Editorial RutaKrítica

El 28 de febrero dimos el primera paso y fue gratificante compartir con quienes llenaron el auditorio de la Casa Egüez. Un buen auspicio y un gran empuje para reafirmar nuestro propósito: construir un punto encuentro para la reflexión y el debate público, sin odios, con argumentos, desde la perspectiva ciudadana y con la voluntad de generar una gran confluencia de saberes.

Ruta Krítica ha nacido para recuperar también el valor de la palabra. La presencia de más de cien personas en nuestro acto fundacional, los cientos de mensajes de apoyo y la atención respetuosa a nuestros artículos nos obliga a que esa palabra sea una herramienta de solidaridad y afecto, crítica y estímulo.

La del 28 de febrero fue una noche refrescante. Sinceramente sentimos que estábamos llenando un vacío o convocando a quienes se sienten desatendidos. Quienes nos acompañaron ese día nos dieron más razones de las que imaginábamos. Hoy por hoy la geopolítica, la comunicación y la economía nos retan a diario, imponen desafíos colectivos y también nos exigen la mejor entrega para entender lo que nos pasa y para entender lo que queremos.

Ya vendrán nuevos encuentros y agradeceremos también sus comentarios para proponerlos, con temáticas y personajes que nos den más luces sobre el devenir de este mundo colmado de obstáculos. Por lo pronto está a disposición de nuestra audiencia esta página para el debate horizontal.

Los esperamos y nos convocamos a este deseo de construir utopías. Nuestra ruta está marcada -como nos impone nuestra identidad colectiva- por la crítica sensata. Y para eso nos queda por delante un qué hacer intenso y generoso, desde lo que hacemos y somos, pero sobre todo porque lo ocurrido el 28 de febrero nos ha dado la pauta de lo que es posible cuando los nubarrones se posan sobre el horizonte.

 

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