En medio de la crisis sanitaria, económica y social más grande que ha vivido la República, la inmensa mayoría de los ecuatorianos nos quedamos anonadados al escuchar en cadena nacional al Presidente de la República cuando anunció que convoca a un “Gran  Acuerdo de Unidad Nacional” para crear una “Cuenta Nacional de Asistencia Humanitaria” la cual “no la administrará el Gobierno. Será liderada por representantes de la sociedad civil”.

Durante la cadena nacional el Presidente hizo un llamado a todas las fuerzas políticas a “dar un paso a un gran acuerdo de unidad nacional”.[1]Fueron segundos en los que creí que el Presidente iba a llamar a la única unidad posible en estos momentos: la defensa de la vida de todos los ecuatorianos; y con ello la puesta a disposición para el cumplimento de este objetivo de todas las fuerzas, todos los recursos –que le permite la Constitución-, todos los esfuerzos del Estado.

Pero No. Lenín Moreno estaba anunciando que su gobierno abdicaba de manejar los dineros para enfrentar la peor emergencia que ha vivido el país. Anunciaba que se crearía “una cuenta nacional de asistencia humanitaria para asegurar la atención de la salud, la provisión de alimentos y la protección del empleo”. Y seguía, “esta cuenta no la administrará el gobierno nacional, será administrada y liderada por representantes de la sociedad civil que controlarán que los ingresos se destinen exclusivamente a salud, alimentos y empleo”.[2]

El Presidente anunciaba que su gobierno abdicaba de la obligación legal y constitucional de determinar la asignación de recursos para salud, alimentos y empleo; abdicaba de las potestades que le otorga el “estado de excepción por calamidad pública” que él mismo decretó el 16 de marzo último.

Anunciaba que su gobierno abdicaba de la responsabilidad política de liderar el manejo de esta tragedia nacional mayúscula.

Ya no era solamente la generalizada percepción sobre un Presidente ausente, en medio de la pandemia. Ya no solamente, la sensación de desprotección e indefensión, muchas veces expresada con rabia en videos y mensajes, que cientos de ecuatorianos envían a diario por las redes sociales y que a uno de ellos le valió la persecución policial, cual delincuente contumaz.  Por tres semanas miles de familias ecuatorianas han caído en el desconsuelo que se refleja en exhortaciones, lamentos, exigencias para que los números telefónicos asignados por el Gobierno atiendan las llamadas de emergencia, los pedidos para que recojan a sus muertos que se descomponen en sus casas, para ser atendidos en hospitales, para que les digan qué pasó con sus fallecidos, para ser auxiliados frente al ataque del coronavirus y del hambre. Quejas, que es la muestra gentil de un pueblo dócil tachado de indisciplinado, y que motivaron el desprecio y la amenaza prepotente de una cómoda presentadora de televisión a través del canal ligado al banquero que, al igual que el banquero candidato, serán beneficiados por el crédito tributario que favorece su “generosa donación”.[3] En el proyecto de Ley que envía el ejecutivo a la Asamblea Nacional se lee en el artículo 7 que las donaciones en realidad no eran tales donaciones sino crédito tributario que serán deducibles de las “contribuciones temporales y únicas previstas en esta ley”. [4]

El anuncio de Moreno era la abdicación de la responsabilidad política y operativa del manejo de esta monumental crisis. Por si hubieran quedado dudas, el muy acucioso ministro de finanzas se apresuró a decir que “el fondo nacional de emergencia anunciado por Moreno será manejado por ocho personas de la sociedad civil”.[5] El mismo ministro que se apuró a pagar el capital de los bonos 2020 por 324 millones de dólares a los tenedores privados y que según declaró la ex – ministra de salud, renunciaba porque no le había asignado ni un centavo para el manejo de la crisis del COVID-19.[6]

