Los dos momentos del estallido de los contagios de COVID-19 en Guayaquil fueron: a) la concentración en el Estadio Monumental para asistir al partido de fútbol entre el Barcelona y el Independiente del Valle, el 4 de marzo pasado, cuando el Gobierno permitió el evento. Como informó Diario El Universo de Guayaquil, “la ministra de Gobierno, María Paula Romo, indicó la noche de este lunes (2 de marzo) que se cancelaba la prohibición de eventos masivos en Guayaquil, luego de consultas con el Ministerio de Salud y otros organismos especializados, por los siete casos de coronavirus que ya se contabilizan en Ecuador”;[1] y b) las personas que viajaron de vacaciones a Europa y que, como reseña la Revista Plan V, “no cumplieron las medidas y realizaron bodas y fiestas a pesar de que debían estar en su casa”.[2]
Luego de eso, el crecimiento de los contagios ha sido exponencial, debido a la continuidad de los contactos sociales, al incumplimiento de las restricciones de movilización impuestas por las autoridades y, sobre todo, a la incapacidad del Gobierno Nacional, el Gobierno de la ciudad de Guayaquil y la provincia del Guayas.
De hecho, ante esa incapacidad manifiesta han reaccionado las élites de Guayaquil. Hoy 30 de marzo, tuvo su primera sesión el Comité Especial de Emergencia por Coronavirus en esa ciudad. En el se agrupan las cámaras empresariales (industria, comercio, portuaria, construcción, pesca), la Junta de Beneficencia, SOLCA, la Escuela Politécnica del Litoral, las ditribuidoras de fármacos, sectores aduaneros, financieros, estudios jurídicos y empresarios independientes. Una figura destacada de este comité es el ex alcalde Jaime Nebot. En el comunicado público, dicen que van a colaborar con las autoridades e instituciones que atienden esta pandemia. “Con una visión absolutamente humanitaria la intención es ayudar al gobierno”, señalan.[1]
Lo paradójico es que este Comité declara que pretende “ayudar al gobierno”, pero claramente surge porque el gobierno no ha sabido responder ante la magnitud de la crisis del COVID-19. De ahí que, Nebot, entre los consejos que le da al gobierno está: “hagan respetar sus decisiones”, “olvídense de la ortodoxia de pagar la deuda externa”, “copien experiencias exitosas”.[2]
Lo irónico es que la crisis del COVID-19 y su impacto en Guayaquil ha desnudado la característica excluyente e inequitativa del modelo de ciudad construido por las administraciones socialcristianas. En un artículo directo y certero Adriana Rodríguez señala: “no es de sorprenderse que la ciudad más desigual del Ecuador, Guayaquil, sea la que encabeza el número de contagiados y muertos por Coronavirus19. La ciudad, gobernada por el socialcristianismo desde hace más de 20 años, es la muestra del fracasado “modelo exitoso” neoliberal, que tanto celebran las élites en el poder”.[3]
En la entrevista que le hace Fernando del Rincón de la cadena internacional CNN a María Paula Romo, ministra de Gobierno de Lenin Moreno, el 26 de marzo de 2020, el periodista le pregunta de manera frontal y directa si hubo negligencia por parte del Gobierno en la entrega de recursos para enfrentar la pandemia del COVID-19 en el Ecuador.[4] La funcionaria evade la respuesta a la pregunta directa y empieza a hablar del Plan Anual de Inversiones en salud entre enero y febrero del 2019 (por USD 90 millones) frente al del mismo período del 2020 (135 millones). Del Rincón, a diferencia de los periodistas de las grandes cadenas de televisión del Ecuador “no le come el cuento a la ministra” e insiste en la pregunta: “¿por qué el Ecuador, a diferencia de otros países de América Latina, tiene un crecimiento tan alto de las personas contagiadas, si esto no es un tema de política, sino de conocimiento, de buena aplicación de los recursos, de reacción inmediata?”[5] La funcionaria, dice que “la respuesta de la población es muy importante” y que es muy pronto para hacer evaluaciones, ignorando ampliamente el hecho de que el Ecuador ocupa uno de los primeros puestos en cuanto a número de contagios de COVID-19 en América Latina. Alarmado el periodista insiste. “¿Esta usted responsabilizando a la población?”[6] La funcionaria responde que no se han cumplido las medidas de aislamiento decretadas por el gobierno.
