El asalto del tren correo que cubría regularmente la ruta entre Glasgow y Londres, con un botín de libras esterlinas cuantificado en más de cuatro millones de dólares, cifra nunca antes alcanzada en el amplio historial del hampa, se le conoció como “El robo del siglo”.
Bajo la batuta de Ronald Biggs, un 8 de agosto de 1963, los maleantes ejecutaron una maestra y astuta operación delincuencial que, por el ingenio y espectacularidad, inspiró novelas y películas policiacas de amplia circulación en el mundo.
Me parece que, en pleno siglo XXI, ese robo del siglo es un juego de niños comparado con el emprendido un 10 de agosto de 2017, cuando el impostor Lenin Moreno, torció el modelo económico y político progresista para entregar el país a los apetitos voraces de empresarios nacionales y extranjeros.
Como el ladrón que al ser descubierto huye vociferando desesperado “cojan al ladrón, cojan al ladrón”, señalando a cualquier inocente; así el Presidente, tan pronto el país conoció los 18 millones de dólares del caso INApapers, en la cuenta de su familia; apuntó los dardos para acusar de corrupto y enjuiciar a Correa, su mentalizador y benefactor.
Para tener éxito – como Briggs en “El robo del siglo” – se requiere un equipo de especialistas y Moreno armó el suyo. En economía no pudo elegir al mejor, un empresario líder de empresarios que sabe de memoria “la letra colorada” en el teje y maneje de los negocios con inspiración neoliberal.
A Richard Martínez no le importó dejar sin empleo, y en la miseria, a miles de ecuatorianos, como tampoco que otros tantos mueran por falta de recursos médicos en plena pandemia, en su loco afán de favorecer a acreedores privados internacionales, entregándoles 1.235 millones de dólares; primero y 345 millones, después; cuando los bonos ecuatorianos se cotizaban apenas al 35 por ciento de su valor nominal.
En abril, Guayaquil enterraba miles de sus muertos, mientras Martínez generosamente efectuó el apurado prepago de dos operaciones de crédito que recién vencían en el 2022 y 2023, cuando los bonos nuestros se cotizaban a un valor promedio del 22 por ciento en el mercado internacional, dineros que pudo utilizar para recomprar parte importante de bonos ecuatorianos, lo cual habría ahorrado al país más de tres mil quinientos millones de dólares.
Algún día conoceremos la lista de los agraciados beneficiarios de estas jugosas e inmorales transacciones perjudiciales para el país y también descubriremos las cuentas corrientes ocultas en paraísos fiscales, donde se guardan los dineros mal habidos.
Pablo Celi, el encargado de controlar el uso honrado de los recursos fiscales, es otra de las fichitas en el ajedrez de Moreno, con antecedes nada santos en el negocio de las mochilas, durante el Bucaramato. Ahora, la opinión pública duda de la legalidad de los costosos departamentos en Estados Unidos y Argentina, que el impetuoso izquierdista de pacotilla o su hermano, no han explicado el origen legal de su existencia y crecen evidencias, además, del uso de las glosas como herramienta de negociación y chantaje.
Las investigaciones a su sobrino, próximas a culminar en los juzgados de Estados Unidos, esclarecerá el origen de los doscientos mil dólares que intentó ingresar ilegalmente, burlando los controles aduaneros norteamericanos.
María Paula Romo, por su parte, resultó ser la operadora clave en los enmarañados y oscuros acuerdos político – económicos, en el empeño de sostener a un Presidente y un gobierno cada vez más débil y desprestigiado.
Entendemos que la desesperación creciente, especialmente después de las represivas y sangrientas movilizaciones que comandó en octubre pasado, sumadas a su sobredimensionado ego y ambición de poder, terminó obnubilando a la otrora reflexiva abogada, empeñada en liderar un proceso de negociaciones sustentado en dar y recibir, creando una red nacional de corrupción en hospitales y entidades públicas, con los Bucaram a la cabeza – Roldán de por medio – e involucrando a asambleístas cotizantes de su voto, sin descartar al mismo Presidente del legislativo.
Confirman la existencia de esa red las ampliamente difundidas grabaciones de diálogos entre Daniel Mendoza y el fugado Eliseo Azuero que dinamitaron la ambicionada Vicepresidencia de Romo, ansiado escalón hacia la Primera Magistratura, ante la segura renuncia de Moreno que desea ponerse a salvo, antes de mayo. La humillante derrota en la asamblea ¿determinará su renuncia? María Muñoz, la ungida Vicepresidente, del mismo círculo político y empresarial neoliberal ¿Qué garantiza?
Y en este cuadro de coparticipación, la Fiscal General, Diana Salazar solo tiene ojos para acusar y encarcelar según los intereses políticos del gobierno, aplicando, eso sí, todo el peso de su odio y de su ley contra Correa y los opositores del régimen, sin pruebas o inventándolas.
Todos esos robos y pillerías – que suman buenos millones – son minucias frente al atraco de los atracos, sustentado en la cínica y tarifada Ley Humanitaria, que les facilitará llevarse, a precios irrisorios, hidroeléctricas, telecomunicaciones, refinerías, hospitales, carreteras, seguridad social y nuestros ricos recursos naturales.
Les cuento que Briggs y sus cómplices fueron a la cárcel un año después. Tiempo luego logró evadirse protagonizando una espectacular fuga por varios países, en tres continentes. Finalmente, una cirugía plástica le cambió de cara y hoy se llama Terry Cook.
Los que asaltan el país desde Carondelet, más temprano que tarde, correrán la suerte de Briggs y sus compinches ¡No hay robo perfecto!