El artículo 164 de la Constitución de la República del Ecuador le permite al Presidente decretar el estado de excepción en circunstancias de “calamidad pública” y a eso apeló Moreno el pasado 16 de marzo. Ese mismo artículo le permite según el numeral 1 “decretar la recaudación anticipada de tributos” y según el numeral 2 “utilizar los fondos públicos destinados a otros fines, excepto los correspondientes a salud y educación”. En ninguna parte, ni aún en estado de excepción se le permite “delegar” o más claramente “entregar” el manejo de fondos públicos a comisiones privadas conformadas por personas de la sociedad civil, nombradas a dedo. Tampoco en el artículo 225 de la Constitución de la República se habla de comisiones de la sociedad civil como parte del “sector público”. Ni en los siguientes artículos 227 y 228 sobre la “administración pública” se contempla esta figura. Por el contrario, en el 228 se dice que “el ingreso al servicio público, el ascenso y la promoción en la carrera administrativa se realizará mediante concurso de méritos y oposición, en la forma que determine la ley, con excepción de las servidoras y servidores públicos de elección popular o de libre nombramiento o remoción. Su inobservancia provocará la destitución de la autoridad nominadora”.

De concretarse este anuncio, Lenín Moreno estaría violando el artículo 361 de la Constitución, invocado en el Decreto del 16 de marzo cuando se declaró el estado de excepción, y que dispone que “el Estado ejercerá la rectoría del sistema a través de la autoridad sanitaria nacional, será responsable de formular la política nacional de salud y normará, regulará y controlará todas las actividades relacionadas con la salud, así como el funcionamiento de las entidades del sector”.

Se violaría el artículo 261 de la Constitución en sus numerales 5 donde se estipula que son competencias exclusivas del Estado central “las políticas económica, tributaria, aduanera, arancelaria, fiscal y monetaria; comercio exterior y endeudamiento” y el numeral 6, “las políticas de educación, salud, seguridad social, vivienda”. De acuerdo a los anuncios realizados por el ejecutivo se están creando “tributos únicos y temporales que permitan generar los ingresos necesarios”, para enfrentar la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. Se está estipulando una “contribución humanitaria temporal sobre ingresos gravados de personas naturales”. Una “contribución humanitaria única sobre las utilidades de las sociedades (…) que realicen actividades económicas y que fueren sujetos pasivos de impuesto a la renta.” Se está legislando sobre contribuciones sujetas a crédito tributario. Es decir, se están creando impuestos y deducciones tributarias y se estaría entregando su manejo a ocho personas de la sociedad civil, incluyendo, en un estado laico, a un miembro de la Iglesia Católica. Además se hace tabla rasa de la inexistencia de retroactividad de la Ley, incluso en estado de excepción.

Moralmente el Presidente no debió ceder el liderazgo de la monumental crisis sanitaria que ya ha cobrado cientos de vidas a un vicepresidente –el tercero de este mandato- en campaña electoral. De hecho, esa cesión de liderazgo le ha llevado a pisos históricos en cuanto a percepción ciudadana, de acuerdo a varias encuestas.[7] Pero más allá del costo político que este manejo ha tenido para Moreno, los resultados muestran que el Ecuador es uno de los países que de peor forma ha manejado la crisis del COVID-19 en América. En número de muertes oficiales por millón de habitantes, solamente se encuentra por debajo de Estados Unidos (62,54) y a la par de Panamá (18,85).

Cierto es que las instituciones de salud pública se habían venido vulnerando por falta de recurso de forma injustificable. El presupuesto para inversión en el Ministerio de Salud Pública (MSP), cayó de 673,17 millones de dólares en el 2018 a 495,23 millones en el 2019. Pero aún peor, lo ejecutado por el MSP bajó de 2.846 millones en el 2018 a 2.783 millones en el 2019.[8] La ortodoxia neoliberal mezclada con la implacabilidad del ajuste acordado con el Fondo Monetario Internacional, cuyo único objetivo real es que el Estado cuente con excedentes para el pago de la deuda externa –como lo hemos visto incluso en medio de la tragedia del COVID-19- incluyó a la salud pública. Esta inhumana visión de ajuste, de la cual se ufanan las autoridades del Ministerio de Economía y Finanzas, cobra vidas en momentos de crisis. Pero, más injustificable es que en medio de la enorme necesidad de recursos, que el propio Presidente reconoce que “nos golpeó sin un centavo en las cuentas del estado”,[9] el ministro de finanzas haya decidido pagar 324 millones a tenedores privados de bonos, usando además un argumento falso, como es que si no se pagaba esa deuda no se obtendrían recursos de organismos multilaterales y del gobierno de China. Más temprano que tarde saldrá a luz quienes componen el puñado de dueños de los bonos de deuda que se beneficiaron con el pago del 24 de marzo, en medio de la peor crisis de salud de la historia.