Queda un sabor amargo en quienes escuchamos la entrevista. ¿La culpa es de la gente? ¿La culpa es de los que incumplen la medida de aislamiento? ¿La culpa es de los que necesitan salir a ganarse el pan de cada día? ¿La culpa es de los que no pueden –no es que no quieren- quedarse en casa? ¿En definitiva, la culpa es de los pobres?
Con severidad e indolencia algunos medios de comunicación han tratado a las personas que salen a las calles en el Puerto Principal a pesar de las medidas de restricción impuestas por el gobierno. La presentadora Hinostroza de Teleamazonas, con cámaras y micrófonos de ese medio de comunicación llamó a “aislar a Guayaquil”. Con absoluta indolencia sentenció en contra de los “que se quejan de todo”, como por ejemplo los enfermos que no son aceptados en los hospitales de la seguridad social y del ministerio de salud pública.[7] ¿Qué deben hacer las personas, morir en silencio? ¿Acaso deben mantenerse callados ante la falta de efectividad de los teléfonos de emergencia o la sordera oficial cuando claman por el retiro de los cadáveres de personas que mueren en sus domicilios?[8]
Seguramente habrá quienes por indisciplina, negligencia, resistencia a la autoridad salen a la calle y violan las disposiciones de reclusión domiciliaria. Pero en su gran mayoría quedarse en la casa para un gigantesco conglomerado humano que habita en Guayaquil es un lujo. Muchísimos tienen que salir porque requieren proveerse de un ingreso diario para subsistir. Evidentemente, esta realidad es olímpicamente ignorada por gente que tiene resuelta su provisión diaria de alimentos y vive la reclusión obligatoria en sus hogares en condiciones de lujo o de relativa comodidad. Pero, un enorme grupo de personas que se ven obligados a salir de sus hogares y que ciertos medios de comunicación y presentadores pintan como “una especie de ‘zombies’ infectados, tienen mucho más claro el panorama de la realidad: ‘si no salgo, no como’ (…) Debo llevarle comida a mis hijos”.[9]
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), la ciudad de Guayaquil tiene una población de 2’629.022 habitantes. El número de personas en edad de trabajar (PET) alcanza a 1’993.507. El resto son menores de 15 años (635.515), muchos de ellos pertenecientes a hogares pobres y, por lo tanto, contribuyentes, en los hechos, al ingreso familiar. Según la definición del INEC, las personas en edad de trabajar (PET) “comprende a todas las personas de 15 años y más”. Es decir a estudiantes, personas que están enfermas, y otros de esa edad que no están disponibles (por cualquier razón) para tener empleo durante la semana en la que se aplica la encuesta. Por otro lado, las personas pertenecientes a la población económicamente activa (PEA) son aquellas de “15 años y más que trabajaron al menos 1 hora en la semana de referencia o aunque no trabajaron, tuvieron trabajo (empleados); y personas que no tenían empleo pero estaban disponibles para trabajar y buscan empleo (desempleados)”.[10]
Los pertenecientes a la PEA en Guayaquil llegan a 1’223.256 personas, de los cuales solo un poco más de la mitad (el 51,2%) cuentan con un empleo adecuado. Esto quiere decir, que a diciembre de 2019, alrededor de 600.000 personas, pertenecientes a la PEA y de las cuales dependen otras personas, sobre todo, menores de edad, no tenían un empleo adecuado o simplemente no tenían empleo.[11] Si a estas 600.000 personas se suma un número elevado de personas que fueron catalogadas como parte de la PET, pero no de la PEA y a menores que salen a las calles a ganarse un mínimo ingreso diario, estamos hablando de una cifra que puede fácilmente bordear las 800.000 personas en Guayaquil que no pueden abstenerse de salir de sus casas a riesgo de perder su ingreso diario, necesario para su supervivencia.
