos.
Entonces ¿Qué hicieron con los 35 mil millones? Juan Fernando Terán, analista económico, responde: “Lasso sigue el negocio patentado por Mauricio Macri” – ex presidente de Argentina – contrata deuda para sacar sus dólares fuera del país y cubren con la deuda pública que contratan”.
”Así es como sacan dinero las élites financieras”, comenta y no se equivoca; porque, un reciente informe de una organización financiera internacional reveló que empresarios ecuatorianos poseen más de 30 mil millones de dólares en los paraísos fiscales.
La voracidad de los anti patrias son desmedidas. El entonces abogado defensor de la Texaco, ahora con la investidura de ministro de Energía y Minas, Fernando Santos Alvite, no solo defiende los intereses de las transnacionales petroleras entregándoles suculentos beneficios contra los intereses patrios sino que se empeña en meter las manos, y también las uñas, en las eléctricas.
El ministro convocó a los titulares de esas empresas a una reunión para constituir la minuta que permita “transferir los ingresos por la venta de energía a un solo fideicomiso, donde se priorizará el pago a las empresas privadas que participen con inversiones y servicios”.
La insistente intención de privatizar las eléctricas obligó al progresista Frente de Unidad por la Patria a convocar una movilización “para la defensa del patrimonio nacional más importante de los ecuatorianos”; en tanto, un colega de RutaKrítica denunciaba que – un grupo de empresarios monopolistas de diversas ramas de la industria y servicios – gozaron durante los últimos cinco años, de un subsidio de más de 500 millones de dólares, gracias a tarifas eléctricas especiales otorgadas a cambio de incrementar empleo nunca cumplido.
En otro escenario, y con iguales pretensiones privatizadoras, el enfermizo neoliberal Augusto de la Torre, uno de los causantes del inolvidable feriado bancario, propone “mejorar la situación económica del IEES” subiendo los años de jubilación, el monto de los aportes de afiliados y patronos; quitando un 30 por ciento de la pensión jubilar, elevando el interés y bajando el plazo de los préstamos a los afiliados, entre otras medidas atentatoria a la misma Carta Magna.
El ex empleado del Fondo Monetario Internacional se olvidó, en cambio, de exigir el pago de más de dos mil millones de dólares adeudados por empresarios morosos, demandar al gobierno el abono de las obligaciones dispuestas en la Ley de Seguridad Social y, entre otras cosas, tocar la corrupción enquistada a raíz de la creciente burocratización resultado de las llamadas cuotas políticas.
Y hablando de corrupción, en otra esfera del gobierno del encuentro, a la policía le ha sido imposible encontrar los 50 mil quintales de arroz desaparecidos, por arte de birlibirloque, de las bodegas gubernamentales; en tanto, el ministerio de Agricultura, apresuradamente, pretende importar la gramínea contra la voluntad de los agricultores que consideran hay suficiente arroz en las piladoras, señaladas como responsables de la especulación. ¿Será que entraron al mercado de la especulación esos 50 mil quintales mágicamente esfumados?
Lo cierto es que Lasso y sus secuaces están desesperados haciendo negocios al apuro o buscan dejar negocios amarrados, porque tienen la certeza – avalada por encuestas privadas de su confianza – que ninguno de sus neoliberales candidatos tiene la más mínima posibilidad de ganar a Luisa Gonzáles de la Revolución Ciudadana.
La campaña electoral de los progresistas merece la atención debida, porque tiene el sano propósito de cambiar este nefasto régimen cultor del capitalismo salvaje; pero, sería muy grave permanecer indiferentes ante la voracidad incontrolable de estos inescrupulosos neoliberales encaramados en el poder, ajetreados en los negocitos propios de su sello y marca.