La Asamblea Nacional no puede permanecer impasible ante semejante despropósito del ejecutivo.

En primer lugar no debe dar paso al intento de gravar con más impuestos y contribuciones a una población terriblemente golpeada por la crisis de salud y por la crisis económica. Esta contribución recae con todo su peso sobre los empleados públicos y privados que se hallan en el rango de remuneraciones de 500 a 1.900 dólares, que son la inmensa mayoría de quienes tienen un empleo fijo: maestros, médicos, enfermeras, policías, militares, profesionales.

En segundo lugar, no debe permitir la creación de un “fondo humanitario” manejado por un grupo privado. No se requiere ni se debe crear un fideicomiso privado con dinero público. Claro está en la visión patricia y sobre todo en la campaña por desprestigiar al Estado, ni siquiera han regresado a ver que ese rol le corresponde al Banco Central del Ecuador.

Si Moreno considera que no puede encargar el manejo de la crisis a las instituciones del Ejecutivo llamadas por la Constitución y la Ley a cumplir ese rol, ¿por qué no les encarga a los gobiernos autónomos descentralizados quienes tienen que rendir cuentas políticas y quienes son auditados por la Contraloría General del Estado? ¿Acaso no se puede reconocer que hay Alcaldes como el de Quito que está teniendo un gran desempeño en el manejo de la crisis? ¿O será que por ser opositores no sirve para delegarles esta tarea a Prefectos como el del Azuay o la de Pichincha? Y si esos dos prefectos no son del gusto del gobierno, hay otros 21.

El mensaje que está entregando el Presidente a la ciudadanía es que el ejecutivo no puede hacerse cargo de la crisis y esto ahonda la sensación de desprotección, incertidumbre, pesar, desilusión e indefensión. Esto da paso para que el puñado de gente que desdeña la vida y solo valora el dinero, se aproveche del momento y pretendan pasar por la tranquera lo que no han podido hacerlo legítimamente por años: reforma laboral, eliminación de subsidios, importación y comercialización privada de combustibles, venta –en medio de la crisis- de los activos del Estado. Parece increíble pero es cierto.[10]

Esto da paso para que el vicepresidente, encargado de liderar esta crisis, lo haga con un enfoque de campaña electoral. Solo así se entiende la disputa con la alcaldesa de Guayaquil, quien al reaparecer después de sanarse en tiempo record del coronavirus, se encuentra con el funcionario que le disputa la presencia política en la ciudad. Y mientras aquel le aconseja “¡que haga más y que hable menos!”,[11] aquella le increpa que “cuando Otto Sonnenholzner le diga a los familiares dónde están los cuerpos perdidos de sus seres amados”, entonces le responderá.[12]

En medio de los dimes y diretes el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias reporta 5.381 casos en Guayas y 168 defunciones; y 4.049 casos en Guayaquil, sin contar con la información sobre los decesos.[13] La Revista Vistazo, en cambio, publica un artículo con la estimación de un conocido matemático guayaquileño en la que concluye que habrían “7.600 personas fallecidas por COVID-19 en Guayas, sobre todo Guayaquil, Samborondón y Daule”. Entonces, dice el autor, “si la tasa de mortalidad promedio en el mundo es casi del 6 por ciento, e incluso la oficina del Ecuador, que está por debajo de la realidad, es similar, bajo mi estimación de 7.700 fallecidos por COVID-19 en Guayas, el número de contagiados estarían por encima de 100 mil”.[14]

La ministra de gobierno no ha escatimado en amenazas a quienes han sugerido que el presidente y el vicepresidente se hagan a un costado en esta crisis. ¿Qué va a hacer ahora que es el propio presidente el que busca crear una comisión de la sociedad civil para que lidere los recursos públicos que se destinarán a salud, alimentación y empleo, en medio de esta crisis de salud, alimentación y empleo?