¿Cómo pretenden las autoridades del gobierno que estas personas se queden en su casa? Más aún, ¿que está haciendo el gobierno para que estas personas se queden en su casa? ¿Debe, entonces posicionar un discurso oficial respecto de la falta de disciplina de la población en cuanto a obedecer la consigna del “quédese en su casa”? La respuesta a claras luces es negativa.
De acuerdo al Informe Oficial, los casos confirmados de COVID-19 en todo el país alcanzaban a 1.966. De estos, en Guayaquil se reconocían 978 casos, esto es el 50 % y en el resto de la provincia del Guayas 419 casos más. Con ello, esta provincia acumulaba el 71 % del total de casos en el Ecuador. Así mismo, los fallecimientos oficialmente reconocidos sumaban 62, de estos se reportan 40 en la provincia del Guayas, es decir casi las dos terceras partes.[12]
Varias simulaciones estadísticas, informaciones de prensa y testimonios hacen pensar que hay subregistros en las distintas cifras aportadas oficialmente. Es un importantísimo tema que se vuelve esencial para el control de la epidemia, como lo han vivido ya otros países. Sin embargo, no vamos a entrar en este momento a esta polémica. Usando los datos sobre el número de casos oficialmente reconocidos, la ciudad de Guayaquil tiene un número de contagiados de COVID-19 superior al de países enteros, de casi todos los de América Latina (solamente por debajo de Brasil, Chile y Panamá).
Países | Total de Casos | Total de Muertes | Total de Recuperados |
Basil | 4.256 | 136 | 6 |
Chile | 2.139 | 7 | 75 |
Ecuador | 1.924 | 58 | 3 |
Panamá | 989 | 24 | 4 |
República Dominicana | 859 | 39 | 3 |
Perú | 852 | 18 | 16 |
México | 848 | 16 | 4 |
Argentina | 820 | 20 | 91 |
Colombia | 702 | 10 | 10 |
Costa Rica | 314 | 2 | 3 |
Uruguay | 304 | 1 | 0 |
Cuba | 139 | 3 | 4 |
Venezuela | 119 | 3 | 39 |
Bolivia | 81 | 1 | 0 |
Paraguay | 59 | 3 | 1 |
Guatemala | 34 | 1 | 10 |
El Salvador | 24 | 0 | 0 |
Surinam | 8 | 0 | 0 |
Nicaragua | 4 | 1 | 0 |
Fuente: https://www.worldometers.info/coronavirus/#countries
Es más que evidente que el gobierno no ha hecho lo suficiente para controlar el exponencial crecimiento de los contagios. Al contrario, el discurso oficial culpabiliza a la gente.
En un artículo anterior preguntábamos ¿por qué las autoridades no han pedido apoyo a la República Popular China? Lo único que se supo al respecto es que la Embajada de ese país en el Ecuador “donará 40.000 mascarillas quirúrgicas, 1.500 mascarillas N95, 4.000 trajes de protección y 100 termómetros infrarrojos portables”,[1] lo cual evidentemente no es suficiente.
