El gobierno alardea sobre la renegociación de la deuda más que una clasificación al mundial de fútbol. No obstante, es mucho lo que se calla y que devela una mala negociación. El gobierno de Ecuador les reconoce a los tenedores un precio de 59 ctvs por cada dólar de bonos cuando en el mercado valían 35 ctvs. Un premio de 24 ctvs. Esos 59 ctvs ya toman en cuenta una tasa de descuento o costo de oportunidad para el tenedor del bono del 10% cuando el retorno original del flujo de la deuda, es decir, sin reestructurar, era del 8.5%
Los bonos valían 35 ctvs porque el 19 de Mayo hubo una subasta pública para los bonos ecuatorianos en donde la oferta y demanda, determinó que ese era el precio. Las comparaciones son odiosas pero en 2009 el gobierno de Rafael Correa negoció la deuda ecuatoriana a 35 ctvs de dólar y en esa ocasión la subasta pública previa a la recompra fue de 31 ctvs por dólar. Un premio de 4 ctvs para los tenedores de bonos con Rafael Correa frente a los 24 ctvs de Lenin Moreno.
Argentina por otra parte les reconoce a sus tenedores un valor de 55 ctvs por dólar, es decir obtuvo un descuento de 45% frente al descuento del 41% de Ecuador. En ese sentido el Ecuador cedió más y obtuvo un peor acuerdo, fue partida de caballo y parada de burro. La tasa de interés promedio para la deuda reestructurada de Argentina será de 3.1%, mientras que para Ecuador será del 5.3% a lo largo de la vigencia de los bonos.
Esto no es menor porque existe una regla macroeconómica básica que dicta que para que la deuda sea sostenible en el tiempo, la economía en términos nominales debe de crecer por encima de la tasa de interés de su deuda. Es decir en el largo plazo solo tomando en cuenta el endeudamiento en bonos, Ecuador debería de crecer al 5.3% anual en términos nominales para que la deuda sea sostenible y no aumente en relación al PIB como ha venido ocurriendo en los últimos años producto de un nulo crecimiento económico.
No es casualidad que el 98% de los tenedores de bonos aceptara la oferta ecuatoriana a la primera. Esto se da porque el beneficio para los bonistas fue excelente. La rentabilidad de los bonistas está en función del precio de mercado. Al 35% la deuda ecuatoriana costaba 6.081 millones de dólares y el gobierno les reconoció un valor nominal de 15.835 millones de dólares. La rentabilidad anual que obtiene un tenedor de bonos que adquirió deuda al 30% es del 16.55%. Si alguien adquirió deuda al 20%, su rentabilidad anual, lo que se conoce como TIR (Tasa Interna de Retorno) se eleva al 21.80%. En plena pandemia la deuda ecuatoriana llegó a cotizarse entre el 20% y el 35% por lo cual es claro que especuladores y personas con información privilegiada habrian hecho un negocio redondo.
El asambleísta Mauricio Zambrano, electo por los migrantes de América del Sur y África, realizó un pedido de información al ministro Richard Martínez para que se haga un censo de quienes participaron como tenedores efectivos en la renegociación de la deuda, saber en qué fecha y a qué precio compran la deuda ecuatoriana y cuánto se habrían beneficiado de la “exitosa renegociación” de la deuda. Ojalá el ministerio responda, la información existe porque el Global Bondholder Service Corporation está obligado a recolectar la información para hacer el cómputo de la votación sobre la aceptación de renegociación de deuda.
En el caso de Argentina hay un tira y afloja sobre la renegociación de los bonos que viene desde antes de la pandemia, el gobierno por una parte les decía 40 ctvs y los bonistas les decían 90 ctvs por dólar a valor presente neto. Luego los bonistas dijeron 70 ctvs y Alberto Fernández seguía diciendo 40 ctvs. Terminaron acordando en 55 ctvs por dólar. Los bonistas cedieron más que el gobierno, en el caso de Ecuador no existió negociación, nos sometieron desde un inicio, tal como en épocas de la conquista, nos engañaron entregando al pais “espejitos a cambio de oro”. Las palabras del ministro de finanzas argentino por otra parte son dignas de resaltar y serán recordadas por siempre «No estamos pidiendo a nuestros acreedores que pierdan, sino que ganen menos».
Argentina dentro de la negociación no prepago deuda. Ecuador destinó 1.909 millones de dólares en plena pandemia al pago de obligaciones con vencimiento en 2022 y 2023 en un “acto de buena fe” con los tenedores de bonos. Un costo de oportunidad inmenso que costó miles de vidas ecuatorianas, son cerca de 30.000 muertos por encima de lo usual lo que hemos tenido que enfrentar en medio de recortes al gasto público para pagar deuda externa. ¿Que se podía hacer con dichos recursos en salud? ¿Que se podía hacer para combatir la pobreza que incrementa a causa del aislamiento obligatorio? ¿Cuánto crédito podrían haber recibido los sectores productivos para que el empleo no desaparezca o se precarice?
Finalmente, cabe mencionar que mientras en Argentina más del 90% de la deuda que fue reestructurada obedecía a deuda que Mauricio Macri le dejó a Alberto Fernández. En el caso de Ecuador se revierte la situación y el 67% de la deuda reestructurada, es decir, 11.625 millones de los 17.375 millones, fueron emitidos por Lenin Moreno. Quien en poco más de 3 años tuvo acceso a desembolsos del exterior que superaron los 24.000 millones de dólares, de los cuales solo una mínima parte se ven reflejados en pago de deuda anterior porque el incremento de la deuda externa con Lenin Moreno supera los 15.000 millones de dólares en términos netos. Es por ello, que hoy la deuda agregada supera el 60% del PIB cuando a diciembre de 2016 era del 36% del PIB, ya incluyendo la deuda entre instituciones del Estado, es decir ya incluyendo la deuda con el IESS y el BCE. Por otra parte, la deuda consolidada, es decir sin incluir obligaciones entre las dependencia del mismo Estado para no ahondar en una doble contabilidad, creció de 24.6% del PIB en diciembre de 2016 a 42.9% del PIB en junio del 2020.