La Asamblea Nacional no podrá soslayar la discusión de semejante despropósito, pues a ella es a quien le enviará el ejecutivo el Proyecto de Ley. Debe tomar nota de la abdicación que está anunciando el Presidente de la República. El artículo 146 de la Constitución contempla esa posibilidad.


[1]          Ver, minuto 3:15 https://www.primicias.ec/noticias/politica/medidas-moreno-contribucion-fondo-medidas/

[2]          Ver, de minuto 3:20 a 3:42 https://www.primicias.ec/noticias/politica/medidas-moreno-contribucion-fondo-medidas/

[3]          Ver, tuit en el que se muestra lo que dijo la presentadora Janeth Hinostroza de Teleamazonas a través de este canal https://twitter.com/enriquemenoscal/status/1243719479927934976?s=11

[4]          Ver, https://twitter.com/dolarizacionec/status/1248795019495923713?s=11

[5]          Ver, https://www.expreso.ec/actualidad/economia/ocho-personas-manejaran-fideicomiso-fondo-nacional-emergencia-9041.html

[6]          Ver, https://www.elcomercio.com/actualidad/catalina-andramuno-renuncia-ministra-salud.html

[7]           Pulso Ciudadano, Investigación & Estrategia da cuenta que el 96 % de ciudadanos califica de malo y muy malo el desempeño de Moreno frente a la actual crisis sanitaria que vive el país. De acuerdo al sondeo, el 85% califica de mala y muy mala la coordinación del gobierno central a través del COE con los Gads. La muestra cualitativa, elaborada entre el 19 y 24 de marzo, fue realizada a 1.288 personas mayores de 16 años sobre la base de entrevistas online a través de la plataforma de WhatsApp con cobertura nacional. Ver, https://informaec.com/2020/03/31/encuesta-96-califica-de-malo-y-muy-malo-el-desempeno-de-moreno-frente-a-la-crisis-sanitaria/. En otro sondeo, “solo un 14 % de ecuatorianos aprueban la gestión del presidente Lenin Moreno para manejar la emergencia sanitaria por el COVID-19; mientras que un 86 % cree que hay más infectados de lo que las cifras oficiales arrojan. Es decir, ocho de cada 10 ecuatorianos piensa que las cifras no son reales, según los datos de la encuestadora mexicana Mitofsky que tomó la opinión de 11 países de Latinoamérica. Ver,  https://radiolacalle.com/politica/86-de-ecuatorianos-desaprueba-gestion-de-moreno-frente-al-covid-19-segun-encuestadora

[8]          Ver,https://www.finanzas.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2020/04/Acuerdo_liquidación_2019.pdf; y

https://www.finanzas.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2019/04/Acuerdo-0034-PGE-Liquidacion-2018.pdf

[9]          Ver, minuto 0:59, https://www.primicias.ec/noticias/politica/medidas-moreno-contribucion-fondo-medidas/

[10]         Ver, tuit de Diego Ordoñez, quien ha sido dirigente de la Democracia Cristiana de Oswaldo Hurtado https://twitter.com/diegoordonezg/status/1248762889156116482?s=11

[11]         Ver, https://www.expreso.ec/actualidad/coronavirus-ecuador-sonnenholzner-viteri-haga-hable-9065.html

[12]         Ver, https://www.expreso.ec/actualidad/coronavirus-ecuador-viteri-sonnenholzner-guayaquil-nadie-calla-9069.html

[13]         Ver, https://www.gestionderiesgos.gob.ec/wp-content/uploads/2020/04/INFOGRAFIA-NACIONALCOVI-19-COE-NACIONAL-12042020-08h00.pdf

[14]         Ver, https://www.vistazo.com/seccion/pais/actualidad-nacional/matematico-estima-mas-7600-fallecidos-y-mas-de-100000-contagiados

Por Editor