Si por motivos geopolíticos no se pide asistencia a China o Cuba, lo cual por cierto es inadmisible cuando está la vida de seres humanos en juego, entonces por qué no adaptan otros modelos exitosos. El modelo de Corea del Sur, por ejemplo. Ya el 16 de marzo, según la BBC de Londres este país era reportado como el cuarto en cuanto a número de casos en el mundo, pero el de más baja mortalidad (0,6 %). Para esa fecha, Italia reportaba una mortalidad 10 veces superior. La diferencia sustancial fue que Corea del Sur, muy tempranamente realizó 200.000 pruebas a las personas que eran susceptibles de contagio debido a una concentración en una iglesia cristiana y aislaron a los infectados. Es decir instrumentaron una efectiva estrategia de diagnóstico y aislamiento. De lo reportado, un elemento esencial es el número de pruebas. Corea del Sur realizó 20.000 pruebas por día, de forma gratuita y garantizando el abastecimiento de los kits a través de cuatro empresas privadas.[2]
En el Ecuador la ex ministra de Salud, antes de renunciar, anunció que estarían en camino dos millones de kits para pruebas de COVID-19. El nuevo ministro de Salud, Juan Carlos Zevallos, desmintió ese anuncio y aclaró que no ha habido ningún procedimiento para la adquisición de tan esencial procedimiento de diagnóstico. No obstante, informó que el gobierno estaría por recibir 200.000 kits para pruebas durante la semana del 23 de marzo (10 veces menos que lo anunciado por la ex ministra).[3] Hasta la tarde del 26 de marzo en todo el país se habían realizado 5.090 muestras para diagnóstico de COVID-19, de las cuales 1.403 eran casos confirmados de contagios por el virus. “Solo en Guayaquil se concentra un 49,60 % de contagiados (696)”.[4] Además, según los laboratorios que realizan las pruebas, la demanda superaba en un 500 % a la disponibilidad y los pacientes debían pagar entre USD 80 y USD 120, dependiendo si el paciente es derivado de un centro privado o público.
El 26 de marzo, una vez más se volvía a ofrecer – en este caso lo hacía el Vicepresidente- 100.000 kits para pruebas al Ministerio de Salud Pública y 500.000 para el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).[5]
Lo cierto es que la expresión bali bali, que significa rápido – rápido en coreano y que es la que guía la estrategia que está salvando miles de vidas en ese país, es lo más lejano a lo que se está haciendo en el Ecuador.
Hasta este momento, no existen los kits de diagnóstico a pesar de los múltiples ofrecimientos por parte de las autoridades. Las pocas pruebas que se pueden realizar no son gratuitas y los pacientes tienen que pagar un alto costo por ellas. Por lo tanto, es estadísticamente probable que existan personas contagiadas que no están sometidas al necesario aislamiento. En cuanto a las medidas de restricción domiciliaria general, con toque de queda incluido y alto número de personas sancionadas por incumplir la medida, si estas no van acompañadas de otras acciones operativas que contribuyan a que las personas puedan mantenerse en sus casas y no tengan que salir a conseguir un ingreso que les permita sobrevivir, van a seguir siendo ineficaces.
El alcalde de Quito ha informado que se destinarán dos millones para la adquisición de 100.000 kits de diagnóstico de COVID-19. O sea, si se adquieren los dos millones sobre los que se mintió oficialmente, se hablaría de alrededor de USD 40 millones.
Por otro lado, si establecemos que en Guayaquil son alrededor de 800.000 personas las que tienen que conseguir un ingreso diario para vivir, podríamos decir que esto representa un número cercano a los 300.000 hogares. Con una ración alimenticia para cada hogar, con un costo –al por mayor- de USD 35 por semana, se podrían hablar de una necesidad de 10 millones quinientos mil dólares por semana. Si relacionamos este costo con el crédito de 300 millones que obtuvo hoy 30 de marzo el Banco Central del Ecuador (BCE), colocando el oro como garantía,[6] estamos hablando de que ese monto permitiría financiar una ración alimenticia básica semanal a 300.000 hogares por 28 semanas, o sea un período probablemente mucho mayor al que va a durar la medida de confinamiento obligatorio. Pero no, el gobierno decidió destinar los recursos al pago de la deuda externa (324 millones, el 24 de marzo) y no a la contención de la pandemia.
En el Informe del Comité de Operaciones de Emergencia Nacional del 30 de marzo se dice que “se prorroga la suspensión de la jornada presencial de trabajo para todos los trabajadores y empleados del sector público y privado, hasta el 5 de abril del 2020”.[7]
Sin embargo, ni remotamente la epidemia del COVID-19 ha sido controlada en el país, mucho menos en la ciudad de Guayaquil. Con bastante más responsabilidad el alcalde de Quito, Jorge Yunda, señala que “el Municipio de Quito no cree que el 5 de abril deban retomarse las actividades cotidianas como supone el gobierno nacional”. Para el alcalde de la capital, “hay que esperar más días antes de levantar las restricciones de movilidad. Y aún después de ese tiempo, la normalidad no será inmediata”.[8]
O el gobierno asume su responsabilidad y liderazgo a la altura de la crisis que vive el país, como lo han hecho otros gobiernos en el mundo, o en breve viviremos horas más dramáticas y lamentaremos más perdidas humanas de las que hasta ahora ya hemos lamentado.
No habrá
publireportaje alguno, ni propaganda pre electoral, ni publicidad oficial que
pueda esconder la realidad.
[1] https://cnnespanol.cnn.com/2020/03/23/alerta-gobierno-de-ecuador-dice-que-recibira-equipos-medicos-y-asesoria-de-parte-de-china/
[2] Ver, https://www.youtube.com/watch?v=UqdIoCjy1CM
[3] Ver, https://www.eluniverso.com/noticias/2020/03/23/nota/7792344/ministro-salud-anuncio-que-habra-200000-pruebas-coronavirus
[4] Ver, https://www.eluniverso.com/guayaquil/2020/03/27/nota/7795989/largas-filas-pruebas-cuyos-resultados-pueden-tardar-5-dias
[5] Ibidem.
[6] Ver, https://www.primicias.ec/noticias/economia/banco-central-onzas-oro-liquidez-economia/
[7] Ver, https://www.gestionderiesgos.gob.ec/wp-content/uploads/2020/03/Informe-de-Situación-No023-Casos-Coronavirus-Ecuador-30032020.pdf
[8] Ver, https://www.expreso.ec/actualidad/coronavirus-municipio-quito-destinado-2-millones-emergencia-sanitaria-8164.html
[1] Ver, https://twitter.com/LAVOZDEDAULE/status/1244849012165009409
[2] Ver, https://twitter.com/jaimenebotsaadi/status/1244609174299869185?s=11
[3] Ver, https://debateconstitucionalespanol.wordpress.com/2020/03/25/guayaquil-el-coronavirus-y-la-barbarie-de-la-desigualdad/
[4] Ver minuto 2:45 de la entrevista de Fernando del Rincon de CNN a María Paula Romo el 26 de marzo de 2020. https://youtu.be/CuzWF8cRgYQ
[5] Ibidem, minuto 6:15.
[6] Ibidem, minuto 7:29.
[7] https://twitter.com/enriquemenoscal/status/1243719479927934976?s=11
[8] https://twitter.com/tinocotania/status/1243398111206060035
[9] Rodríguez, Adriana, op. cit.
[10] Ver, Instituto de Estadísticas y Censos (INEC), Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU), Indicadores Laborales, Diciembre de 2019, p. 6
[11] Ver 2019-12 Tabulados Mercado Laboral, en el sitio web del INEC. https://www.ecuadorencifras.gob.ec/empleo-diciembre-2019/
[12] Ver, https://www.gestionderiesgos.gob.ec/wp-content/uploads/2020/03/INFOGRAFIA-NACIONALCOVI-19-COE-NACIONAL-30032020-17h00-v3.pdf
[1] Ver, https://www.eluniverso.com/deportes/2020/03/02/nota/7764885/partido-barcelona-e-independiente-valle-se-jugara-publico-anuncio
[2] Ver, “12H15: Nuevas medidas para Guayas por aumento de casos: toque de queda más estricto”, 18 de marzo de 2020, Minuto a minuto sobre el coronavirus en Ecuador,